El expresidente colombiano Álvaro Uribe ha rechazado la medalla de honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Lo ha hecho en una carta remitida a la entidad académica, promotora de los cursos de verano que se celebran en Santander y que depende del Ministerio de Educación del Gobierno central.

Álvaro Uribe

Es una carta trufada de referencias a la «izquierda totalitaria» o a Fidel Castro y Hugo Chávez y sus métodos de «represión sanguinaria» y en la que acusa a los defensor del proceso de paz en Colombia, sellado recientemente, de ceder ante el «narcoterrorismo».

La carta pone en evidencia que el anuncio de este fin de semana de la UIMP se ceñía sólo a la anulación del acto, no a la concesión de la medalla en sí misma.

Es decir, se mantenía la distinción, pero se suspendía el acto público aludiendo a una vocación de no interferir en el proceso (reduciendo la interferencia al acto, pero no a la propia concesión de la medalla), en una ceremonia que iba a tener protestas y manifestaciones de colectivos sociales y santanderinos.

Todo se produce además en vísperas de la inauguración oficial de los cursos de verano, que serán este miércoles, con la presencia del ministro de Educación, Ìñigo Mèndez de Vigo.

La concesión de la medalla ha levantado mucho revuelo entre los movimientos sociales cántabros, abanderados por el colectivo Libres y el periodista y activista Paco Gómez Nadal, a los que se han sumado nuevas organizaciones, además de una iniciativa ciudadana a través de Change.org, que critican el historial contra los derechos humanos de Uribe.

Y ha saltado al plano institucional: tras conocerse las críticas, el presidente cántabro Miguel Ángel Revilla se distanció de la distinción y anunció que no recibiría a Uribe, y, en Santander, el concejal de Santander Sí Puede en el Ayuntamiento, Antonio Mantecón, ha promovido una moción para declarar a Uribe como persona non grata.

Ahora la pelota está en el tejado de la UIMP: ha sido Uribe quien ha solicitado que se le revoque la medalla, y la Universidad emite un comunicado en el que niega haber sufrido presiones, reivindica su libertad de cátedra y anuncia que estudiará, debatirá y aprobará la petición de Uribe en un futuro Consejo de Gobierno.