María von Tuceda presenta sus ‘Cinco lorzas metafísicas’ este viernes en La Vorágine
Crítica de arte, escritora y dueña de un humor que reparte bofetadas como otros prescriben dietas, María von Touceda se planta frente a la satanización contemporánea del sobrepeso con las armas de su propia experiencia de gorda, una sabiduría tan envidiable como directa, y una impresionante falta de miedo a tocar temas espinosos.
Cinco lorzas metafísicas es el libro que todos deberíamos leer para reconciliarnos con nuestras siluetas y con la posibilidad de que todavía existan escrituras desobedientes, orales y cabreadas. Por la Venus de Willendorf, ¡vivan las lorzas!
Acompaña a la autora en la presentación el profesor Raúl de la Horra. El evento se celebrará el viernes a las 19:30.
María von Touceda nació en Santiago de Compostela en 1979. Es crítica de Arte Contemporáneo y escritora. Entre otros libros, ha publicado Crítica del vicio y Coito ergo sum (Editorial La Marca Negra), en los que el arte, el sexo y las drogas tienen un gran peso narrativo. Para contrarrestar la precariedad de la rueda capitalista, ha practicado los oficios de abrillantadora de ataúdes, moza de cuadras, portera de after y otras torturas. Vive desde hace más de una década en los Valles Pasiegos, Cantabria.
El jueves, Mariona Fernández
Esta historia sucede hace cinco mil años en Uruk, a orillas del Eufrates, donde reina Gilgamesh. Buranuna, que nace fruto de siete noches de amor en la laguna de un bosque, es hija de Enkidu, el hombre salvaje, y de Shamhat, que lo ha civilizado a costa de su parte inocente y primigenia. Él muere como consecuencia de la gran escisión, de la pérdida de conexión con su naturaleza excesiva. «Enkidu, como los cedros, había muerto».
Así empieza este libro. Luego Shamhat huye de la ciudad con Buranuna en brazos para devolverla al bosque primordial «donde las palabras no tienen ningún poder y las letras no significan nada.» Buranuna, criatura entrañable y legendaria, es la guardiana de lo que perdimos, del olvido que somos, de lo que se quedó en la niebla, de lo que la palabra borró y robó. Con un lenguaje poético, plagado de escenas oníricas y momentos luminosos, Mariona Fernández indaga en los albores de la cultura occidental y nos invita a re-anudar lo instintivo con lo espiritual, condición imprescindible y cada vez más urgente para alcanzar la plenitud de la existencia.