“Las cosas están como están”: el propietario de las vacas que custodia La manada cántabra se escudó en los precios de la leche para justificar la mala alimentación a sus reses
Todo empezó por un gato y acabó con un proceso en el que un refugio de animales, La manada cántabra, custodió por encargo a cinco vacas desnutridas que tendrá que devolver a su propietario, un ganadero de Sarón quien justificó el estado de sus reses en que “las cosas están como están” y al que le constaban denuncias previas por maltrato animal.
El refugio, que durante estos dos años se ha hecho cargo con sus recursos o voluntarios de atender a unas vacas cuyo estado ha mejorado notablemente, ha convocado este miércoles a las 10 en Escobedo a concentrarse para denunciar esta situación, en una protesta a la que se espera acudan ciudadanos y activistas de protección animal de todo el país y con la que se han solidarizado partidos como Izquierda Unida o Podemos.
Judicialmente, lo que ha sucedido es que el juzgado ha dejado sin efecto la labor de custodia de las reses que se decretó en un primer momento, después de que distintas instancias judiciales hayan descartado un delito de maltrato animal al entender que su estado de salud no requirió operaciones u otras medidas.
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“LAS COSAS ESTÁN COMO ESTÁN”, SIN ALIMENTACIÓN O VENTILACIÓN
Tal y como se desprende del relato proceso judicial, consultado por EL FARADIO, todo comenzó en marzo de 2022 a raíz de una denuncia ciudadana sobre el estado de un gato en la localidad de Sarón.
Eso llevó a que acudiera la Guardia Civil junto con voluntarios de la protectora AMIGAT. Tras hacerse con el gato, en estado de extrema delgadez, comprobaron que en la la vivienda había cuadras con vacas, en las que se apreciaba también una delgadez extrema, carencia de agua o ventilación y un espacio muy reducido. El propietario atribuyó esas condiciones al invierno o los partos y confirmó que no había seguimiento veterinario.
Del gato se confirmaría después un cúmulo de enfermedades.
Este primer contacto provocó una posterior inspección de veterinarios del Gobierno de Cantabria, pocos días después. De su informe se desprende que tenían un peso extremadamente bajo, con huesos que asomaban, y con problemas de nutrición. El informe determine un estado de carne deficiente y un tamaño menor al que les corresponderían por edad.
Además, se averiguó que habían muerto cinco terneros, a los pocos días de nacer, sin que se hiciera seguimiento veterinario, aunque se vacunó a las vacas. El agua estaba sucia.
Ante las recomendaciones de que alimentara con más cantidad a las vacas, el ganadero respondió que “las cosas están como están” y detalló que el precio de los piensos es superior al del que cobraba por el litro de leche. Las recomendaciones incluían también mejorar la limpieza, soltar más a los animales, , tener menos reses –por el espacio en el que estaban y mejorar la ventilación.
La Guardia Civil formuló denuncias por infracciones a la Ley de protección animal, por irregularidades en bienestar animal y por condiciones deficientes higiénico sanitarias.
Durante la fase de instrucción judicial, el propietario justificó el estado de las reses en que tenían una edad avanzada y en que al estar gestando y produciendo, se quedaban más delgadas. Otros veterinarios certificaron que las condiciones higiénicas debían mejorarse.
LOS ASPECTOS JURÍDICOS
La Fiscalía consideraba que si bien los hechos eran reprochables en lo administrativo, pero no en lo penal, remitiéndose al Código Penal que ciñe el tipo delictivo a cuando hay riesgo para la vida o se requiera algún tipo de operación. También incidía en que se habían corregido las irregularidades detectadas, por lo que instó al sobreseímiento del caso.
La Audiencia Provincial argumentó que la ausencia de lesiones impedía que se pudiera considerar en ninguna de las modalidades de maltrato animal del Código Penal.
LA LABOR DE CUSTODIA DE LA MANADA CÁNTABRA
Al ver el estado de las reses se pasó a buscar un lugar para la custodia de las reses, que finalmente fue el refugio animal La manada cántabra, hasta que se pronunciara un juzgado sobre el fondo del asunto. Su estancia en el refugio contribuyó a que su estado mejorara, según comprobaron posteriormente veterinarios.
Un informe veterinario encargado por La manada cántabra advirtió de que la falta de alimentación de calidad, que les había llevado a un estado de anorexia, les hubiera llevado, de continuar, a la muerte.
En paralelo, a raíz de esta denuncia, posteriores visitas veterinarias comprobaron algún avance en Sarón, como más ventilación y espacio entre animales (entre otros motivos, precisamente por la falta de las cinco vacas).
La asociación Humanicemos, personada en el proceso como acusación popular, advirtió en sus recursos de que La Manada cántabra, el refugio designado por la autoridad legal, realizó un esfuerzo de voluntariado y económico para proteger, con éxito, los animales, que mejoraron su estado.
Y llamó la atención sobre que también se tienen que hacer cargo con sus medios de su devolución para que el propietario acabe obteniendo un lucro por el mejor estado de las reses gracias al refugio.
Además, expresó su temor a que de vuelta allí, vuelvan a sufrir, criticando que explotaciones como esta sobrevivan económicamente por el mal trato a los animales.
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