Integrarse
Tengo que reconocer que cuesta. No me hacía a la idea y me sentía raro. No es fácil dependiendo de dónde vengas.
Pero poco a poco, con espíritu sumiso, con ayuda del entorno, fijándome en los demás , he ido mejorando.
He aprendido a soportar una sanidad infame.
A sufrir la ausencia de transporte mínimo decente.
A no contar con una ley de vivienda.
A que mis vecinos se suiciden temiendo ser desahuciados.
A que se siga votando a los mismos caciques . Ya sean «vende anchoas», «no hago nada «, o los que no se esconden y se dedican a «arruinar a los hijos de los demás».
Por fin he entendido que vivo en un cortijo en el que, ocasionalmente cambia el señorito. O señorita.
Pero que, en la práctica, son unos » ninis» , ya que ni unos ni otra solucionan un sólo problema, ocupados como están en sus asuntos.
Los suyos. Que no los nuestros.
Que , como buen lugareño, lo importante es saber decir «a mandar , que para eso estamos».
No debo protestar demasiado por el hecho de que los fascistas deroguen una Ley de Memoria, que ofrezca reparación y consuelo en parte , por los asesinatos y latrocinios , realizados por
los golpistas y sus secuaces durante la guerra y los casi cuarenta años de régimen dictatorial.
Y , eso sí , debo guardar las apariencias y reunirme con otros 7.000 y pico.
Hoy en Somo , para protestar por unas urbanizaciones que se construirán sin ninguna duda ni oposición.
Mañana, en Reinosa, para lloriquear por una sanidad que se desangra , sin transfusión de medios.
Desmantelada a la espera de privatizarse.
Porque, por si alguien no ha caído en la cuenta, esos simulacros de protesta no hacen sino fortalecer a un gobierno ultra , que sabe perfectamente, con total certeza , que ahí va a terminar la cosa. En mera protesta.
Por eso dice el consejero Pascual, y estoy de acuerdo, que la concentración de Reinosa no va contra el PP.
No se trata de un órdago con buenas cartas , sino de un simple farol descubierto a la legua.
Y que luego el personal va a volver a su cubículo, al redil , sintiéndose mejor, y ni por un momento va a pensar en la gran ruina que se le viene encima.
Ya que ni por un momento se va a ejercer la fuerza justa, lícita y a nuestro alcance, para terminar con todo ello . Y más , mucho más que se puede decir.
Una fuerza que proclame que los partidos no son el ombligo del mundo.
Que el ombligo lo son las personas y sus derechos.
Los conseguidos y los por conseguir.
Una fuerza que deje claro que no va a haber labor productiva, si no se garantiza que el reparto de riqueza va a ser más equitativo.
Que el ciudadano tiene derecho a una vivienda, una educación y una sanidad de calidad, y no sólo que sean moneda de especulación al alcance de ricos .
Que no es de recibo que un vecino de Santoña no pueda acceder a un puesto de trabajo en Reinosa o Torrelavega, por falta de transporte público.
Que no son admisibles 3 desahucios semanales de media en Cantabria, mientras el gobierno ultra no promulga una Ley de Vivienda que proclame el Derecho Subjetivo de todo ciudadano cántabro en materia de acceso a una vivienda.
Que ése mismo gobierno ultra, no aplique, porque no le da la gana , la ley de vivienda estatal , los ayuntamientos declaren zonas tensionadas, y los vecinos no tengan que emigrar por el acoso de la vivienda turística.
No es admisible que esté más cerca el próximo suicidio , como consecuencia de la desesperación producida por una amenaza de desahucio , que el que los ayuntamientos promuevan un PROTOCOLO que enfrente la emergencia habitacional.
Un próximo suicidio del que nadie se responsabilizará, y que servirá para guerra entre unos y otros , que entonces lanzarán acusaciones de negligencia.
Entre aquellos que antes no hicieron nada y los que ahora tampoco.
No es admisible que los partidos políticos sean el mismo perro, aunque cambie el collar.
Y, sí, estoy integrado.
Pero me siento raro.