Caja Cantabria vendió sus acciones del Puerto de Laredo por seis veces más

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Caja Cantabria vendió en seis veces más de lo que le costó sus acciones en la empresa concesionaria del Puerto de Laredo, una sociedad que acabaría en liquidación y pendiente de una futura indemnización cuyo coste se estima en torno a los 50 millones de euros.

Y esto fue así porque, según consta en documentación manejada por EL FARADIO,  Caja Cantabria logró vender a un buen precio las acciones que aportó en la constitución de esta sociedad, denominada Marina de Laredo.

Los socios de Marina de Laredo, empresa a la que se encomendó la gestión de los atraques y embarcaciones, eran las constructoras ASCAN (cántabra, del Grupo SADISA) y la estatal FCC. Estas dos empresas, por otra parte, fueron las que hicieron las propias obras del Puerto.

En realidad, Caja Cantabria estaba representada a través de una empresa que era de su propiedad, Puntida, que, con el tiempo, abandonaría la sociedad (por cierto, ocultando este hecho al Gobierno de Cantabria).

La presencia de Puntida, es decir, de la Caja, se justificaba en la aportación a la financiación del proyecto, que, tal y como admitirían más adelante las empresas, se vería resentida.

El Puerto de Laredo

El Puerto de Laredo

EL VALOR DE LAS ACCIONES

Marina de Laredo, es decir, la empresa concesionaria de la gestión del Puerto, es decir, la sociedad que formaron ASCAN, FCC y Puntida (perteneciente a Caja Cantabria) nación en 2005.

En su estructura, la relación de fuerzas era de un 42,5% de las acciones en manos de FCC, otro 42,5% para ASCAN y el 15% que quedaba pertenecía a la sociedad de la Caja.

Económicamente, esto se traducía en un valor para sus acciones de 150.000 euros.

Pero la Caja acabaría abandonando el proyecto, y lo hizo tras vender sus acciones a sus socios, que se repartieron la compra a partes iguales, pagándole entre los dos un millón de euros, esto es, más de seis veces más..

Y se quedaron con la empresa repartida a un 50%, en una operación de la que el Gobierno no tuvo conocimiento hasta años más tarde.

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El propio consejero de Obras Públicas del PRC en aquella época y en la actual ha admitido este jueves en el Parlamento que se enteró de este movimiento tiempo después de que pasara, y ha expresado su creencia de que con la Caja en la sociedad, las cosas en el Puerto de Laredo hubieran salido mejor.

El Ejecutivo posterior, del PP, interpretó que con esa revalorización de las acciones se pretendió trasladar una idea de negocio con expectativa de rentabilidad.

Y eso a pesar de que se hizo en un escenario de poca venta de atraques y de crisis general del sector náutico y de la financiación, como han alegado las empresas remitiéndose a un informe encargado por ellas mismas que arroja esas conclusiones.

LA FINANCIACIÓN QUE NO LLEGÓ

El papel de Caja Cantabria en el escenario era financiar las operaciones ligadas a todo el proceso.

Algo que posteriormente las empresas rechazaron que fuera el plan inicial alegando que, tal y como estaba redactado, en condicional, era una posibilidad, y no una obligación.

Si bien lo cierto es que luego les costó encontrar financiación, de la que se encargaría Bankia, aunque dentro de un panorama de restricción del crédito que ellos mismos alegaron, con informes específicos, como principal causa de los problemas del Puerto de Laredo.

Problemas que propiciaron la foto de la infraestructura vacía, comparada al Aeropuerto de Castellón.

Y que desembocaron en la liquidación de la sociedad tras un concurso de acreedores que está en la base del futuro ‘rescate’ económico (unos 50 millones de euros) a las empresas, ya que anular un contrato por liquidación de la empresa es una de las causas contempladas para indemnizar.

La declaración del concurso se precipitó por un cambio en las relaciones económicas entre las empresas: ASCAN y FCC le habían financiado, adelantado, un dinero a Marina de Laredo (en la que estaban ellas mismas), pero en un momento dado cambiaron las condiciones del contrato y le reclamaron los pagos, por valor de 42 millones de euros.

De modo que Marina de Laredo acabó viéndose sin los ingresos de los atraques, asumiendo costes de modificados de obras, sin financiación externa y con pagos pendientes, es decir, mucho gasto y poco ingreso, lo que le abocó al concurso de acreedores y a la liquidación, una posibilidad que le ha abierto la puerta, por contrato, al rescate.

Ni la modificación del contrato ni la salida de Caja Cantabria del proyecto fueron comunicadas al Gobierno de Cantabria.

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