El Cabanyal es un barrio marinero de la ciudad de Valencia que lleva más de 15 años resistiendo ante un proyecto de prolongación de una avenida, que amenaza con dividirlo en dos y con llevarse por delante más de 1.600 viviendas.

Fueron los primeros en luchar contra la especulación urbanística, los pioneros, los inspirados de Gamonal, ni más ni menos. Tienen ya una amplia experiencia en su lucha contra lo que llaman los zombies de la especulación, que extiende la destrucción allá donde va.

La Primavera Valenciana se unió al Cabanyal en la resistencia…

Así que no es de extrañar que alrededor de esta lucha se haya gestado un proyecto tan original como Cabanyal Z, una web serie que ha surgido de la mano de Joan Alamar, actor que deseaba hacer un retrato del barrio y del creador audiovisual Gerardo Núñez, que en su mente tenía un proyecto de zombies contra yonkis.

Especulación urbanística y zombies, una combinación curiosa que ha dado lugar a una trama realmente original, y que ha convertido a Valencia en una ciudad asolada por una oleada zombie, donde solo este emblemático barrio, con su experiencia en la lucha contra la invasión especulativa, resiste a pesar de todo.

«En realidad, si paseas por el barrio después de todos estos años de degradación, la verdad es que es un escenario bastante zombie», comenta Joan Alamar, que ha llevado a cabo los guiones y las labores de realización, y que con esta webserie pretende hacer un retrato «metafórico y divertido de la situación de bloqueo» que vive el barrio desde hace más de 15 años.

«Son 17 años de degradación y división entre colectivos vecinales, que ha sido también una estrategia por parte del antiguo gobierno de Valencia, de los 24 años de alcaldía de Rita Barberá», nos cuenta Joan, que cree que la propia exalcaldesa tenía «entre ceja y ceja» ese «capricho de destruir el barrio».

La serie cuenta con múltiples referencias a la realidad valenciana, con un retrato nada discreto de la exalcaldesa, la lucha interna por el poder, la complicidad periodística con Canal Nou de fondo, y también un retrato de una sociedad dormida hasta que el problema le afecta en primera persona, encarnada en el personaje de Germán

Además, se producen guiños muy locales sobre los problemas del vecindario del Cabanyal, y las asambleas que se llevan a cabo en él a raíz del riesgo del barrio. En estas asambleas de la webserie se presentan unos vecinos muy caricaturizados, de diferentes tendencias políticas muy definidas.

«La serie intenta ser muy inclusiva», cuenta Alamar. «Intentamos reflejar que si estamos todos juntos al final tenemos un objetivo común. En la serie está muy claro que es la resistencia a los zombies, pero en realidad es la reconstrucción de un barrio, de una convivencia y un barrio para todos».

¿Y cómo está esa situación ahora, con un nuevo alcalde en Valencia, Joan Ribó?: «Ahora la cosa está bastante paralizada. Se está formando un colectivo que se llama Va Cabanyal, y se está haciendo un concurso para hacer un programa que analice la situación del barrio, preguntando a los vecinos, para así hacer un proyecto común y pedir un presupuesto a Europa», informa.

Es decir, la amenaza zombie sigue ahí, pero la cura tiene que estar en el Cabanyal.

UNA WEBSERIE QUE HA IDO A LA PAR QUE LOS CAMBIOS POLÍTICOS

En Cabanyal Z, Valencia se ve asolada por una oleada de zombies.

Pero este proyecto, Cabanyal Z, no es nuevo. Lo iniciaron hace tres años y medio, con la idea de realizar 10 capítulos en total. Actualmente van por el octavo, y esperan publicar el capítulo nueve como muy tarde en el mes de diciembre.

Este plazo de cuatro o cinco meses entre capítulos se debe a que esta serie es totalmente autofinanciada y parte de presupuesto cero.

Los impulsores buscan los ingresos con la actividad en CSO Samaruc, un centro social donde se reúne cada jueves a las ocho de la tarde el equipo para ponerse al día del proyecto, y donde realizan actividades y comidas para recaudar fondos.

Pese a la tardanza entre episodios, Joan también ve la parte positiva de ello. «Nos ha permitido que, durante tres años y medio, hemos ido de la mano de la historia del barrio, hemos ido incluyendo los cambios en la serie metafóricamente».

Y en los últimos episodios tendrán tiempo de relatar el cambio de gobierno, algo que hace tres años costaba creer.

«De alguna manera, creo que esta serie quedará en el recuerdo como un relato metafórico de un momento de cambio crítico de su historia», comenta Alamar.

LA NUEVA INVASIÓN ZOMBIE, AHORA EN SANTANDER

Desde Valencia les ha llegado la noticia del Pilón en Santander, este barrio de la zona de General Dávila en el que las viviendas de 24 familias peligran para llevar a cabo una unidad de actuación que construya 160 viviendas, 200 plazas de garaje, un vial y zonas verdes.

Desde sus propias redes sociales, la webserie Cabanyal Z mostró su apoyo y dio difusión al problema de los vecinos del Pilón.

Preguntados por si se imaginan un capítulo basado en el Pilón, Alamar confiesa que no lo había considerado seriamente pero que «no estaría mal ir un día y hacer como en Gamonal, que ya fuimos a hacer una presentación y comentamos de hacer un capítulo allí».

Confiesa que esa idea «se ha quedado un poco en frío, pero está ahí» y fantasea con la idea de presentar en Santander Cabanyal Z «y hacer un mini-corto con un guiño a El Pilón».

Los zombies de la especulación se extienden con rapidez por la geografía española. La resistencia es el único modo de sobrevivir.

En la serie aparecen cameos de personajes conocidos valencianos, como Chimo Bayo, Arturo Valls o Mónica Oltra.

«Siempre hemos intentado que sean gente de Valencia», comenta Joan, que cree que «sería fantástico» contar con cameos famosos de Cantabria si en algún momento sale a la luz un proyecto relacionado con el Pilón.

«Nuestro objetivo final es hacer esto en diferentes barrios», dice.

Y no solo de Valencia, sino alrededor de España en cualquier lugar con una historia de especulación urbanística detrás.

Pero, por el momento, ese trabajo requiere un esfuerzo económico y de material «que ahora mismo no tenemos».

Cabanyal Z se lleva a cabo con actores y un equipo de voluntarios, sin castings y con un fondo común. No es sencillo, pero el resultado es realmente sorprendente, y la gran acogida que ha tenido es llamativa.

Una manera muy sencilla y original de llamar a la especulación urbanística por su nombre: porque al igual que en las historias de zombies, es una plaga destructiva.