“La dictadura podía ser una cosa y otra siempre y cuando atendiera a sus intereses”
‘Ni una ni grande ni libre’: el último trabajo de Nicolás Sesma, profesor de la Universidad Grenoble Alpes, es una enmienda a la totalidad al argumentario con el que el propio franquismo presentó en vida su propio relato. Que, en consecuencia, obedecía a un lema propagandístico con más capacidad de prender, máxime en tiempos como aquellos de censura en los medios de comunicación y de control total de la educación.
Lo presenta este viernes a las 19.30 horas en el Ateneo de Santander, y en torno a esa investigación mantenía una conversación con EL FARADIO, en la que cuestionaba punto por punto esos argumentos de la dictadura.
No sólo no hubo uniformidad ni el mismo comportamiento en todos los territorios (pone como ejemplo el mantenimiento de sistemas forales y conciertos en Navarra y Álava, pero no en otros territorios, como recompensa a apoyos recibidos), sino que ni siquiera hubo una única tendencia que respondiera a “una sola persona”: desde la amalgama de visiones del falangismo o el carlismo, hasta los distintos momentos por los que pasó a lo largo de sus cuatro décadas de duración de un régimen que “podía ser una cosa y la contraria, siempre y cuando atendiera a sus intereses”.
Desde luego, no se logró esa “grandeza nacional” de sus fronteras con las que remitía a la época del imperio: aparte de que tras la II Guerra Mundial, ese tipo de proyectos de expansión eran “imposibles” en Europa, es que llegó a acuerdos de cesión de espacios con la Argentina de Perón o “legislación a la carta” e “impunidad” para Estados Unidos.
Es decir, “se acabó enajenando la soberanía nacional cuando fue necesario” para garantizar la supervivencia de la propia dictadura: “el régimen negoció con la soberanía haciendo dejación de funciones respecto a los intereses de la ciudadanía”.
La grandeza tampoco podía entenderse en el plano económico, en unos años en los que miles de españoles se marcharon a la emigración a Alemania, Francia o Suiza por la pobreza y falta de oportunidades económicas. El “milagro económico” que se vendió con el tiempo se explica por las divisas de los emigrantes que enviaban a sus familias en el país, o por la expansión que se produjo en la Europa occidental.
Lo de la libertad parece evidente en un momento en que las manifestaciones o huelgas podían llevar a la cárcel y en los medios de comunicación había censura, además del control de la educación.
Desde esa perspectiva, explica por “cálculos políticos o electorales” la mitificación de aquellos años, recordando que “nada justifica la división de la población entre vencedores y vencidos, que es lo que tuvimos durante cuatro décadas”.
NICOLÁS SESMA
Nicolás Sesma (nacido en Vitoria en 1977 aunque oscense de adopción) es profesor titular de Historia de España en la Universidad Grenoble Alpes.
Licenciado por la Universidad de Zaragoza y doctor por el Instituto Universitario Europeo de Florencia con un tesis sobre el Instituto de Estudios Políticos (Premio Miguel Artola 2009), fue becario de la Residencia de Estudiantes e investigador de la Universidad de Madison Wisconsin (2006) y la Universidad de Columbia en Nueva York (2010-2012).
En 2004 recibió el Premio de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Historia Contemporánea. Miembro de l’École des hautes études hispaniques et ibériques (Casa de Velázquez) durante el curso 2020-2021, es autor de una Biografía política de José Larraz López (1904-1973) (2006) y una Antología de la Revista de Estudios Políticos (2009) y coautor de Una juventud en tiempo de dictadura. El Servicio Universitario del Trabajo (SUT), 1950-1969 (2021).