“Si le cierran la puerta a la música, no queda más remedio que meterla en casa”
Diego de la Llave es un ingeniero cántabro afincado en Sevilla. Si hay algo con lo que disfrute en su tiempo libre es de la música y la cultura en general. Todo ello, unido a su gran iniciativa personal, propició el nacimiento de la Asociación Cultural ‘La Casa del Abuelo’.
Corría el verano de 2010, y Diego hizo un inquietante descubrimiento: Sus amigos santanderinos no conocían a muchos de los artistas que él había descubierto en las noches de conciertos madrileños que disfrutó durante su etapa universitaria.
Y es que Santander, hasta hace pocos años, estaba uno, o incluso dos o tres pasos por detrás en lo referente a la música independiente. Por ello él comenzó a buscar salas que patrocinasen actuaciones de artistas emergentes, con la esperanza de acercarlos al público cántabro.
Llegó incluso a apalabrar determinados conciertos con empresarios de la zona que estaban dispuestos a pagar cachés, o a arriesgar la caja de una noche en un proyecto diferente. Sin embargo, cuando las fechas ya estaban cuadradas con los artistas, se echaron atrás y lo dejaron colgado a última hora.
Buscando una salida habló con su familia, y la solución la tuvo su abuelo José Luis, que le ofreció su casa en el Sardinero, cerca del Hotel Real, durante ese fin de semana. “Si le cierran la puerta a la música, no queda más remedio que meterla en casa”, asegura Diego.
Y allí es donde llevó primero a un desconocido Andrés Suárez, y al día siguiente a Marwan. Tocaron en el garaje en vez de en el jardín, para no molestar a los vecinos.
UN INICIO HUMILDE CON UN PÚBLICO FIEL
Alrededor de cuarenta personas acudieron a ese íntimo concierto. Cuarenta personas que, sin el apoyo y la ilusión de los abuelos de Diego no habrían podido reunirse jamás. Cuarenta personas que ese junio de 2010 formaron una sinergia que se repitió seis meses después, en las navidades de ese año, cuando programó otros dos conciertos; y que no faltaron a ningún concierto de esa etapa.
Entonces Andrés Suárez repitió la experiencia, y esta vez contó con la compañía de Luis Ramiro, cantante ganador de un Grammy latino.
Sin embargo, una enfermedad de Nieves, la abuela de Diego, hizo que hubiera que cambiar el lugar de las actuaciones, y buscar alternativas. Y así surgió la colaboración con Rosa, la dueña del Bar-Galería Bokeh, a donde trasladaron los conciertos, y se organizaron más cada jueves durante los siguientes 6 meses.
En el verano de 2011 celebraron el primer aniversario del proyecto, y para ello Diego trajo a Litus, un fantástico guitarrista que suele acompañar a Paul Carrack cuando éste viene de gira a España.
Además de su maleta de canciones, Litus deleitó a la gente de ‘La Casa del Abuelo’ con más de 3 horas de concierto, versionando diversas canciones el público pedía. Un concierto que la abuela Nieves recuerda con un cariño muy especial, pues pudo disfrutar de sus canciones favoritas de algunos crooners como Frank Sinatra.
Ese verano lo cerraron con el concierto de fin de la gira ‘Maneras de romper una ola’ de Andrés Suárez, ya un viejo y queridísimo amigo de la asociación, y que en ese momento comenzaba a ser conocido.
A esa cita ya acudieron 200 personas en el jardín. Un momento emotivo fue el reencuentro de Andrés con Guzmán, artista al que había teloneado años atrás. El proyecto de ‘La Casa del Abuelo’ iba creciendo.
Tristemente, la etapa en el Bokeh terminó cuando éste cerró. Ahí comenzó la colaboración con la Sala Blackbird, con la que aún organizan conciertos en Santander. Entonces Diego comenzó a montar conciertos también en Sevilla, donde vive. En ambos lugares ha contado con la presencia de artistas de la talla de Rafa Pons, Mr. Kilombo, Fran Fernández, La banda Manouche ,’La Mala Reputación’…
Un proyecto de futuro con el que sueña Diego es poder ofrecer al pueblo de Santander un concierto de la célebre banda ‘Oh, Sister’, que rinde un fresco y magnífico tributo a The Boswell Sisters. Hace unos meses tocaron en la cuna de las propias hermanas Boswell, invitados por la familia. Tras Nueva Orleans, han recorrido Europa desde Grecia a Suecia y en próximas fechas realizarán una gira por el norte de España.
NUEVO PROYECTO EN SEVILLA
Y es en Sevilla donde está montando su nuevo proyecto, un centro social-cultural en el barrio de Los Remedios. Es un proyecto que aún se está fraguando, elaborándose a fuego lento, con mucho mimo.
Diego cree que irá tomando forma de aquí a septiembre. Se llamará ‘Remediando’ y, aunque tendrá aspectos muy exclusivos para los socios, también ofrecerán actividades por y para la cultura abiertas al barrio.
La zona de Los Remedios es de un ambiente similar al Sardinero, pero Diego confía en que su cercanía a Triana ayude a la participación ciudadana.
Ahora mismo se encuentran en pleno proceso administrativo para constituirse como asociación, y en la definición del proyecto. El segundo trimestre del año lo dedicarán a la promoción entre los vecinos.
Los siete fundadores que están trabajando en el proyecto ya tienen a entre 35 y 40 interesados en hacerse socios de ‘Remediando’. Otras 50 personas están a la expectativa de cómo funcionará la asociación, lo que les permite contar con una ventaja. Y es que necesitan ser aproximadamente 60 personas para poder arrancar el proyecto.
La idea que tienen es reservar para los socios una serie de actividades gratuitas, que estarían a un precio asequible para el resto de vecinos, y con lo que colaborarían a la financiación de la asociación. Planean ofrecer un concierto al mes, talleres, charlas, cuenta cuentos para los niños, etc…
“Vamos a actuar como club privado, pero vertebrado completamente en la cultura”, ha adelantado Diego sobre este ambicioso proyecto. “Aunque queremos abrir la cultura al barrio, no queremos hacer competencia desleal a ningún negocio. Por ello nadie que no sea socio tendrá acceso al bar y otros espacios del estilo del club”.
Él disfruta involucrándose en este tipo de eventos, cuando la cultura se hace aún por amor al arte y no por el dinero. Confiesa que es “un trabajo desagradecido”, pues apuestan por artistas que trabajan de espaldas a la industria, y que no son nadie en ese momento. Y ya ha sufrido alguna decepción, cuando todo se vuelve más interesado. Aun así, insiste en que ha hecho grandes amigos, con los que espera poder contar en su nuevo proyecto en Sevilla.
“Pese a todo, merece la pena”, asegura convencido. Inquieto como es, ya tiene otro reto a la vista, esta vez deportivo, otra de sus grandes aficiones. Con este reto deportivo quiere realizar un crowfunding que irá íntegro a financiar dos buenas causas, una en Sevilla y otra en Santander. Y es que pretende recorrer el camino que separa ambas ciudades en bicicleta.