La pasada semana se vieron concentraciones en numerosos puntos de España, Santander incluida, en que los sindicatos quisieron reivindicar, ante las puertas de las sedes de la Patronal, que haya una reducción efectiva de la jornada laboral. La mesa del diálogo social está manteniendo reuniones, pero el acuerdo no termina de llegar. Los sindicatos acusan a la CEOE de estar retrasando y torpedeando ese acuerdo.

Mariano Carmona señala que «a los empresarios les cuesta y lo venden como el fin del mundo» en una entrevista concedida a EL FARADIO. Recuerda que la postura fue similar ante otras medidas que se han tomado en los últimos años, como la aprobación de la reforma laboral o la subida del Salario Mínimo Interprofesional.

El secretario general de UGT en Cantabria explica que «nuestra reivindicación es bajar a 32 horas» la jornada. El Gobierno se plantea hacer una primera reducción de 40 a 38,5 horas semanales, y un año después reducir a 37,5, dentro del objetivo de acabar llegando a las 35 en un periodo no muy largo de tiempo.

Pero no en todos los casos hay jornadas de 40 horas. Carmona defiende que «en la mayoría de las empresas donde hay una representación sindical fuerte ya hay una jornada, en muchos casos, por debajo de las 37,5 horas». Y eso, según el líder sindical, lleva a una mayor rentabilidad de esas empresas, por lo que la medida conllevaría una mejora de las condiciones de los trabajadores y también serviría para un mejor funcionamiento empresarial. En cualquier caso, cree que la fórmula para reducir la jornada debe salir de la mesa del diálogo social. Y cree que la mejor manera de negociar es llegar a ella con propuestas y no a la defensiva, como afirma que llega la CEOE. Esto se debe también a la debilidad que tiene el Gobierno central, que sufre cada vez que quiere aprobar algo en el Congreso.

Carmona señala que la jornada laboral, en los últimos 40 años, incluso ha aumentado por la vía de convenios colectivos firmados a nivel sectorial o empresarial, por lo que se va en la dirección contraria. Y remarca también que, en los últimos tiempos, sacar adelante una negociación de un convenio en que se quiere obtener, como subida salarial, el IPC más un 0,2% o un 0,3% «ya supone unas tensiones en las mesas de negociación que no son normales».

Cree el líder de UGT que un debate como el de la reducción de la jornada laboral «es sano y genera higiene en las empresas que están acostumbradas a no tener esta higiene, genera transparencia» y que el objetivo de esta medida es lograr «un mayor reparto de los beneficios que se están generando en las empresas». En varios casos se están viendo unas ganancias que no van acompañadas de una mejora sustancial de las condiciones de quienes generan esos beneficios.