El proyecto MIES se presenta como una herramienta clave para la gestión del envejecimiento saludable
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística indican que Cantabria es la cuarta región más envejecida de España.
Nuestra comunidad tiene 178 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16. Además, prácticamente el 8% (7,89%) de la población cántabra tiene 80 años o más.
Ante el reto social y económico que supone el envejecimiento de la población, el proyecto MIES se presenta como una herramienta estratégica para gestionar eficientemente este fenómeno.
Esta iniciativa pretende concebir y desarrollar una plataforma no invasiva y tecnológicamente avanzada para supervisar y evaluar las funciones ejecutivas de las personas mayores alojadas en residencias geriátricas. Dicho de otra forma, la aplicación de tecnologías durante las pruebas clínicas permitirá disponer de medidas objetivas para evaluar la capacidad física y cognitiva de los pacientes. Una información de gran valor para establecer medidas que prologuen la autonomía de los mayores y faciliten un envejecimiento lo más saludable posible.
Así se ha manifestado durante la presentación oficial de esta colaboración público privada que tiene un plazo de ejecución de 36 meses y un presupuesto de 1,94 millones de euros. El Instituto de Investigación Sanitaria Marqués de Valdecilla (IDIVAL), la Universidad de Cantabria (UC), a través de su Grupo de Ingeniería Fotónica (GIF-UC), y Ámbar Telecomunicaciones conforman el consorcio de este planteamiento innovador, cuya materialización supondrá la contratación de 26 profesionales.
A pesar de estar en una fase inicial, MIES tiene el propósito de transformar los actuales modelos para el seguimiento y atención de las personas mayores. Si el proyecto consigue validarse con éxito en la Residencia San Cándido de Santander, se espera generar un triple impacto. En el ámbito sanitario y económico, contribuirá de manera notable a mejorar la calidad de vida de los pacientes y a aliviar el estrés del sistema sanitario.
La posibilidad de supervisar la rutina diaria de ancianos que viven en entornos controlados reducirá la necesidad de pruebas presenciales y permitirá ofrecer un plataforma no invasiva para el seguimiento y la mejora de las funciones ejecutivas de más calidad con el mismo volumen de recursos.
Según las estimaciones de MIES, los costes de seguimiento actuales se podrían reducir en más de un 50%. Además, desde una perspectiva social, las herramientas propuestas para la detección precoz y la mitigación de deficiencias físicas o cognitivas generarán bienestar en los pacientes y prolongarán su autonomía. Una afirmación que se sustenta sobre la
previsión de una notable reducción del riesgo de caídas, la preservación durante más tiempo de funciones cognitivas y la contribución a mejorar tanto su salud ósea como sus funciones musculares.
Finalmente, desde el punto de vista científico, demostrará que es posible utilizar herramientas tecnológicas para proporcionar información objetiva para la evaluación y estimulación de las funciones físicas y cognitivas utilizando actividades gamificadas.
Así, se contribuirá al estado del arte del conocimiento, aportando un conjunto de herramientas que, una vez validadas por la comunidad científica internacional, podrían convertirse en estándar para la detección temprana de la fragilidad en diferentes niveles, así como del deterioro cognitivo.
Innovación tecnológica al servicio de la salud
Uno de los puntos de innovación más importantes del proyecto MIES es el uso de técnicas de gamificación durante las actividades para facilitar una evaluación no invasiva. La implementación de sensores en elementos como pulsadores, piezas para ensamblar o tarjetas de juego permite controlar al paciente en segundo plano y elimina el sesgo introducido en escenarios clínicos. Así se podrán obtener mediciones objetivas sobre aspectos como la atención, la velocidad motora, la memoria visual o la fuerza.
La capa tecnológica que complementa estas pruebas resulta fundamental en el carácter disruptivo del proyecto. Aunque el primer paso es poder medir diferentes aspectos relacionados con la salud de cada persona, la capacidad tanto de comunicar, como de gestionar, almacenar e interpretar dichos datos es básica. Así, se crearán interfaces que faciliten la integración de datos de distinta naturaleza y sean amigables para el personal sanitario.
La información se presentará al personal sanitario de manera cómoda y dentro de un sistema interoperable que ofrece los datos requeridos para la atención del paciente. En ese sentido, al reconocer los patrones que rigen en estos procesos asistenciales, se puede realizar una gestión más eficiente de los recursos.
Además, para garantizar el procesamiento y el almacenamiento seguro de la información, la plataforma contará con una arquitectura escalable y eficiente, basada en tecnologías cloud.
El reto del envejecimiento
El proyecto MIES pretende convertirse en una herramienta de referencia para gestionar el reto del envejecimiento de la población. Según el ICANE, de las 591.151 personas censadas en Cantabria, 46.673 son mayores de 80 años. Esta circunstancia no es patrimonio exclusivo de nuestra comunidad, sino que refleja una tendencia global. No en vano, se prevé que el número de personas mayores de 80 años en España aumente de 2,99 millones en 2020 a 5,78 millones en 2050 (alrededor de un 3% de tasa de crecimiento anual).