El PSC-PSOE intenta escapar de su cita en Samarra
Cuentan los que saben (pero Alá es más sabio) que cierto día, en Bagdad, un criado acudió al Califa de los creyentes. «Señor, acabo de encontrarme con la Muerte en la plaza del mercado y me ha hecho un gesto amenazador. Creo que viene a buscarme. Permíteme huir a Samarra, donde tengo familia, para esconderme y que no me encuentre. El Califa concedió el permiso y su criado partió de inmediato hacia Samarra. Poco más tarde, paseando por su jardín, el Califa se encontró con la Muerte y le preguntó: «¿Por qué has amenazado a mi criado?». La Muerte repuso: «Mi gesto no fue de amenaza, sino de sorpresa. Me extrañó encontrar por la mañana a tu criado en Bagdad porque tengo cita con él esta noche en Samarra”.
Lo intentan, vaya que sí lo intentan. Nos hacen ver que son un poco torpes pegando carteles porque, claro, es verdad que los candidatos es la primera vez que lo hacen.
Lo bueno es que son caras nuevas; lo malo es que tratan de que nos familiaricemos con sus nombres porque no terminan de sonar. Y además tienen que orillar a los escalones más altos y menos visible de la foto a la sombra del pasado que les persigue. Sobre todo ocultan a Gorostiaga.
Pero no lo consiguen. Eva Díaz Tezanos, candidata a la Presidencia de Cantabria, y Pedro Casares, a la Alcaldía de Santander, no pueden huir de una etapa de Gobierno en la que ella fue consejera de Educación, muy cercana a la vicepresidenta, y él el secretario de Economía del Partido, sin rechistar.
Todo en los años, sí, de la Dependencia y del apoyo al PCTCAN o a la Universidad, pero también de los contratos fraccionados por la puerta de atrás de Río de la Pila; del desmadre del Racing; de Comercio Cantabria; del plan eólico y hasta del Alto del Cuco que dio luz verde un consejero socialista o de una crisis que fue más de Zapatero pero que acabó manchando a todo el que llevara una rosa en el puño.
Intentan presentar medidas nuevas y propuestas concretas que evoquen en positivo sus años de Gobierno y que contrarresten los problemas actuales de Cantabria. Van de pueblo en pueblo y de mercado en mercado.
Y no lo hacen del todo mal, pero les imputan al presidente del partido, Ángel Agudo, y a los candidatos de Laredo y Castro, porque las responsabilidades de Gobierno y las irresponsabilidades constructoras acaban manchando.
Y por mucho que lo intenten, al final, resulta que en la lista las caras nuevas, con muchos matices, están debajo del umbral demoscópico de seguridad por encima del cual están, cómodamente instalados, los que estaban, los mismos de siempre.
En Santander, Pedro Casares ha surfeado los tradicionales problemas matacandidatos consustanciales al partido, y en Torrelavega el candidato final no es la alcaldesa de la moción de censura al PP y puede que pague el pato de un movimiento que rompió el partido y que no arregló Sniace.
Y es que, a la hora de la verdad, los socialistas lo tienen difícil para poder escapar de su cita en Samarra.