Primero se ahogó, luego tosió y, finalmente, se disculpó por la voz. A la diputada del Partido Popular, Maria Antonia Cortabitarte, se le ha atragantado literalmente el debate sobre Néstor Martin, la fábrica que absorbió despidos de Teka, con graves problemas de financiación a pesar de haber recibido ya 16,5 millones de euros públicos sin plan de viabilidad – se le ha encargado a una consultora vizcaína, que no debe haber empleados públicos capaces en Industria o Sodercan-.

Sí acertó a devolver la pregunta al adversario político: “¿Qué ha hecho mal el Gobierno del PP en Nestor Martin”. Y también a aseverar que Sodercan pondrá lo que haga falta para sacar adelante el negocio.

Guimerans, en la tribuna de oradores

Pero el rival utilizó la contrarréplica para el cachondeo sobre su propia metáfora. Quiso recordar Juan Guimerans a ‘Garganta profunda’, el del Watergate, pero las risitas del diputado De Castro le llevaron al clásico del porno – dime de lo que presumes-. Se ve que sus señorías se han pasado el fin de semana viendo ‘50 sombras de Grey’. 50 sombras de Juan, Guimerans.

Así que poco se terminó aclarando sobre las 50 sombras de Nestor Martin, más allá de ese “sigue la pista del dinero”, que acertó finalmente a argumentar el diputado socialista, sin más tiempo en el punto del orden del día para que alguien recordara el Racing o GFB, donde evidentemente no se hizo lo propio.

El pasado, habitualmente, es el presente en el Parlamento, que ha aprobado personar a la cámara regional en la cuestión de inconstitucionalidad sobre su propia Ley de Autorizaciones Provisionales para evitar demoliciones y pagar indemnizaciones a los afectados por las sentencias firmes de derribo.

Más de 600 viviendas ilegales, tal y como han avalado las más altas instancias judiciales (el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria y el Tribunal Supremo), tramitadas en los años 90 con Gobierno regional PP-PRC – los regionalistas siempre en urbanismo- y en ayuntamientos gobernados por los populares (Argoños, Arnuero, Piélagos, etc.)

Siendo así, no es de extrañar el voto favorable de PP y PRC para defender la constitucionalidad de la ley que trata de incumplir las sentencias de los jueces.

Más allá de que últimamente se ponen bastante de acuerdo PP y PRC, es de reseñar la deriva antisistema de nuestras instituciones. ¿O no es antisistema esto de hacer leyes para incumplirlas y luego hacer más leyes para rodear las sentencias judiciales?

Porque no es la primera vez que el Parlamento legisla para saltarse las sentencias firmes. Hay que recordar que el Tribunal Constitucional ya echó abajo otra modificación de la Ley del Suelo de Cantabria que proponía indemnizar a los propietarios antes de la ejecución efectiva del derribo.

La única voz discrepante en el viejo hospital de San Rafael es la del diputado Miguel Ángel Palacio, que en definitiva es la voz que pronostica que lo de las sentencias de derribo acabará como su propio nombre indica: muy mal. Con derribos y con indemnizaciones a los afectados que tendremos que pagar todos los cántabros.

Porque no lo pagará ningún responsable político de aquella época de ladrillazo, porque antes de legislar contra las decisiones de los jueces los partidos firmaron las normas que mágicamente hacen prescribir los delitos. Esto sí que es porno duro y no Garganta Profunda.

De esto último no hablaron sus señorías en el pleno del 16 de febrero, el de después de los enamorados, el de las 50 sombras de Nestor Martin.