El pasado sábado, en el mercado de Sarón, en Santa María de Cayón, un grupo de mujeres del  municipio presentaban en público Mujeres sin nombre de Cayón, una nueva asociación feminista que quiere llevar a su pueblo una serie de debates, propuestas o medidas que no encontraban.

Se concibe, explicaban sus promotoras, como un lugar que sirva de “abrazo de apoyo” y un espacio para que las mujeres se sientan libres de hablar de temas tabú, como la menopausia, la menstruación, las malas madres, los problemas de salud mental que van asociados a aquellos cánceres que sufren más las mujeres….

También quieren trabajar en desmentir falsos mitos asociados a las mujeres, como la existencia de un menor deseo sexual, los cánones de belleza, además de la labor de acompañamiento a las víctimas de violencia de género, la reivindicación de la libertad en la forma de vivir o ser (o no) madre, la soledad no deseada o un envejecimiento en el que “no haya que esconder el pelo blanco o las tetas caídas”.

Ha sido un proceso, el de conformar la asociación, en el que han contado en su nacimiento con el apoyo de una asociación consolidada como ACCAS (la Asociación Ciudadana Cántabra Antisida), cuyas integrantes de hecho participaron en la primera actividad, tanto con una charla de la coordinadora Carmen Martín sobre la perspectiva de género en el VIH (que incluye, por ejemplo, un diagnóstico más tardío asociado a la falta de autocuidados propiosde salud sexual  en las mujeres, muchas veces centrados en la fase reproductiva y luego desatendidos).

Un ejemplo de esos debates sobre temas tabús que se quieren llevar vino de la mano de la prima charla, con Mery Rodríguez, sobre salud sexual con perspectiva de género, en la que se fueron repasando conceptos en torno a la sexualidad, los roles de género y las desigualdades asociadas. Al incluir la participación del público, la charla acabó convirtiéndose en un poco debate, un poco desahogo, sobre estos temas, los que precisamente echaban de menos las promotoras en su pueblo, y con la mirada en la violencia de género hasta el punto de que el acto acabó con las asistentes encendiendo velas con los nombres de las víctimas.

Cualquiera que conozca la vida en el medio rural verá cómo gran parte de las actividades y las propias dinámicas que hacen la comunidad las vienen sosteniendo las mujeres: desde su papel prácticamente hegemónico en los clubes de lectura hasta las asociaciones de mujeres ligadas a actividades de ocio, tiempo libre o artesanía. El giro que se viene dando en los últimos años es el de las asociaciones específicamente feministas, con casos como el Espacio Gaia de Laredo o Las Sinsombrero de Castro Urdiales.

Aúnando cultura y género, el próximo 30 de noviembre en Villanueva de Villaescusa será la puesta de largo del trabajo que vienen haciendo en los últimos años en el proyecto El alma de la manzana, puesto en marcha por un grupo de mujeres (algunas de ellas fueron integrantes de las añoradas Gildas). Ese día el público podrá ver el resultado de su trabajo, en torno al teatro, en el que mujeres de distintos orígenes o edades han preparado un montaje escénico que recoge la historia de mujeres que han pasado por la vida (partiendo de la premisa de que “no hay Historia sin mujeres ni mujeres sin historia”), como explicaba en conversación con EL FARADIO una de ellas, Emma Díez.

La representación, que aborda también las desigualdades, trata de darle la vuelta a la imagen de la bíblica Eva como una pecadora, presentada aquí como alguien “subversiva” y “trangresora”,  y el equipo, en el que ha sido importante la convivencia entre sus integrantes, ha trabajado los textos, los trajes y ha desarrollado talleres de dramatización y expresión corporal.

El alma de la manzana está ahora empezando a abrirse a más movimientos y asociaciones, como la propia Comisión 8 de Marzo, organizadora del 25N, y quiere sacar su montaje por otros puntos. Se las puede contactar en Elalmadelamanza @ gmail.com

LAS MUJERES MAYORES, DE LA INVISIBILIDAD SOCIAL A DAR LOS PRIMEROS PASOS EN EL MOVIMIENTO ASOCIATIVO

Santander ha acogido estos días unas jornadas estatales sobre violencia de género y psicología en las que se han tratado numerosos temas por parte de expertas y asociaciones del área. Entre ellas, la violencia de género en las mujeres mayores, de la que hablaba en el congreso el trabajador social Jesús Goyenechea, quien, en conversación con EL FARADIO, exponía como las mujeres mayores sufren una “doble marginación”, en este caso, por una sociedad edadista en la que su violencia se va invisibilizando.

Todo con el agravante de que para muchas mujeres mayores, en su forma de socializar, de aprender, sobre los roles de género, se las inculcó que entraba “dentro de lo normal”, con dificultades incluso para reconocer las situaciones de violencia.

El apoyo social y familiar logra que las mujeres mayores empiecen a ver la violencia de género como un hecho denunciable

Muchas mujeres, apuntaba, están describiendo el feminismo con la menopausia, y empiezan a adentrarse en los ámbitos feministas. Algunas “asumen y reivindican espacios de igualdad para sus hijas, pero no para ellas” porque se dan por amortizadas, por lo que es clave adaptar los protocolos a esas situaciones.

Precisamente en esta área viene trabajando desde hace tiempo UNATE, la universidad permanente, que organizaba el pasado viernes ‘La violencia de género contra las mujeres mayores: nombrar lo invisibilizado’. El encuentro contó con ponentes de lPaís Vasco, Cataluña y Veracruz (México), moderadas por Mónica Ramos Toro, gerontóloga y coordinadora técnica de UNATE.

Y la intervención de la escritora, profesora y activista feminista italo-estadounidense, Silvia Federici, quien advirtió de que “se sigue persiguiendo a mujeres mayores en varios países con la idea de que estas mujeres no tienen derecho a vivir, no tienen derecho tener recursos o acceso a alguna toma de potestad”.

Federici, también conocida como “maestra de feministas” puso el dedo en la llaga al reconocer que tras las violencias que suponen el parir, el acoso sexual, el trabajo no remunerado se suma el “miedo a hacerse vieja”, añadiendo que hoy en día las mujeres temen llegar a la vejez porque ya no son productivas.  “No podemos seguir hablando de feminismo como si las mujeres viejas no existieran”, sentenció.

Silvia Federici: “La caza de brujas no ha terminado nunca”

En la charla afloraron formas de violencia que ahora son líneas rojas para las trabajadoras sociales, pero que antes no se veían así, como “la violencia por omisión de cuidados” que se da cuando el hombre es el cuidador y decide que entre o no el servicio de ayuda a domicilio a atender a su mujer, o las de los hijos a sus madres.

En la jornada internacional, Ramos Toro presentó la campaña “Violencia de género y mujeres mayores: nombrar lo invisibilizado” que consiste en un vídeo de 3:27 minutos, protagonizado por cinco mujeres mayores, voluntarias de UNATE,La Universidad Permanente de Cantabria, en el que pronuncian frases dirigidas a identificar la violencia de género en personas mayores.“Si tu marido quiere saber en todo momento dónde estás y con quién. Si no te deja que te arregles como quieres. Si te prohíbe salir sin él. Todo esto es violencia”, son algunas de las líneas.

MIGRANTES Y RACIALIZADAS APORTAN LA PERSPECTIVA DEL RACISMO O LA MAYOR PRECARIEDAD

Finalmente, otro de los focos por los que está ensanchándose la agenda feminista, muy ligada siempre a la violencia de género, es la labor de los colectivos de mujeres migrantes o racializadas o de las asociaciones que trabajan con ellas.

Así, este martes MPDL, miembro de la Coordinadora Cántabra de ONGDS, presentará en Santander el informe ‘Migradas: mujeres migrantes ante la violencia de género’, con el que espera visibilizar las diversas situaciones y experiencias de violencias a las que se enfrentan las mujeres migradas en España. Será a las 18.00 horas el Salón de Actos de CCOO (C/ Santa Clara, 3. Santander).

En el acto participarán Carlos Arribas, responsable de la delegación de la ONG en Cantabria, Ana Terán, abogada del MPDL Cantabria, y Begoña Serrano, responsable del Área de Mujer del Movimiento por la Paz -MPDL-.

Durante el acto, abierto al público, se abordará de forma específica la violencia ejercida hacia las trabajadoras del hogar. Empleadas de este sector laboral tomarán la palabra también para acercarnos la realidad que viven en su día a día.

Se trata de un estudio con enfoque feminista que busca evidenciar los problemas de acceso y garantía de derechos a los cuales se enfrentan las mujeres migradas en España. A través de datos que son el resultado de encuestas, el informe analiza cómo los estereotipos de género, los mitos sobre la violencia y la discriminación estructural agravan la situación de vulnerabilidad de las mujeres migradas en España frente a la violencia de género. Señala, además, la necesidad de políticas públicas inclusivas, una mayor formación en perspectiva de género y la eliminación de prejuicios sociales que afectan especialmente a las mujeres migradas.

El ‘Informe Migradas: mujeres migrantes ante la violencia de género’ está financiado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Y el colectivo MIRERA (MIgrantes, REfugiadas y RAcializadas) tiene este jueves una actividad en el Centro Cultural Eureka (calle San Simón, en Santander), en la que aportan la perspectiva del racismo y el colonialismo.

 

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