El Ayuntamiento de Santander ha presupuestado un total de 4,1 millones de euros para la construcción de un aparcamiento “disuasorio” e “intermodal” que se ubicará en las explanadas a ambos lados de los Campos de Sport de El Sardinero, donde en la actualidad ya hay plazas de estacionamiento (más que los que tendrá el nuevo, según ha admitido la alcaldesa). El nuevo aparcamiento será de pago, según recogen los presupuestos del proyecto, aunque el Consistorio no termina de concretar en público la fórmula pese a lo avanzado de su tramitación.

La inversión está financiada en parte con fondos europeos que tienen entre otros objetivos la aceleración de las Zonas de Bajas Emisiones, y desde el proyecto se le encuadra como un aparcamiento disuasorio e intermodal.

Un aparcamiento disuasorio es una infraestructura que pretende disuadir del uso del coche para reducir las emisiones de CO2. Se busca que los vehículos en lugares de más circulación, generalmente los centros urbanos, se dejen en una zona en la que se coja el transporte público, reduciendo tanto el tráfico como la contaminación asociada.

Y con intermodalidad, en términos de movilidad, se refiere a la combinación de varios medios de transporte: vehículo privado, público, bicicleta…

El proyecto del aparcamiento junto a los Campos de Sport justifica la intermodalidad y el carácter disuasorio en elementos ligados a su emplazamiento, fundamentalmente la cercanía con la autovía S-20 y la existencia del llamado Intercambiador de El Sardinero para autobuses.

Ambos son elementos que ya existen en el actual aparcamiento sin que esté cumpliendo una función disuasoria. No parece que ninguna inversión económica vaya a cambiar el emplazamiento, la cercanía a la autovía o la existencia del Intercambiador.

LAS NOVEDADES

Sobre ellos, como expone el proyecto consultado por EL FARADIO, se añaden otros elementos (que en cualquier caso podrían haberse incorporado al aparcamiento actual, de los 4,1 millones de euros presupuestado casi la mitad se van al reasfaltado y a la construcción de instalaciones, y existen otros gastos ligados al sistema de gestión de pagos, ya que no será totalmente gratuito).

En concreto, se trata de una mejor conexión con la S-20, que requiere adaptación en obras, y los puntos de recarga de vehículos eléctricos, conseguidos a base de energía fotovoltaica.

Los accesos de vehículos al aparcamiento este se realizarán por las calles San Agustín y Real Racing Club. En la primera se realizará una conexión con la glorieta de la S-20 para que los vehículos que vienen de fuera de la ciudad puedan acceder y salir del aparcamiento cómodamente.

Desde la glorieta habrá una entrada para los autobuses, otra para los vehículos, y una última salida para los vehículos. La entrada al aparcamiento se hará dejando la calle San Agustín y pasando un control de accesos. La salida se realizará por este mismo espacio hacia la glorieta de la S-20

Se dispondrá de 34 plazas de recarga de vehículos eléctricos mediante la construcción de unas marquesinas fotovoltaicas, y los trabajos de pavimentación incluyen carriles bici.

LOS DISUASORIOS REQUIEREN MÁS TRANSPORTE PÚBLICO

En la legislatura en la que Ciudadanos gobernó junto al PP y asumió las competencias en Urbanismo, se encargó y redactó el modelo de ciudad Santander Hábitat Futuro, el documento que buscaba sentar las bases de las próximas décadas en la capital más allá del mero agotamiento del suelo que ha caracterizado a la ciudad desde el incendio del 41 o las burbujas inmobiliarias.

Desde el proyecto, concebido como un avance de un futuro Plan General y con el que el PP nunca mostró sentirse concernido, se hablaba también de aparcamientos intermodales en la zona, previsto para la zona del campus de Los Castros de la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo), pero, sobre todo, se advertía de que la construcción de aparcamientos disuasorios debía ir necesariamente acompañada de más líneas y frecuencias de transporte público. En otras ciudades españolas o europeas se complementan con lanzaderas: líneas rápidas de transporte al centro.

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No parece ser el caso en Santander, donde ni el proyecto aprobado ni las declaraciones públicas del equipo de Gobierno han mencionado hasta la fecha medidas en ese sentido para El Sardinero, cuyo Intercambiador seguirá con las mismas frecuencias.

LOS INTERCAMBIADORES, EL LEGADO DEL TUS

Intercambiador es la denominación que decidió adoptar el equipo de Gobierno cuando implantó el fallido MetroTus, diseñado como una gran línea central de autobuses a la que se conectaban luego por transbordos líneas periféricas. Su aplicación en la práctica generó numerosos problemas y quejas en los usuarios por los retrasos o falta de líneas, sobre todo en los pueblos o periferias de Santander, llegando a saturar el resto de líneas.

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Al final, el PP acabó desistiendo de un modelo que supuso más ingresos para la concesionaria de algunas líneas privadas en la ciudad, el gigante del transporte ALSA.

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Pero quedaron como legado la línea central y el carril exclusivo para buses y taxis por el centro, así como los Intercambiadores, en Valdecilla y El Sardinero, este último con mejores dotaciones.

No obstante, la denominación de Intercambiador, como sabe cualquiera que haya conocido el de Madrid en Avenida de América, abarca a la conexión de varias medios de transporte y suele tener un carácter más allá de la propia ciudad, mientras que estos dos únicamente conectan líneas de autobús municipal y dentro de la ciudad de Santander.