Aunque el terrible paso de la Dana ha desplazado prácticamente todo lo demás a un segundo o tercer plano en lo que a información se refiere, justo antes de la tragedia tuvo lugar la primera jornada de huelga convocada por los sindicatos. Una huelga que afectaba, básicamente, a los conductores de autobuses de pasajeros.

José Giráldez, secretario de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Cantabria, explica que es en el transporte de pasajeros donde el acuerdo no termina de llegar. Sí lo ha habido en el transporte de mercancías, también para conductores de ambulancias y se da por hecho en el caso de los gruistas.

Para forzar al acuerdo con los conductores de autobuses, ya sea urbanos o interurbanos, se han planteado una serie de jornadas de huelga, pero espaciadas en el tiempo, porque hay confianza, en la parte sindical, en que se terminará la negociación de una buena manera. El 28 y 29 de noviembre serían las siguientes jornadas de paro, después habría otras dos los días 3 y 5 de diciembre, y sólo si se llegara a las fechas navideñas sin acuerdo, se plantearía una huelga indefinida, que empezaría el 23 de diciembre.

Giráldez estima que la patronal «ha sido más reacia en el sector pasajeros» a llegar a un acuerdo con los sindicatos. Lo que buscan los representantes de los trabajadores es conseguir que estos trabajadores puedan jubilarse de manera anticipada, como explica en una entrevista concedida a EL FARADIO, dentro de la sección mensual ‘En lucha’.

El representante de UGT explica que ya hay convenios que «establecen que la jubilación anticipada es obligatoria». Y les parece que las partes empresariales deberían hacer más para que haya un mejor relevo generacional en este sector, de modo que los trabajadores no tengan que llegar a los 67 años trabajando ni haciendo distancias muy largas. Un ejemplo de conductores que tienen los coeficientes reductores para jubilarse antes son los maquinistas de tren. en UGT se preguntan que, si existe ese caso, por qué no pueden tener lo mismo los conductores de autobuses. Creen que se debe fomentar «la formación y la incentivación» en esas empresas, dentro de un sector en el que admiten que no es tan fácil encontrar conductores.

Aunque la jornada se vea reducida en los últimos años de la vida laboral, Giráldez dice que «hacen jornadas a veces maratonianas, tanto transportistas como chóferes. Sobre todo los que van al extranjero». Eso aumenta notablemente la posibilidad de que surjan incidentes durante el viaje, y alguno de ellos puede convertirse en un accidente de tráfico.

No se trata, en opinión de Giráldez, solamente de derechos de los trabajadores, sino una cuestión de seguridad vial. Los conductores necesitan tener una gran concentración, y eso ya no es tan fácil de sostener cuando se pasa de los 60 años, además de otras cosas que van disminuyendo con el paso del tiempo, como los reflejos o la agudeza visual.