Este sábado llega un concierto donde los sonidos oscuros se harán grandes. Helevorn llega desde Palma de Mallorca con 25 aós recién cumplidos y con la música doom por bandera, aunque también con toques góticos y de death metal. Por este estilo es por donde lleva 30 años transitando Opposer, la banda campurriana que serán sus acompañantes este viernes, en Zaragoza, y el sábado en el Centro Social Ítaca de Torrelavega. Por cierto, las entradas para el sábado se pueden conseguir en este enlace o en la taquilla de Ítaca.

Josep Brunet ya ha escuchado comentarios de todo tipo sobre lo que Helevorn propone desde el punto de vista musical. Explica, en una entrevista concedida a EL FARADIO, que se trata de una música oscura, melancólica y triste. Alude claramente a muchas bandas escandinavas, pero ellos le han querido dar ciertos toques que hacen que no suenen «tan fríos». Añaden elementos más típicos de la música mediterránea, incluso «toques arabescos», y eso hace que se pueda percibir la música con un tono algo diferente.

El cantante de la banda mallorquina hace hincapié en la conexión que el público es capaz de conseguir con ellos. «»Hacemos música melancólica, pero al mismo tiempo generamos felicidad». Esto les dice la experiencia que han vivido con muchas personas que siguen a la banda. «Hay gente que nos dice que nuestra música les da mucha alegría, y nos congratula, porque nuestra música no está para crear tristeza, aunque sea una música triste», expresa.

El nombre de Helevorn proviene del universo Tolkien, el escritor británico que se inventó otro mundo a través de obras como ‘Silmarillion’, ‘El hobbit’ y ‘El señor de los anillos’. La palabra, en el idioma élfico, significa ‘cristal oscuro’, algo que encarna la música que componen, pero no las letras que escriben.

Brunet relata que «nuestros discos son de temáticas muy reales, de lo que pasa en el mundo» y pone varios ejemplos, como hablar de «la ausencia de compasión ante el sufrimiento de los demás», o más directamente, en su cuarto disco, Aamamata, hablaban de «la muerte en el Mediterráneo de esa gente pobre que trata de atravesar ese mar», recordando además esa separación entre Europa, África y Asia no ha sido impedimento para que haya habido un constante intercambio cultural entre pueblos. Ahora, sin embargo, hay «un cementerio debajo del mar».

El disco que presentan ahora es el quinto de su carrera. Se llama Espectres. La idea que desarrollan aquí es que «somos mucho más que el cuerpo físico que habitamos en un espacio, recibimos mucha más influencia de las ausencias, de todo lo que nos ha pasado en el pasado y todo lo que no nos ha pasado y que anhelamos que pase».

Ahora es cuando les ha llegado la oportunidad de hacer una gira por España siendo quienes encabezan el cartel. No les había ocurrido en 25 años. Y sienten que es un reconocimiento a una banda que lleva tanto tiempo trabajando sin hacer un estilo de música que tenga muchos adeptos.

Además, viniendo de Mallorca, que es una escena pequeña (y en eso se asimila a Cantabria), donde «hay pocos sitios donde tocar» y lo han notado en otro aspecto distinto, que es cuando han tenido alguna baja, algún músico que se ha marchado del grupo, y lo que les ha costado encontrar sustituto, porque «es imposible encontrar a alguien que haya tocado doom».

Sin embargo, nunca han tenido la sensación de ser una banda maltratada o ninguneada, pese a que hacen un estilo que parece que no contenta del todo a nadie, aunque «al final gustamos un poco a todo el mundo» dentro del ámbito del metal, dice Brunet.

Recuerda el cantante de Helevorn que no es su primera vez en Cantabria, pero es verdad que no es un sitio donde se puedan prodigar a menudo. Este sábado llega una nueva oportunidad. A partir de las 20:00, Ítaca recibirá a quienes conozcan estos estilos o quienes se quieran aventurar a conocer cosas nuevas… y oscuras.