Borrasca política municipal
El verano había sido demasiado largo en los municipios de Cantabria, pero es que el invierno ha entrado de golpe. Se están produciendo fenómenos adversos y rachas de inestabilidad en distintos ayuntamientos de la comunidad.
En la semana en que finalmente se presentaba la moción de censura en Mazcuerras para descabalgar al PP de la Alcaldía, todos los ojos siguen puestos en Torrelavega, con la duda de si la capital del Besaya será la siguiente.
Porque los comités municipales de los dos partidos que podrían presentarla, PSOE y PRC, han dado vía libre a sus representantes para hacerlo y así destronar a Ildefonso Calderón, el alcalde del PP que gobierna en minoría en el Ayuntamiento.
María Luisa Peón, teniente de alcalde en el Consistorio, explicaba en la tertulia de Buenos Días Cantabria que en realidad en Torrelavega hay una doble moción de censura: la que se produciría contra Ildefonso Calderón, pero también, de rebote, contra Blanca Rosa Gómez Morante, exalcaldesa y que fue la cabeza de lista en las últimas municipales.
Porque en el PSOE local se ha optado por que la candidata a la Alcaldía sea la actual secretaria general, Lidia Ruiz Salmón, en una maniobra que para María Luisa Peón responde a una «estrategia» de Javier López Marcano, líder del PRC en Torrelavega, que consigue así librarse de sus «dos grandes enemigos electorales».
Peón, que reivindicaba los acuerdos alcanzados por PP, PSOE y PRC en esta legislatura, lamenta el «entreguismo» de los socialistas hacia los regionalistas, observando, además, que «no han aprendido a dónde les ha llevado» esta actitud en el pasado.
La inestabilidad política en Torrelavega ha provocado que allí prosperara una propuesta de impuestos para 2014, alternativa a la del gobierno local, a la que, por cierto, ha presentado objeciones el interventor municipal.
Pero hay más. En Reocín, donde gobierna ahora el PP, pero en minoría, la oposición ha forzado, sumando sus votos, a votar una moción de reprobación al Gobierno regional del PP, por el calendario de fiestas regionales que deja fuera el 28 de julio, día de las Instituciones que recuperó en su día el Gobierno PRC-PSOE, y que se celebraba cada verano en la Casa de Juntas de Reocín.
Problemas que se suman al ruido de sables con que empezó la legislatura en Ruiloba o a la minicrisis de Laredo, donde el proyecto de implantación de la OLA distanció a PP y PRC hasta el punto de que los ‘populares’ optaran por sumar un nuevo socio al pacto, sus ex de IPDL, manteniendo el acuerdo con unos regionalistas que dejan de ser vitales para la mayoría.