
«La gasolinera del IES Cantabria sigue funcionando sin vigilancia ni custodia»
Entrevistamos a Gabriel Moreno, presidente del AMPA del centro, en la sección ‘La energía del cambio’, de la mano de Solabria, la cooperativa comercializadora de energía renovables en Cantabria
Gabriel Moreno es el portavoz de Solabria, pero ese no es el único activismo que practica. Ser presidente del AMPA del IES Cantabria le ha llevado a implicarse en una lucha complicada de ganar. En los tribunales buscan que la gasolinera cese su actividad.
Hace año y medio comenzó a funcionar. Pese al rechazo de alumnos, madres, padres, comunidad educativa y vecinos del lugar. Hubo diversas acciones «que hicimos con el alumnado, que para mí son realmente emocionantes y forman parte de mis momentos vitales críticos», dice en una entrevista concedida a EL FARADIO.
No solamente se trató de intentar frenar este proyecto empresarial, sino también de un ejercicio educativo con los alumnos, para que conozcan los derechos que les asisten y también practicar formas de defenderlos. En este caso, junto a sus progenitores.
El caso está en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº1 de Santander, que ha pedido documentación al Gobierno de Cantabria para examinar todo el expediente y ver si todo está en orden. el AMPA del centro tiene claro que no, y por eso ha recurrido a la vía judicial y teniendo que costearse su asistencia legal.
Moreno recuerda que la gasolinera está pared con pared respecto al IES Cantabria, que hay otras tres gasolineras en el radio de 200 metros y que hay unas 1.400 personas afectadas por el funcionamiento de un negocio como este, sumando alumnos de Secundaria, Bachiller y Formación Profesional, profesorado y demás personal del centro. Y añade que no es solamente una actividad peligrosa para estar tan cerca de un edificio al que acuden menores a diario, sino que la instalación también genera una contaminación acústica que resulta perjudicial. Por ejemplo, cuando se utilizan sus túneles de lavado. Aparte, claro, del olor a gasolina.
El lugar no es el oportuno y hay un riesgo evidente para la salud. Eso defienden en el AMPA, y se ven amparados por un estudio de la Universidad de Murcia que «además el Ayuntamiento ha hecho propio, lo ha incluido dentro de las ordenanzas de las nuevas gasolineras, con lo cual algo de acuerdo estarán en la aplicación de ese criterio». Es decir, sienten que «hemos llegado tarde». Sin embargo, ellos sufren el problema en sus carnes y denuncian que «esa gasolinera sigue funcionando sin ningún tipo de vigilancia ni custodia». Aunque hay una persona dentro del recinto, este es un establecimiento donde cada persona que llega se echa su propia gasolina en el coche.
De todo esto se hablará el lunes en una charla informativa para las familias. Tendrá lugar a las 16:30 en el propio Instituto, con la intención de poner al día a madres y padres del estado del caso en la parte judicial, también para hablar de la afección del ruido del establecimiento y una arquitecta intervendrá para hablar de la gasolinera desde el punto de vista urbanístico.
Incluso denuncian que no se pensó bien en la manera en que los vehículos entran y salen de la estación de servicio. Moreno recuerda que «está entre la parada de autobús municipal del TUS y la entrada del instituto, con lo cual, en horas punta de entrada y salida, pues ahí hay un conflicto y tenemos nosotros un riesgo de seguridad vial». Por lo tanto, les queda esperar si el juez puede hacer una interpretación de la ley que acoja los diversos argumentos presentados por el AMPA para que este negocio no se pueda seguir llevando a cabo.
Desde luego, el alumnado es la base de todo. Defender «los derechos sociales básicos de nuestras hijas y de nuestros hijos, que es la salud, la educación, una justicia en condiciones y más allá del alumnado también está el profesorado, que siempre hemos apelado aquí a las administraciones educativas, que tienen parte de responsabilidad». Lamenta Moreno que hay una tónica general en la sociedad que consiste en aceptar y no reaccionar ante decisiones que se toman sin basarse, lo primero de todo, en el interés general. El Ayuntamiento les ha dado argumentos para rendirse, como decir que un AMPA no puede actuar sobre cuestiones de urbanismo, pero la del IES Cantabria insiste en seguir dando la batalla para defender un Instituto sin una gasolinera en sus narices.
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