El PSOE quiere puntos violeta que presten atención todo el año a víctimas de agresión sexual y violencia de género
El PSOE de Santander quiere extender los puntos violeta que prestan atención a víctimas de agresión sexual durante las Fiestas de Santiago a todos los fines de semana del año.
Así lo va a plantear en una moción que ha registrado la portavoz adjunta del Grupo Municipal Socialista para su debate en el próximo Pleno de mayo, que se celebra mañana jueves día 30, en el que plantearán una serie de medidas relacionadas con la prestación de este servicio más allá de las fiestas del mes de julio.
“Un punto violeta es un lugar seguro para las víctimas de violencia machista, donde son atendidas, apoyadas y acompañadas y conocen los servicios de ayuda para las víctimas de violencia machista”, explica Mora.
La iniciativa se apoya en los últimos datos, que son “muy preocupantes”. Recalca que Cantabria es la segunda comunidad autónoma con mayor tasa de violencia de género, como consta en la resolución de la Secretaría de Estado de Igualdad del pasado 16 de marzo.
Según los datos ofrecidos por la Delegación del Gobierno, hay 738 víctimas en nuestra Comunidad, con una subida del 27% en sólo un año; 435 hombres condenados con sentencia firme por violencia de género, 2.165 medidas cautelares y 2,7 mujeres mayores de 14 años por cada mil habitantes son víctimas de violencia de género en Cantabria.
En cuanto a la violencia sexual, el PSOE se muestra alertado porque en los tres primeros meses de este año 2024, en Cantabria se han conocido 10 agresiones sexuales con penetración, de las cuales en Santander se han producido tres, dos en Torrelavega, una en Castro Urdiales y una en Camargo.
Mora defiende los puntos violeta y protocolos de atención en los locales de ocio nocturno como de “especial interés” para la “concienciación, prevención y atención a las víctimas”.
El PSOE quiere extender a todo el año estos puntos violetamás allá de las fiestas estivales, las zonas de ocio nocturno y los eventos especiales, y también plantea puntos violeta estables en farmacias, comercios y asociaciones que desean colaborar, así como en los centros educativos.
Al respecto, menciona experiencias en las que “se han establecido programas de identificación y actuación para prevenir situaciones de violencia contra la mujer, aportando a los jóvenes información y asesoramiento sobre cuestiones relacionadas con la violencia de género”.
Los socialistas recuerdan que Pamplona fue el primer ayuntamiento que dispuso de una caseta para dar información sobre agresiones sexuales, en los San Fermines de 2015 y, desde entonces, le han seguido otras ciudades y pueblos de toda la geografía española.
Santander se sumó el pasado año 2023, vinculados a las fiestas de la Semana Grande y a los festivales de música, cuando se instalaron dos puntos violeta durante 10 días en distintos lugares de la ciudad que cuentan con la asistencia habitual de jóvenes.
“Desde su inicio, la utilidad de colocar puntos violeta y su buena recepción por la ciudadanía ha ido en aumento y cada vez son más las ciudades que han visto la utilidad de crear puntos violeta estables además de en fiestas o eventos especiales”, argumenta la edil socialista.
Un 31% de las violaciones, bajo sumisión química
“Toda la sociedad se agita y se manifiesta ante los repetidos episodios de terror que sufren las mujeres”, apunta Mora, que añade que “la sumisión química anula la voluntad de la mujer sin que esta pueda hacer nada” y el 31% de las violaciones se producen ya en estas circunstancias según el Ministerio de Justicia.
Esta práctica, sobre la que reclama “muchos más estudios epidemiológicos para dimensionar el problema”, dado que se trata de “una forma emergente de violencia contra las mujeres, que ha sido abordada desde una perspectiva legal y sanitaria, pero escasamente desde la Salud Pública”.
Mora recalca que la sumisión químicaproduce “efectos favorables para el agresor” como “amnesia anterógrada (que retrasa el diagnóstico y dificulta el testimonio), sedación, alucinaciones (pudiendo invalidar el testimonio de la víctima) y desinhibición (que puede suponer una supuesta colaboración de la víctima”.