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El profesorado, de motivada en apoyo a los nueve de Peña Herbosa

Una convocatoria sobre la marcha reúne a cientos de compañeros frente al Gobierno, mientras en los centros empieza a haber carteles de apoyo  y el lazo verde se convierte en el símbolo de su lucha
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Es probable que estén cansados después de cinco días (mal)durmiendo en el suelo de la sala de prensa del Gobierno de Cantabria, convertido en una especie de cuartel general desde donde trasladan su reivindicación al exterior.

Pero lo que es seguro es que a los nueve de Peña Herbosa, los representantes de los sindicatos de profesores y maestros,  no les falta motivación: no sólo por la propia causa (una subida progresiva de sus salarios tras 16 años congelados), sino por el respaldo social que están encontrando, tanto entre sus propios compañeros como entre otras organizaciones sociales, políticas o ciudadanos a título particular.

 

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Mientras se encaran para la segunda semana de encierro, iniciado el pasado martes a raíz de la falta de seriedad que percibieron en las negociaciones salariales a las que la otra parte acudió sin cifra alternativa, como es habitual en los diálogos laborales, los miembros de la Junta de Personal Docente se preparan para una cita importante en esta semana, la concentración de apoyo convocada para el miércoles 27 a las 18.00 horas frente a la Consejería de Educación (que ahora está en el Río de la Pila).

Y para la que se prevé una asistencia importante después de lo visto por el barrio este domingo. Los paseantes de la zona, que pasa de acoger entre semana a los entornos de una sede institucional (personal de la casa o usuarios de gestiones) a los ‘alternantes’ de blancos y vermouths dominical, más animado ahora que se empiezan ya a acumular las citas prenavideñas, tenían de fondo los gritos y lemas de apoyo de más de un centenar de personas que acudieron a golpe de mensajería instantánea, convocados la misma mañana a mostrar apoyo, con un resultado casi inmediato.

Fue, de nuevo, una protesta en la que se cruzan lo presencial y lo telemático, una especie de coro a dos voces en el que se sincronizaron los de dentro a través de los móviles (la sala en la que están no tiene ventana directa a la calle) y los de fuera, viéndoles y oyéndoles desde sus dispositivos.

 

La lucha simbólica va más allá de eso: el lazo verde se está convirtiendo en el símbolo del apoyo a la protesta, con lazos anudados frente a la valla del Ejecutivo, ‘destejidos’ por los trabajadores de seguridad de la casa a instancias del Gobierno –que la semana pasada pedía, sin éxito, a Delegación de Gobierno, el desalojo de los encerrados-.

 

En tapias, frente a la sede de la Consejería, redes y mensajes de trabajadores de colegios o institutos empiezan a proliferar lazos o carteles de apoyo.

CÓMO VA LA NEGOCIACIÓN

Dado que el encierro se mantiene, eso es que la negociación no experimenta mucho avance. El viernes les había convocado la Consejería de Educación a una reunión negociadora, una suerte de regreso al martes, cuando se sentaron y se desencadenó todo. Esta vez, en otro escenario, el colegio Simón Cabarga, en lo que los docentes interpretaron como un intento de sacarles del edificio y acabar con su protesta, toda vez que van experimentando más trabas en ese sentido de dificultarles las salidas.

El cambio de escenario (con furgones policiales en la calle) fue uno de los pocos cambios, pues se volvieron a encontrar sin una respuesta positiva y sin una cifra alternativa a la que ellos proponen (325 euros, progresivos durante cuatro años, el primer año serían 50).

Una reunión en la que el consejero, para quien el encierro supone “tensión”, quiso establecer una brecha, una diferencia, entre la labor de sindicatos docentes y profesores, que estos últimos, a la vista de las muestras de apoyo, no parecen ver.

Lo que  les planteó Educación sigue sin ser una cifra para ya, que era el escenario en el que se movían, sino llevar las negociaciones al año que viene, para que, en caso de aprobarse algo, se refleje en los presupuestos de 2026, con la posibilidad de que fuera retroactivo. Pero, como reza el lema que esgrimen ellos y corean sus compañeros, tras 16 años congelados, el momento #esahora

 

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