El catering de Valdecilla, propiedad del fondo que compró el contrato y beneficiario de rescate, escamotea las libranzas a las cocineras
Otro David contra Goliath que nos remite a los recientes casos de las perfumerías Douglas o las teleoperadoras de Digitex, las trabajadoras de un sector feminizado y esencial contra un fondo, los nuevos dueños de la economía, cada vez más presentes en todo tipo de sectores y con un rastro difícil de seguir por la sucesión de marcas, nombres y cambios de intereses.
Hace una década,la fórmula que se ideó desde el entonces Gobierno del PP para finalizar las obras del hospital, iniciadas tras el derrumbe de parte de la fachada de lo que entonces era Trauma y empantanadas, fue darle la concesión de los servicios no sanitarios y ya en manos privadas, a una única empresa de golpe a cambio de que finalizara las obras y con el pago de un canon. Entonces la empresa fue la unión entre Ferrovial y Siec, en un momento en que las grandes ingenierías y constructoras tenían menos obras y viraron hacia los multiservicios, contratos públicos estables en el tiempo, como estos servicios no sanitarios de Valdecilla (limpieza, cocina, seguridad…), con el matiz de que en un engranaje como es el hospital cántabro lo no sanitario al final tiene relación con lo sanitario.
El caso es que Ferrovial, ahora con sede social incluso fuera de España, fue optando por desprenderse de partes de su trabajo, que fueron ampliándose –la fórmula fue una sociedad mixta en la que la otra parte tenía más peso- en beneficio de Portobello, un fondo financiero español con múltiples intereses, de las residencias a la hostelería pasando por cadenas dentales, entre otras. Portobello, a su vez, puso en venta esa área de negocio, la que gestiona Smart Hospital (el contrato no sanitario de Valdecilla), sin que se hayan producido avances conocidos.
El caso es que no es el único rastro de Portobello en el legado del Marqués: a este grupo pertenece también la empresa que presta el servicio de cocina, Mediterránea de Catering, en el que trabajan 140 personas, fundamentalmente mujeres.
Paradójicamente (decimos paradójicamente porque en teoría los fondos son más atractivos porque poseen unos activos económicos por encima de la banca), Portobello fue objeto de un rescate financiero estatal concebido para aliviar a las empresas por el parón del Covid, si bien algunos de sus apéndices arrastraban problemas desde antes. El rescate afectó a varias de sus sociedad, incluyendo además a Mediterránea de Catering, por un importe de 28.000.000 euros.
La empresa es protagonista ahora porque la Federación de Servicios de Comisiones Obreras de Cantabria (CCOO) ha interpuesto una demanda de conflicto colectivo ante el incumplimiento sistemático del convenio colectivo en materia de conciliación familiar y laboral, es el de Restauración Colectiva.
En concreto, las delegadas de CCOO han criticado que “la empresa no respeta ni los dos días de libranza semanales ni el fin de semana libre al mes que estipula el convenio colectivo de aplicación”.
A pesar de que “llevamos desde julio negociando la adaptación de los turnos de los y las trabajadoras para que se comience a respetar el convenio colectivo”, ha subrayado Laura Toca, delegada de CCOO y presidenta del Comité de Empresa, “este martes se ha acabado el plazo marcado por ambas partes y nos hemos encontrado con el bloqueo de la negociación ante la negativa de la empresa a asumir que el único problema que tiene es que falta persona, hay que contratar a más gente”.
La delegada de CCOO ha advertido que “la plantilla del servicio de cocina del hospital no descarta salir a la calle y movilizarse frente al Hospital Valdecilla si la empresa continúa atropellando nuestros derechos” y ha remarcado que “no descartamos otro tipo de medidas de presión hasta conseguir que se respeten nuestros descansos”.
Dan servicio a casi 1.000 personas enfermas
La Federación de Servicios de CCOO en Cantabria ha recordado que esta plantilla da servicio a la totalidad de pacientes del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, alrededor de 1.000 pacientes con más de 700 desayunos, comidas, meriendas y cenas.
“Nuestro trabajo es esencial e imprescindible porque nos ocupamos de la alimentación de todas y todos los enfermos del hospital. Lo que pedimos es simplemente que se respete lo que dice nuestro convenio colectivo”, ha concluido Toca.
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