La Coordinadora Cántabra de ONGDs conmemora la Semana para la Erradicación de la Pobreza en un contexto en el que “el planeta sufre el mayor número de conflictos desde la Segunda Guerra Mundial”.

La acumulación de conflictos y la emergencia climática están llevando a que el nmero de personas desplazadas en el mundo alcance su cifra más alta de la historia; más de 117 millones, según ACNUR (y la mayoría de ellas, pese a los discursos que ponen el acento en otras percepciones, lo son en movimientos de carácter interno dentro de su país o región).

Citando casos como la escalada de violencia de Israel en Palestina, ahora Líbano, pero también otros conflictos prolongados como los de Ucrania, Sudán, Sáhara Occidental o el Sahel, advierten de la proliferación también de “discursos belicistas.

EL RIESGO DE LOS DISCURSOS DE ODIO Y BELICISTAS

De esta forma, advierten, “se ha creado un caldo de cultivo perfecto para quienes quieren hacer proliferar las narrativas de odio, y el miedo se convierte en una herramienta potente de desinformación masiva, que se nutre muchas veces de la apatía e indiferencia de quienes callan ante estas lógicas discursivas”.

Una consecuencia de esos discursos es la persecución política a las organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos humanos estén sufriendo en multitud de países como Nicaragua, Perú, Guatemala, Hungría, Paraguay, Palestina, Sáhara Occidental o Tanzania.

Y eso que en realidad, recalcan, la población se muestra a favor de las políticas contra las desigualdades: según la última encuesta del CIS, de septiembre de 2024, más del 70% de las personas encuestadas aseguran que se deberían hacer mayores esfuerzos para ayudar a desarrollarse a las regiones que sufren mayores desigualdades.

Por eso reclaman a las instituciones una respuesta política “a la altura de su ciudadanía”, y el cumplimiento de las obligaciones adquiridas a nivel internacional, estatal, autonómico y local.

TEMEN EL «DESMANTELAMIENTO PÚBLICO DE LA COOPERACIÓN»

En este sentido, detallan que el objetivo (establecido por Ley) del 0,7% de los presupuestos para políticas de ayuda al desarrollo se enfrenta a una realidad en la que los presupuestos autonómicos de 2024 se caracterizan por “un vertiginoso recorte que pareciera amenazar con el desmantelamiento público de la cooperación”.

En concreto,  10 de las 17 Comunidades Autónomas han congelado o recortado sus presupuestos destinados a AOD, la media del porcentaje destinado por las CCAA a AOD en 2024 se sitúa en el 0,12% y 6 de ellas destinan un presupuesto inferior al 0,06%, situándose Cantabria, con un 0,11%, ligeramente por debajo de la media nacional.

“Unas cifras poco alentadoras que deben motivar nuestra movilización como sociedad civil y ciudadanía activa para apostar por estrategias de incidencia y comunicación que hagan que el gobierno y los ayuntamientos de Cantabria adquieran mayores compromisos, a nivel presupuestario y político”, apostillan, incidiendo en la necesidad  políticas “que tengan como objetivo un desarrollo sostenible, que se consoliden desde los enfoques feministas, ecologistas y basados en derechos y paz”, en definitiva, una cooperación que ponga en el centro la vida y que entienda que vivimos en un mundo interconectado.

FRENTE A LA POBREZA, COMPROMISO Y MOVILIZACIÓN

La Coordinadora Cántabra de ONGDS apela, ante todo este contexto, a que la paz y los valores democráticos a nivel global y local “necesitan más que nunca ser refrendados por una ciudadanía comprometida, movilizada y crítica capaz de cambiar esta realidad generando empatía y cooperación entre los pueblos y las personas”.

“La paz, la justicia social y la solidaridad son los valores que deberían acaparar las portadas de los medios”, ya que son principios “que han edificado las sociedades modernas.

EL DÍA INTERNACIONAL

La conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza s se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de cien mil personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se había firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre. Los allí reunidos proclamaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto.

Desde entonces, personas de toda condición, creencia y origen social se reúnen cada año para renovar su compromiso y mostrar su solidaridad con los pobres y Naciones Unidas anima a promover en este día actividades concretas de erradicación de la pobreza y la indigencia, desde la perspectiva de que la pobreza es una negación de los derechos humanos de cada persona.