Menú (literario) del día de San Jorge
Cuenta la leyenda que un 23 de abril, el del año 303, falleció San Jorge. Otra leyenda afirma que también tal día como hoy, pero unos cuantos años después (1616), fallecieron Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
Dejando de lado que esta última leyenda es falsa, ya que Cervantes murió, en realidad, el día 22 y Shakespeare murió el día 23 de abril, pero del calendario juliano, que se corresponde con el 3 de mayo del gregoriano, se trata también de la fecha en la que se celebra el Día Internacional del Libro.
Uno, que es de buena familia, acostumbra a celebrar las festividades con una opípara comida (da igual en honor de quién sea, siempre es buen momento para una comilona), en sentido homenaje al susodicho homenajeado. Y qué mejor menú que una selección de títulos que, en mi opinión, deberían ser de obligada lectura para cualquiera que pretenda ser una persona de bien.
ENTRANTE: El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco (Charles Bukowski)
El Bukowski más cínico, más amargo y más transparente aparece en este diario publicado tras su muerte.
Relato en primera persona de sus últimos días, que gira en su totalidad en torno al gran secreto que Bukoski (casi) se llevó a la tumba: lo único que importa es que todo da igual.
PRIMER PLATO: La Colmena (Camilo José Cela)
Uno de los grandes clásicos de la literatura española.
Es un completísimo puzle (en él intervienen en torno a 300 personajes, aunque sólo 10 de ellos son protagonistas) en el que Cela retrata a la perfección la España de la posguerra.
Una necesaria mirada hacia el pasado que nos ayudará a entender el presente.
SEGUNDO PLATO: Los Santos Inocentes (Miguel Delibes)
La España rural de los años 60 a través de la mirada de una familia de campesinos extremeños y, en especial, de la de Azarías, un deficiente mental que se torna en uno de los personajes más potentes, puros y emocionantes de la literatura española.
Una excelente obra para conocer una realidad quizá no tan distante de la actualidad como pudiera parecer.
POSTRE: Matadero 5 (Kurt Vonnegut)
De postre, Kurt Vonnegut nos propone una obra peculiar, breve pero confusa. Una mezcla desconcertante de ficción y realidad, que nos hace oscilar entre la autobiografía y los viajes temporales; entre el bombardeo de Dresde, en la II Guerra Mundial, del que fue testigo el propio autor y un ovni proviniente de Trafalmadore.
DIGESTIVO: Ready Player One (Ernest Cline)
Ready Player One es todo y es nada. Es una obra de ciencia ficción. Es una novela repleta de referencias actuales, ambientada en un futuro ciertamente distópico. Tras la muerte del creador de un videojuego de realidad virtual, que se ha convertido en una extensión de la vida real, se revela su última voluntad: regalar su multimillonaria empresa a quien sea capaz de pasarse un videojuego que él mismo programó.
Dicho lo cual, sólo queda bendecir la mesa y colocarse la servilleta sobre las rodillas.No sean tímidos, sírvanse a su gusto. Si quieren repetir, hay de sobra para todos. Espero que el menú sea de su agrado.