Los nueve de Peñaherbosa encaran su segunda noche de encierro tras recibir el aliento de compañeros docentes
Hace años la sede del Gobierno de Cantabria tenía enfrente un mural con un corazón. Ahora tiene una simulación de la llegada a Sevilla de los navíos que rompieron las cadenas de la ciudad. De momento la Junta de Personal Docente ha conseguido entrar al castillo y hacerse fuertes en su demanda no sólo de una mejora salarial que reconozca la dignidad y necesidad de su trabajo en las aulas, sino prácticamente de una mayor seriedad a la hora de negociar.
Casi un centenar de maestros y profesores acudieron a la concentración convocada para mostrar apoyo, en Peñaherbosa, a los compañeros que se preparaban ya para la que será su segunda noche encerrados en la sede del Gobierno de Cantabria. Algunas habían desempolvado el baby verde (verde educación pública) y muy pocos pudieron renunciar al paraguas, pero ahí estaban.
La razón del encierro estaba en los cánticos de los manifestantes: “salario docente, salario decente”, “Silva, escucha, abre la hucha” o “Buruaga, paga, paga, paga”.
De fondo está la reivindicación de la mejora salarial de un colectivo que lleva ‘congelado’ 16 años en los que, mientras tanto, el coste de la vida ha subido más de un 30%.
El problema que les ha llevado al encierro no ha sido -no sólo ha sido- la mejora salarial, sino la forma de negociarlo por parte de la Consejería de Educación: en teoría el escenario era bueno, ya que venían de una moción en el Parlamento aprobada por unanimidad, es decir, con el apoyo del PP, partido en el Gobierno, que además incluyó una enmienda de su cosecha. Y el propio consejero de Economía, responsable máximo de las cuentas públicas, no lo veía mal del todo. El momento, como reza la campaña lanzada desde los sindicatos docentes, era ahora, en plena tramitación de los presupuestos de 2025.
Ayer lunes, los sindicatos integrados en la Junta de Personal Docente acudieron a la sede del Gobierno en Peñaherbosa con una propuesta en sus carpetas que estimaba una subida de 325 euros, pero con implantación escalonada. Y lo que se encontraron fue, una falta de propuesta alternativa y un mensaje en contra a cualquier subida, que chocaba con lo aprobado en el Parlamento, pero también con las mínimas prácticas de negociación en cualquier proceso.
De modo que lo que era una visita al Ejecutivo para negociar se convirtió en una estancia más prolongada: la noche de ayer y la de hoy, y sin fecha prevista para más.
El gesto de protesta ha servido para desencadenar una respuesta de Educación: el mensaje de la Junta ante la falta de propuesta y ganas fue urgir a la mediación de la presidenta Buruaga. Y a ella, la jefa del Ejecutivo, se ha referido este martes el consejero Sergio Silva como quien le había instado a desbloquear la negociación con una nueva convocatoria de reunión, para el próximo viernes que, en realidad, ha sido una suerte de viaje en el tiempo: la ausencia nuevamente de propuesta y la falta de percepción de que se quiera ir hacia la subida salarial –lo único que se ha planteado es que va en el orden del día- les llevaba de nuevo al lunes, es decir, a una reunión de negociación sin actitud proactiva por parte de la otra parte.. Así que la Junta respondió, atendiendo además a la experiencia negociadora, que sin propuesta concreta, seguirían encerrados.
Dos días encerrados dan para mucho ya: para organizarse de cara a gestionar alimentación y otras cuestiones relacionadas con el día a día; incluso a sufrir cuestiones como el rechazo a que pudieran meter ropa con la que cambiarse, que llevó a alguno a tener que arreglarse en la calle.
Se trata de comunicar, y donde permanecen es, paradójicamente, en el lugar desde donde comunica el Gobierno, su sala de prensa, desde donde están difundiendo su mensaje al exterior, a través de medios de comunicación, redes sociales y mensajería instantánea.
Por allí no sólo envían mensajes sino que están recibiendo mensajes de apoyo del resto de la sociedad. Fuera, esta tarde se desarrollaba una concentración de apoyo de sus propios compañeros, maestros y profesores, algunos ‘conciliando’ con la familia de la mano, esgrimiendo cánticos, sorprendidos del despliegue policial, con presencia también de representantes de partidos como PSOE o IU.
La protesta más convencional, la que saca músculo y estribillos, convivió con la tecnológica: desde fuera, los compañeros contactaban por videollamada con los de dentro, dándose escenas en las que o bien saludaban, o bien escuchaban las muestras de apoyo, o bien se alineaban en la pancarta, puño en alto, a través de los teléfonos.
Una vez finalizada la concentración, sin que cejara la lluvia fina y mientras caía la noche, cada vez más rápido, los encerrados de Peñaherbosa afrontaban su segunda noche dentro, pendientes de la negociación del viernes, y de recibir mañana jueves otra visita, en este caso de los pensionistas, que tenían prevista ya una cacerolada frente al Gobierno a través de la Coordinadora de Pensionistas en demanda de más financiación para la dependencia, sanidad o pensionistas, mientras se prepara también una movilización fuerte de la comunidad educativa el próximo 27 a las 18.00 horas.