Escombreras ilegales, descontrol privado y renuncia a servicios públicos: el modelo urbanístico más allá del aparcamiento de El Sardinero
El Ayuntamiento de Santander ha presupuestado 4,1 millones de euros para un aparcamiento junto a los Campos de Sport de El Sardinero, el estadio del Racing, que sustituirá al que existe en la actualidad. Será una instalación de pago, según recogen sus presupuestos, y con menos plazas que en la actualidad, según ha admitido públicamente la alcaldesa. Y se anuncia con objetivos de ser disuasorio e intermodal, por la cercanía a la autovía o al llamado Intercambiador de autobús, infraestructuras que en todo caso ya existen y a las que se añade como novedad puntos de recarga de vehículos eléctricos.
El proyecto se encuentra ahora en fase de licitación para que se presenten empresas interesadas en desarrollarlo. Para llegar a este planteamiento, se acabó renunciando a una planta subterránea que hubiera permitido más plazas.
Los trabajos previos a su redacción afloran algunos elementos de la zona que reflejan el modelo de ciudad imperante en Santander de forma prácticamente ininterrumpida durante décadas ante la ausencia de alternancia política, con una gestión del urbanismo en la que sólo la época de Ciudadanos permitió que esta área no la dirigiera el PP y cuyos principios entroncan con la reconstrucción tras el incendio del 41, como se cuenta en ‘Expulsados’ (Libros.com), del equipo de EL FARADIO.
LA RENUNCIA A LO PÚBLICO
Por ejemplo, la revisión de las normas urbanísticas para el área en que se encuentra el aparcamiento y el entorno permite comprobar que allí se planificó, en el límite del aparcamiento más cercano a las playas, un edificio para servicios públicos.
Así, según la información cotejada por EL FARADIO, bajo la denominación Equipamiento 348 categoría 6 y el nombre de Dotacional Sardinero, se contemplaba la posibilidad de un edificio para usos especiales, con seis plantas y 19 metros de altura. En urbanismo, dotacional se emplea para suelos o equipamientos públicos, desde viales hasta residencias de personas mayores pasando por colegios o centros de salud.
Plano con las posibilidades para la zona. Al extremo derecho, el equipamiento público junto al aparcamiento y el estadio
La renuncia a lo público en la zona se plasmó en todo lo que sucedió con La Pereda (junto al centro de salud y el hotel Palacio del Mar): la antigua residencia Marcano fue cerrada aludiendo a los altos costes de mantenimiento, y tras subastarse el suelo y permitirse el cambio de usos de público a privado, acabó abriendo una residencia privada de lujo para personas mayores, con apenas cinco plazas a precio reducido.
EL DESCONTROL PRIVADO
Hacia el otro extremo está el Parque de Las Llamas, ubicado en la vaguada de Las Llamas, una zona de humedales por la que llegó a discurrir el arroyo del mismo nombre hasta desembocar en la playa. El desarrollo urbano de la zona de El Sardinero, antes las afueras de la ciudad, acabó por desconectar el arroyo de su desembocadura y convertirse en una escombrera y vertedero ilegal.
Después se harían rellenos que permitieron urbanizar la zona o generar la explanada para construir los Campos de Sport de El Sardinero, el estadio en el que juega el Racing de Santander.
EL VIAL DE AMPARO
El desarrollo de la zona continuaría por los alrededores, todo el área de Valdenoja, que se fue transformando de los paisajes más rurales que todavía perviven en Cueto, a todo el entorno residencial, levantado al albor de las sucesivas burbujas inmobiliarias, e inicialmente con escasas dotaciones que llevaban a un modelo de dependencia del automóvil, incrementado por la cercanía a la autovía.
La necesidad de reducir tiempos de desplazamiento fue la que se invocó para construir –a cargo de la empresa de una constructora de un compañero de partido del alcalde de entonces- el vial de Amparo Pérez, el segundo en pocos metros. Para ello, se recurrió a la expropiación de la finca de esta anciana santanderina, que falleció tras una larga e inspiradora lucha por su casa, uno de los pocos vestigios en Las Llamas del Santander rural.
Sobrecostes de 220.000 euros en el vial de Amparo Pérez en la vaguada de Las Llamas
EL PARQUE DE LAS LLAMAS
La construcción del Parque de Las Llamas trató de regenerar la zona de la antigua Vaguada, y se consiguió la parte de generar un espacio atractivo para aves, en colaboración con SEO/Birdlife, organización de referencia. El proyecto general fue recibido con críticas de colectivos sociales y ecologistas que advirtieron de que su diseño, poco naturalizado con construcciones de madera o cemento, como se ha puesto de manifiesto con el paso de los años y los problemas de mantenimiento denunciados por usuarios están llevando a nuevos desembolsos económicos.
HÁBITAT FUTURO
Santander Hábitat Futuro, el modelo de ciudad encargado a expertos tras una consulta ciudadana en la legislatura con Ciudadanos y redactado bajo la premia del urbanismo regenerativo, ideó para Las Llamas un parque recreativo que conectara ciudad y campo, más naturalizado, sin viales artificiales, con variedad de especies, aulas de naturaleza para colegios e institutos y un corredor verde que enlazara con el mar.
La regulación de la zona implicaba modificar el trazado de la cercana S-20 y la Avenida de Los Castros –que además al rodear el Parque de Las Llamas generan sensación de aislamiento–, con reducción de velocidad y mejor integración con el parque, ensanchando la mediana y menos estética de autovía.
En la zona, por cierto, se contemplaba también un disuasorio: estaría en las proximidades del campus de Los Castros de la UIMP, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y permitiría eliminar el vial interior de acceso a coches en el parque. El modelo de ciudad diseñado por LandLab y Paisaje Transversal recordaba que la conjunción de zonas de bajas emisiones y aparcamientos disuasorios, junto a infraestructuras como las electrolineras, debía llevar aparejado un incremento del transporte público.
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