||con información de Eva Mora, Guillem Ruisánchez y Oscar Allende||

Esta legislatura el sillón de la Alcaldía no va a resultar particularmente cómodo para un puñado de regidores a los que con el bastón de mando se les ha entregado, en realidad, un regalo envenenado.

Las urnas han dibujado un escenario complejo, con unas exigencias de pactos que suponen también una práctica constante del diálogo, que no todos están capacitados para ejercitar y que no siempre se ha conseguido, con gobiernos en minoría, pactos frágiles y situaciones enquistadas por la política del día a día, en la que los rivales son también vecinos.

La mezcla de la necesidad de pactar con las necesidades más mundanas de los firmantes de los pactos lleva a acuerdos que violan la lógica ideológica y los argumentarios de los partidos y a un riesgo de que primen los intereses particulares frente a los generales.

Este sábado se constituían los Ayuntamientos cántabros, en una intensa y simultánea jornada en la que ha habido de todo: abucheos para la nueva alcaldesa de Camargo, un pacto PP-PSOE en Miengo del que ya se denuncian intereses detrás, relevos históricos en municipios emblemáticos como Noja, Ramales o un Piélagos en el que su nueva alcaldesa, del PSOE, ha recibido el voto de unos socios que había rechazado expresamente.

PITOS, ABUCHEOS, APLAUSOS Y POLICÍA EN CAMARGO

El ya ex alcalde de Camargo saluda desde el balcón a los manifestantes que abucheaban a su sucesora

Que el bastón de mando tendrá espinas lo sabe muy bien Esther Bolado, alcaldesa socialista de Camargo al frente de un equipo de Gobierno formado por cuatro partidos y a la que le espera una legislatura muy crispada.

Hoy ha tomado posesión como alcaldesa entre aplausos de los suyos y gritos de “No te queremos”, “Manos arriba, esto es un atraco” o “Queremos a Diego”, después de unas semanas en las que su predecesor Diego Movellán ha estado animando a los vecinos a protestar contra el nuevo equipo de Gobierno.

La crispación ha llegado hasta el punto de que ha tenido que salir escoltada por la policía de la Plaza del Ayuntamiento de Camargo.

Allí la esperaban, al término del Pleno, vecinos del municipio, militantes del PP y concejales, mientras Diego Movellán, ya exalcalde, continuaba en la Plaza.

A Bolado le espera una legislatura complicada: ella y los cuatro partidos van a tener que dedicar esfuerzos a explicar el propio pacto frente a un PP fuerte, unido y con capacidad de movilización que le recordará constantemente que “aritmética” no es lo mismo que “legitimidad”.

En el Pleno de Camargo han estado el presidente en funciones de Cantabria, Ignacio Diego, quien al término de la sesión ha marcado de alguna forma el camino que le espera a los nuevos equipos de Gobierno municipales “débiles e inestables” en los que se han producido pactos.

Pero a Bolado los problemas no le van a venir sólo por parte de la oposición: en sus filas tiene figuras muy cuestionadas, como un Carlos González que lleva años marcando el panorama político local; o el edil de Ganemos, que deshojó la margarita hasta casi el final de unas negociaciones en las que habló –y pidió- al PP.

EL PSOE RECUPERA PODER MUNICIPAL

Tal vez un municipio tan apasionado como Camargo bien valga una jornada con policía. Los socialistas (allí estaba también Pepe Guerrero, responsable de Acción Electoral del PSOE cántabro) se han hecho fuertes en el Arco de la Bahía: con Pablo Zuloaga al frente de un acuerdo entre cuatro fuerzas en Bezana, el PSOE en el equipo de Gobierno de Astillero con alcalde regionalista.

O el caso de Piélagos, a quien la Alcaldía le ha llegado de sopetón a Verónica Samperio cuando ha recibido el apoyo de unos partidos de oposición con los que había rechazado llegar a un acuerdo.

Ha dado igual, y sin pretenderlo, gobernará un municipio tan extenso en geografía como complejo en lo político sin tener unos apoyos definidos y suficientes.

Un Arco de la Bahía con tonos socialistas, salvo en Santander, donde De la Serna ha revalido la Alcaldía, aunque por primera vez sin mayoría absoluta: en la capital cántabra se abre un período con cuatro partidos en la oposición (PSOE, PRC, Ganemos e Izquierda Unida) y un Ciudadanos que aún no ha concretado sus exigencias a un alcalde sobre el que la rumorología en torno a posibles destinos más altos se ha desatado en las últimas horas.

El PSOE también ha logrado abrir una especie de cinturón rojo en la zona oriental, con alcaldes socialistas en Santoña, Colindres, Laredo (en minoría), Limpias, Ramales de la Victoria y con presencia en el equipo de Gobierno de Castro, a cuyo frente estarán los ecologistas de CastroVerde; y extiende su influencia en occidente, sumando al ya clásico Ayuntamiento de Val de San Vicente los de San Vicente de la Barquera y Cabezón de la Sal.

Con todo, es el PRC el partido con más alcaldes de Cantabria (37, en lugares como Polanco, Puente Viesgo, Reinosa….), seguido de un PP que logra 36 alcaldías, la mayoría de ellos por haber conseguido mayoría absoluta en las elecciones, y 25 para el PSOE.

Partido que incrementa notablemente su poder municipal al gobernar, con alcaldes o en coalición, en ocho de los diez ayuntamientos más poblados de Cantabria, en consonancia con lo que sucedió en las elecciones, donde logró 6.000 votos más en las municipales que en las autonómicas.

LOS SÍMBOLOS DE NOJA Y RAMALES

En la comarca oriental, están los simbólicos cambios de gobierno en Ramales de la Victoria y Noja, donde PRC y PSOE han conseguido desbancar a un histórico del PP, Jesús Díaz, vinculado a un municipio con una fuerte expansión urbanística e inmobiliaria y señalado en la jornada electoral por acusaciones de compra de votos.

José Domingo San Emeterio, del PP, constructor, propietario de COPSESA (la empresa adjudicataria habitual en Santander, responsable del vial de Amparo en la S-20), ha perdido la Alcaldía de Ramales de la Victoria en virtud de un pacto entre PSOE y PRC con el apoyo del edil de Ramales en Común, Alfonso Pérez, que votó entre aplausos del público en un Pleno marcado por el buen tono y el respeto entre alcalde saliente y entrante, el socialista César García.

EL SORPRENDENTE CASO DE MIENGO

Los concejales vecinales han sido claves en lugares como Ramales o Limpias, donde han permitido revalidar la alcaldía a la socialista Mar Iglesias, o San Vicente de la Barquera, donde Julián Vélez dejará de ser alcalde.

Algo huele mal en el Ayuntamiento

Y la aritmética decía que lo mismo podía pasar en Miengo, donde PSOE, PRC y Equo hubieran desbancado al alcalde del PP, Avelino Cuartas.

Pero la cosa se ha torcido en una extraña jugada que además no casa con el discurso oficial del Partido Popular del respeto a la lista más votada y contra los pactos en los que se prima a fuerzas no mayoritarias.

Cuartas, la lista más votada, le ha dado la Alcaldía al concejal del PSOE, que ha sido la menos votada, por debajo del PRC y con los mismos concejales que Equo e Independientes.

PRC y Equo han denunciado que el nuevo alcalde será un “títere” en manos de su predecesor y que en el municipio hay en marcha un pelotazo urbanístico en torno al polígono industrial de Gornazo, proyecto del que PP y PSOE han admitido que es una coincidencia entre sus respectivos programas electorales.

EL SUDOKU DE TORRELAVEGA

Torrelavega es uno de los ejemplos de los partidos hereditarios, gobernará el PSOE en un acuerdo con un candidato del PRC, Javier López Estrada, hijo de Javier López Marcano, que fue alcalde del municipio y consejero de Cultura, cuya sombra se ha proyectado estos días sobre el pacto en Cantabria por su imputación en el caso Racing y sobre el de Torrelavega por la petición de ACPT (a la que finalmente renunció, en parte) de una comisión de investigación del convenio urbanístico de La Carmencita, firmado por López Marcano.

En Torrelavega el sudoku municipal incluye a un PP que se ha estrenado pidiendo respeto para la lista más votada, una Gómez Morante (ex del PSOE) que ha sido alcaldesa en el pasado, ACPT y Torrelavega Puede. En el Pleno ha estado la secretaria general de los socialistas cántabros, Eva Díaz Tezanos.

Y en Laredo el alcalde, en minoría, es el socialista Juan Ramón López Visitación, hijo de Juan Ramón López Revuelta (que fue alcalde de Laredo, que era candidato en esta campaña y que lo dejó por su imputación en el caso La Loma), que ha subido en la lista tras forzarse la dimisión de tres compañeros y la renuncia de cuatro, entre ellos su hermana, también en las listas, a ser el candidato.

LA REALIDAD Y LOS PACTOS

Al final la realidad ha conseguido colarse en los salones de plenos: el concejal de Torrelavega Puede llevaba una camiseta de STOP Desahucios (al igual que el edil de Cartes Puede); en Laredo la primera medida será convocar un Pleno extraordinario para analizar la situación de la fábrica Bosch en Treto, cuya venta se acaba de anunciar; y Camargo amanecía este sábado con la noticia de una mujer víctima de violencia de género.

Al final se trata de eso: si algo tienen claro todos los nuevos alcaldes, como expresaban ante unos abarrotados salones de pleno que evidencian un aumento del interés ciudadano por la política, es que deberán tratar de resolver los problemas que se les presentan.

Y que deberán hacerlo en un contexto difícil: los ciudadanos les han pedido pactos y acuerdos. La política local, del día a día, debiera hacerlo más fácil, pero las dinámicas institucionales no alejan los riesgos de la inestabilidad y el clientelismo.

Será una legislatura para visionar la serie danesa Borgen, un elogio del pacto y la cesión permanente para llegar a acuerdos, sin olvidar que en la política sigue habiendo un House of Cards, más sucio y pragmático. Tal vez sea tiempo de dejar de ser meros espectadores.