Los cien años de lucha del guerrillero antifranquista Jesús de Cos se conmemoran este jueves
Con la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Cantabria aún caliente, y con la desaparición de Isabel Tejerina todavía doliendo, son días para hablar de memoria colectiva, compartida, robada y salvada.
Este jueves 7 cumpliría cien años Jesús de Cos, guerrillero antifranquista, exiliado y luchador antifascista.
Para conmemorarlo, AGE (Archivo, Guerra y Exilio) ha organizado un acto en el que se proyectará el documental ‘Los maquis de la imposible esperanza’ en el que es uno de los protagonistas y relata la organización de los guerrilleros antifranquistas en Cantabria y su resistencia en el monte a través de la Agrupación Guerrillera de Santander, hasta el final con la caída, ya casi en los años 60, de las leyendas Juanín y Bedoya.
Y también un audiovisual de media hora de duración, a partir de una entrevista realizada por Pepe Galán, documentalista que ha realizado diversos trabajos recogiendo testimonios de víctimas del franquismo, en el que Jesús repasa diferentes momentos de su lucha.
El acto será en el paraninfo del instituto Santa Clara de Santander, el 7 de noviembre a las siete de la tarde.
La familia de Cos estuvo marcada por la represón en la lucha: su padre Donato de Cos, murió asesinado por los nazis en el campo de concentración de Gusen. De los dos hijos de Donato, Manolo de Cos fue condenado a muerte pasando muchos años en la cárcel y en campos de trabajos forzados, mientras que su otro hijo, Jesús, se tuvo que echar al monte. Un hermano de Donato fue ejecutado a garrote vil en Santander.
Criado en el Valle del Nansa, fue enlace de la brigada Machado, un grupo antifranquista con Ceferino Roiz cuya lucha se extendió hasta bien entrados los años 50 y a la que también se incorporaría tras sufrir detenciones y torturas. Luchó junto a referentes como Juan Fernández Ayala, el legendario ‘Juanín’.
Encerrado en un campo de concentración y exiliado en Francia, nunca cejó en sus compromisos políticos y sindicales. A su regreso a España trabajó por la reivindicación de la memoria histórica y los derechos de los combatientes republicanos, a través de la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE), junto a su compañera Marisol González.
De ese trabajo han surgido hitos como los monumentos a las víctimas de los campos de exterminio nazi y la represión franquista en Camargo, o en recuerdo a guerrilleros como Juanín, Gildo, Madriles o las brigadas Cariñoso o Pasionaria, entre otros, además de la publicación de su libro ‘Ni bandidos, ni vencidos. Memorias de una gesta heroica. La guerrilla antifranquista en Cantabria”, en el que recopila breves biografías de cientos de protagonistas en la lucha contra el fascismo en Cantabria.
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