PRC y PSOE cambian cromos en Urbanismo, Cultura e Industria
Socialistas y regionalistas, o regionalistas y regionalistas, han consumado ya el reparto de consejerías del próximo Gobierno de Cantabria, con cambio de cromos en Cultura y Urbanismo (ahora del PSOE) y en Industria (PRC) respecto a su última experiencia conjunta, entre 2003 y 2011, en virtud de un reparto que hace que los socialistas asuman por primera vez en su historia unas carteras, las de Urbanismo y Cultura, que siempre se habían alternado ‘populares’ y regionalistas.
LAS CONSEJERÍAS DE CADA UNO
Así, el PRC ostentará, además de la Presidencia, las consejerías de Presidencia y Justicia; Obras Públicas y Vivienda; Innovación, Industria, Turismo y Comercio, y Ganadería y Desarrollo Rural.
Y el PSOE tendrá las consejerías de Educación, Cultura y Deporte; Sanidad y Bienestar Social; Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Urbanismo y Economía, Hacienda y Empleo, además de una vicepresidencia de la que por ley no pueden colgar competencias pero sí un papel de coordinación y visibilidad como portavoz del Ejecutivo.
CUESTIÓN DE NÚMEROS
No se aumenta el número de consejerías: seguirán siendo ocho, como las definió el Partido Popular. Hubiera sido fácil de atacar que la primera decisión del pacto fuera aumentar el tamaño del Gobierno, y sobre todo si era por motivos más ligados a la negociación que a la gestión
Hay un empate numérico. Mitad y mitad, cuatro y cuatro, pese a que su correlación de fuerzas no es el 50% (12 diputados el PRC y 5 el PSOE). Sumado a que la Presidencia del Parlamento será socialista y, previsiblemente, el senador autonómico (un senador que nombra el Parlamento entre los diputados, y que interesa a los partidos nacionales para sumar mayorías).
A todo esto, hay que añadir el notable incremento del poder municipal en los ayuntamientos gracias a los pactos, con lo que el PSOE ha salido muy bien parado en las instituciones tras el 24 de mayo, a pesar de retroceder en votos, porcentaje, concejales electos y escaños en el Parlamento.
EL PSOE GESTIONARÁ LA CULTURA Y EL URBANISMO POR PRIMERA VEZ
El PSOE mantiene sus clásicos, los ligados al área social: Educación, Sanidad, Medio Ambiente y conserva Hacienda (ni más ni menos que elaborar los presupuestos y negociar con Madrid la deuda), que lleva integrada la nada desdeñable área de Empleo, muy relacionada con los Ayuntamientos.
Pero incorpora algunas novedades: por primera vez el PSOE gestionará el Deporte y la Cultura, integrada junto a Educación.
Y también el Urbanismo y la Ordenación del Territorio, asociados al Medio Ambiente (tal y como los había definido el Partido Popular), pero que siempre fueron áreas gestionadas por el PRC entre 2003 y 2011.
Departamentos ambos, Cultura y Ordenación del Territorio, que dan para mucha gestión y, como bien saben los partidos que las han desempeñado en el pasado (PP y PRC) – y también para mucho clientelismo-.
Urbanismo y Cultura son una gran oportunidad para que el PSOE demuestre si es capaz de hacer las cosas de forma distinta o si se dejará llevar por la tentadora corriente clientelar que ha imperado en Cantabria en los últimos años.
La gestión del urbanismo supone que el PSOE tendrá que gestionar por primera vez unas sentencias de derribo con las que poco o casi nada (salvo la dramática excepción del Alto del Cuco) ha tenido que ver hasta la fecha: allí llegarán las quejas de AMA, es decir, los afectados.
Y lo que tenga que decir la Justicia sobre el criterio de no cumplir las sentencias en su literalidad, pendiente de lo que se diga desde el Tribunal Constitucional. La figura de Miguel Ángel Palacio se revela como clave por sus conocimientos en un área que lleva años fiscalizando desde la oposición.
Y aunque no gestionará la macroconsejería de Industria, mantendrá el control de la Sociedad para el Desarrollo de Cantabria (SODERCAN).
EL PRC CONSERVA GANADERÍA Y TURISMO, Y DESEMBARCA EN INDUSTRIA
El PRC aspiraba a tener una consejería de peso en lo económico y ha logrado Industria, es decir: polígonos industriales, suelo industrial, subvenciones a proyectos industriales, proyección exterior y capacidad de contratación en la empresa pública.
No controlará SODERCAN, pero sí otras sociedades públicas ligadas a Industria como SICAN (suelo industrial) o PCTCAN (Parque Científico y Tecnológico de Santander y Cantabria), donde el PRC tiene el proyecto de la ampliación con un polígono empresarial al norte de la S-20.
Y también gestionará Turismo, un clásico de gestión regionalista, que reside en la misma Consejería, con la empresa pública CANTUR.
Además, el PRC mantiene algunos de sus emblemas, como Presidencia y Justicia (sin la ordenación del territorio con la que la diseñó Mediavilla); Ganadería y Desarrollo Rural, y Obras Públicas y Vivienda.
Es decir, carreteras, puertos (el de Laredo), caminos rurales, la pujante industria agroalimentaria, y las áreas más en contacto con los núcleos rurales donde el PRC es más fuerte, incluyendo el futuro destino de los polémicos teleféricos.
UN REPARTO QUE REQUIERE COORDINACIÓN
El reparto del Gobierno fuerza a la colaboración pero a la vez deja sembradas fuentes de posibles conflictos si no hay entendimiento.
La política de industria tiene que coordinarse con la financiera, ligada al ICAF (Instituto Cántabro de Finanzas), que depende de Economía, del PSOE.
Industria es un área que debe coordinarse mucho con Medio Ambiente, encargada de supervisar si los proyectos cumplen la normativa ambiental. Da para mucho boicot o retraso a proyectos estrella.
De Ganadería dependen los espacios naturales de Cantabria, en lugar de estar asociados a Medio Ambiente. O la cultura y el turismo, separadas, que debieran ir relacionadas de alguna manera como en tiempos de Cagigas o Marcano.
Y es significativo, todo un mensaje, que Vivienda siga siendo del PRC. Habrá que ver si se convierte en una herramienta política más de ladrillo que de carácter social, máxime cuando la principal competencia en vivienda que tiene un gobierno es la vivienda protegida.