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«Esto no ha hecho más que empezar»: el juicio de violencia de género en Liaño de Villaescusa aflora un caso «extremo» de violencia vicaria hacia la hija de la víctima, también asesinada
Este lunes ha arrancado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria el juicio contra el hombre acusado del asesinato de su expareja, Eva Jaular, y de su hija.
En la vista, las acusaciones (familiares de la víctima y el Gobierno de Cantabria) han detallado mensajes y antecedentes que evidencian un patrón sostenido de violencia y desprecio que se prolongó durante años y que culminó con el crimen en Liaño de Villaescusa.
Las pruebas presentadas por la acusación incluyen mensajes de WhatsApp, audios de voz y testimonios que detallan la actitud del acusado hacia la niña y su madre, a quienes se refería prácticamente desde su nacimiento con términos como «escoria» y «criatura venenosa».
Violencia vicaria: dañar a la madre a través de los hijos
Los antecedentes de maltrato se remontan a 2021, cuando Eva Jaular interpuso una denuncia por violencia de género, lo que derivó en una orden de alejamiento. Sin embargo, la protección no evitó que el acusado siguiera acosándola y amenazándola. En uno de los mensajes presentados ante el tribunal, Reñones expresaba su odio hacia la niña con frases como: «Basura, escoria, esa cosa, no la quiero, la odio, quiero verla muerta».
La Fiscalía ha recordado que mes y medio antes del crimen, el acusado agredió físicamente a Eva, lanzándole una lata de cerveza a la cabeza y rompiendo el cristal del coche donde se encontraba la menor. En otra ocasión, llegó a decirle: «Esto no ha hecho más que empezar. Cualquier día voy a poner veneno para ratas en el biberón de la niña y te vas a enterar».
Este caso es un ejemplo extremo de violencia vicaria, una de las formas más crueles de violencia machista, en la que el agresor utiliza a los hijos e hijas como medio para causar el mayor daño posible a la madre. Según el Ministerio de Igualdad, esta violencia se manifiesta cuando el maltratador usa a los menores para castigar o controlar a la mujer.
Los expertos identifican diversas formas de violencia vicaria:
- Amenazas o agresiones a los hijos con el objetivo de causar dolor a la madre.
- Manipulación emocional de los menores, desvalorizando a la madre o impidiendo la relación con ella.
- Interrupción de tratamientos médicos o escolares para perjudicar a los hijos.
- Uso del régimen de visitas como un instrumento de acoso o intimidación.
En España, al menos 49 menores han sido asesinados por sus padres o las parejas de sus madres desde 2013, cuando comenzaron a contabilizarse estos crímenes como violencia de género.
Un crimen planificado
A pesar de los episodios previos de violencia, Eva intentó rehacer su vida y llegó a considerar que Reñones había cambiado. Sin embargo, los mensajes recuperados de su teléfono evidencian que ella misma temía por su seguridad. En un audio enviado a una amiga, decía: «La he cagado, el diablo ha vuelto. Si mañana no he vuelto, llamad a la Guardia Civil».
El día del crimen, Eva regresó al domicilio creyendo que Reñones no estaba allí, pero él la estaba esperando con un arma. Nada más entrar, la atacó, sin que ella pudiera defenderse. En ese momento, llevaba en brazos a su hija y sostenía un neceser en la otra mano.
Las acusaciones y la Fiscalía han hecho hincapié en que tras cometer el crimen, Reñones ocultó los cuerpos y trató de borrar pruebas, y Utilizó el teléfono de Eva para responder mensajes y dar la impresión de que seguía con vida. Además, destrozó objetos relacionados con la niña, como la cuna y el andador.
El juicio ha revelado que el acusado se jactaba de que, si alguna vez cometía un crimen, no acabaría en la cárcel. Sin embargo, las pruebas en su contra incluyen ubicaciones de los teléfonos móviles, análisis forenses y testimonios de peritos.
Desde la defensa, su letrado ha admitido que hay indicios del «relato» elaborado por las acusaciones y Fiscalía, pero ha negado que sean pruebas sólidas que lo confirmen, indicando al jurado que es sobre lo que se tendrá que pronunciar. Además, ha señalado que no se investigó nunca si la autoría de los asesinatos pudiera ser de otra persona en lugar de él, ha apuntado que los mensajes de los móviles muestran a una «mala persona» pero no a un asesino y ha afirmado que se trataba de una pareja en la que ambos consumían drogas y mantenían una relación «tóxica».
Recursos de ayuda para víctimas de violencia de género
Para evitar que más mujeres y niños sufran violencia vicaria o de género, existen recursos especializados de apoyo:
- Teléfono 016: Atención gratuita y confidencial las 24 horas del día. No deja rastro en la factura.
- Emergencias: En peligro inmediato, se puede llamar al 112, 091 o 062.
- Centro de Crisis 24 horas para Víctimas de Violencia Sexual en Santander: Teléfono 942 21 41 41.
- Centros de Información y Atención Integral (CIAI) en Cantabria:
- Santander: Calle Las Marzas, 20.
- Laredo: Calle Garelly de la Cámara, 2, entresuelo.
- Torrelavega: Calle Lasaga Larreta, 1, 7B.
Además, la Asociación «Consuelo Berges», con sede en Santander, lleva casi 30 años apoyando a mujeres en situación de crisis. Ofrece asesoramiento legal, psicológico y social, ayudando a salir de relaciones de violencia. Contacto: 942 21 05 21 o www.consueloberges.com.
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