La reconstrucción expulsó a los santanderinos de toda la vida
La reconstrucción del centro de Santander y los barrios periféricos tras el incendio de 1941, cuyo 75 aniversario se conmemora a partir de este 15 de febrero, planeó inicialmente una amplia dotación de viviendas baratas y protegidas, dentro de unan concepción paternalista del régimen franquista hacia estas clases, confinadas, en cualquier caso, en zonas alejadas del centro.
Las cifras iniciales impresionaban: se querían construir casi cien viviendas en Nueva Montaña, casi mil en Peñacastillo o seiscientas en el Barrio Pesquero, incluso mil en la calle San Fernando…, y que se acabaron quedando en 296, con las viviendas de Pero Niño (junto a la Plaza de Toros) como principal referente.
(En estas, a diferencia de las de iniciativa exclusivamente privada, sí se respetó la normativa de alturas)
![Poblado en Campogiro](https://www.elfaradio.com/wp-content/uploads/2016/02/Poblado-Campogiro-e1455532836379.jpg)
Poblado en Campogiro
Pero al final, en toda la década de los 40, se hicieron 1.400 viviendas protegidas, menos de la mitad de las 3.000 que se construyeron en total, y de las que en realidad habría que restar 200 que ya se habían iniciado antes del incendio.
Son procesos ampliamente documentados y analizados por Ramón Rodríguez Llera en su trabajo ‘La reconstrucción urbana de Santander 1941-1950’ editado por el Centro de Estudios Montañeses, o Elena Martín Latorre y Ángela de Meer en ‘Evolución urbanística de Santander 1941-50), en trabajos consultados por EL FARADIO para la elaboración de esta serie de informaciones.
La demanda de vivienda asequible seguía, pero no interesaba a los promotores, que se centraron en el desarrollo de los edificios del centro para banca, seguros y comercios de lujo.
Y surgieron fórmulas mixtas, intermedias, entre lo público y lo privado, como las conocidas como casas de la Renfe o los Santos Mártires (en Via Cornelia), que se podían permitir poner en marcha entidades más o menos públicas o de gran tamaño (la compañía estatal Renfe o los propietarios de la fábrica de Nueva Montaña, levantando barrios para sus empleados)
Llegaron fórmulas provisionales, no planificadas, cercanas a modelos de la infravivienda, en lugares como La Albericia o el poblado Carlos Ruiz, concebidas de forma tan provisional que las llaves a los propietarios se les entregaron inicialmente por un plazo de cinco años, aunque finalmente acabarían estando cuarenta.
![Construcción del Barrio Pesquero](https://www.elfaradio.com/wp-content/uploads/2016/02/Barrio-Pesquero.jpg)
Construcción del Barrio Pesquero
Pero lo que primó fue la iniciativa privada, centrada sólo en la construcción de edificios, y no de servicios complementarios. Se construyeron viviendas en otras áreas que no eran estrictamente el centro, pero sin atender más necesidades, como sucedió en el Río de la Pila o en Cueto.
De esa época, años después, data también el cambio de uso en El Sardinero, que, pese a ser Santander, era un destino turístico y de casas para veraneantes y turistas, o segundas residencias. Se optó por urbanizar una zona con espacios libres, y para ello fue necesario construir los accesos que lo acercaran al centro, prolongando Castelar como continuación del Paseo Pereda y de Calvo Sotelo, y creando la Reina Victoria que conocemos hoy.
EL CAMBIO EN LA CIUDAD
Para cuando acabó la reconstrucción, la ciudad había cambiado totalmente: de una propiedad fragmentada de los solares, con más alquiler que propiedad, clases medias y populares y usos económicos de todo tipo (artesanía, tiendas de alimentación, pensiones…) se pasó a un centro con propiedades en pocas manos, con predominancia de la cultura de la propiedad, clases altas, burguesía y funcionariado, y prioridad a la banca y el comercio frente a otras actividades económicas.
Desaparecieron , por ejemplo, los talleres de artesanía, o las mercerías, sustituidas por tiendas de tejidos caros, en una sangría que afectó a otros comercios tradicionales como las tiendas de ultramarinos o alimentación, sin encaje en un centro con un nuevo perfil de habitante, principalmente funcionarios, militares y profesionales, de una generación más joven y con más poder adquisitivo.
Frente al tópico, quien fue expulsado del centro fue el santanderino de toda la vida, y quien se instaló fue un nuevo perfil de santanderino.
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