El nuevo aspecto de la Federación Cántabra de Fútbol

José Ángel Peláez acaba de cumplir cuatro años al frente del órgano federativo cántabro,  y también acaba de comenzar su segundo mandato como su presidente. El primero presentaba metas muy complicadas, sobre todo por la labor del equipo que le precedió, comandado por Alberto Vilar.

Ahora, el gran propósito de esta nueva legislatura ha sido aprobado por la federación: hacer que todos los componentes del fútbol base tengan las mismas oportunidades de poder seguir practicando su pasión, que no es otra que jugar al fútbol.

En la federación se dieron cuenta de que algo desequilibraba a los diferentes equipos, y era la cuota que pagaban los jugadores federados por los árbitros. En cada categoría, había unos que pagaban menos que otros, y se perjudicaba a aquellos clubes de lugares más pequeños y alejados del centro de la región.

Ahora, todos los jugadores de una misma categoría pagarán lo mismo, desde los 125 euros de los prebenjamines hasta 150 de los juveniles. Estas cuotas incluirán desde ahora todos los conceptos, desde la mutualidad hasta las licencias deportivas, y además se elimina el cobro de entradas en taquilla. A la larga, el coste para los padres será menor y podrán disfrutar de muchos más partidos, tanto cuando jueguen sus hijos como otros equipos.

La fórmula ha sido sumar todos los gastos, añadiendo el coste medio de los árbitros de cada categoría, y se han aplicado descuentos que van desde el 3,79% de los infantiles hasta el 7,99% de los prebenjamines. Por tanto, cada jugador pagará menos, en promedio, que la temporada pasada.

Se mantendrá también la medida de regalar papeletas a los federados por el importe de su mutualidad, para que puedan venderlas de cara al sorteo de la próxima temporada, como se hizo también en la pasada. Además, el próximo 30 de octubre se abrirá la Tienda del Federado, donde cada jugador tendrá un 25% de descuento en sus compras.

La federación también tiene previsto otorgar 250 becas por un importe de 120 euros para aquellas familias que no puedan permitirse pagar la cuota de un jugador. Es otra manera de cumplir el lema de la federación, «Creciendo contigo», expresado de otra manera para despedir la carta dirigida a los padres de los jugadores: «Ninguno de nosotros es tan bueno como todos juntos».

Se trata de una medida dada a conocer este mismo jueves por el presidente Peláez, aprobada el pasado 19 de julio en una reunión con los clubes. El máximo mandatario del fútbol cántabro, en el texto donde da a conocer estas medidas, pone a disposición de todos su número de teléfono, su correo electrónico y su cuenta de Twitter para que todo aquel que quiera pueda preguntar sus dudas o aportar sus sugerencias.

Peláez ya avanzó esta propuesta, antes de aprobarse, en una entrevista concedida al programa Buenas Tardes Cantabria: «Por primera vez en el fútbol español, cualquier niño de nuestra territorial tendrá los mismos derechos y obligaciones sin depender del sitio donde haya nacido. Vamos a acabar con muchos problemas del fútbol cántabro, los clubes lo van a agradecer, y vamos a practicar la igualdad, que es un valor fundamental», dijo el presidente.

CRISPACIÓN MÁXIMA CON ALBERTO VILAR

En cuanto al tiempo que lleva en el cargo, Peláez se siente recompensado tras lo que se ha conseguido: «El esfuerzo ha merecido la pena. El fútbol modesto ha cambiado su imagen, sus estructuras, con las instituciones y con las personas. La mejora ha sido sustancial. Nadie puede decir que el fútbol no haya avanzado».

Ha costado esfuerzo, y también disgustos para el presidente en estos cuatro años: «Desgraciadamente, no hemos tenido colaboración de nadie, tampoco del expresidente Alberto Vilar», se quejó Peláez, que señaló que ha habido «alrededor de 93 procedimientos judiciales» con su antecesor en el cargo.

El actual presidente explicó que «cuando gané las elecciones, fui a su despacho, que ahora ocupo, ya lo había abandonado, no hubo transición ni contacto, hubo destrucción de documentación que hubiera sido importante tener».

La situación fue tan tensa que llamó la atención de los dirigentes del fútbol nacional: «Ha habido un par de intentos de mediación desde la federación española y no ha habido forma», declaró Peláez.

Económicamente, el panorama que se encontró la nueva directiva de la federación cántabra en 2012 era casi insostenible: «Había una forma de trabajar, dejando cosas pendientes de pago, que nos ha ido lastrando. En 2014 y 2015 sufrimos embargos de 600 o 700.000 euros por parte de la Seguridad Social y Hacienda, por impagos y contrataciones fraudulentas», aseguró el presidente, que admite que aún viven con dificultades en este aspecto.

Uno de los casos más paradigmáticos de la gestión de Vilar fue el contrato de su hija con la federación, cuyo despido fue avalado judicialmente: «Ha estado cobrando miles y miles de euros y ha generado un perjuicio a la mutualidad de más de un millón», según Peláez.

MEJORAS EN EL FÚTBOL CÁNTABRO

Pero también quiso explicar algunos cambios que ha dado el fútbol cántabro en estos cuatro años. A nivel institucional, todo funciona correctamente ahora: «Las puertas de las instituciones estaban cerradas, todo eso lo hemos normalizado». Y también se ha conseguido que las personas que forman parte del fútbol de Cantabria, como los presidentes de los clubes, tengan una relación amigable, cuando antes ni siquiera se conocían.

Si hay un asunto que preocupaba mucho al actual presidente, era la mutualidad. Se ha pasado de una situación en que «los reconocimientos no se hacían», a que ahora, según Peláez, «nuestra mutualidad ha llegado a niveles de excelencia».

«Ha sido trabajo duro, muchos viajes a Madrid, muchas peleas, muchas ideas, con cariño, hemos dejado por el camino a alguna persona que no merecía nuestra confianza, de los errores se aprende también», comentó el presidente para explicar el duro camino emprendido hasta ahora.

NO SEGUIRÁ TRAS ESTA LEGISLATURA

Ocho años es una cantidad de tiempo suficiente para poder arreglar las cosas y «desarrollar los proyectos que uno quiere». En el momento de terminar la legislatura recién comenzada, la idea es clara: «Cuando llegue el momento, me haré a un lado», afirmó sin vacilar Peláez.

Al parecer, ya hay gente del fútbol de la región que le pide que reconsidere esta postura: «Algunos nos dicen que si las cosas van bien, por qué nos vamos a marchar, y es por respeto institucional y por limpieza. Es una forma de ver la vida», se sinceró Peláez.

El primer tramo de cuatro años ha estado lleno de dificultades, «mereció la pena, pero nos hubiera gustado estar más tranquilos, porque hubiéramos tenido más tiempo». Pero ese capítulo está ya cerrado, y se acaba de abrir el segundo, el de consolidar lo ya conseguido y seguir avanzando.

«Queremos dejar la federación como nos hubiera gustado encontrarla cuando llegamos. Queremos dejarla moderna, ya se ha modernizado, pero aún más», fue la manera del presidente de explicar su objetivo.

«Este trabajo desgasta mucho. Trabajo entre 12 y 14 horas diarias. Estamos implicados, algunos tenemos suerte y disponemos de tiempo», reconocía Peláez, que ya está jubilado y por eso puede permitirse el trabajo que lleva acometiendo desde 2012.

Desde el trabajo y la racionalización de los escasos recursos que tiene una federación territorial de una región tan pequeña como Cantabria, el fútbol parece avanzar en una dirección concreta. Ahora le toca al tiempo dictaminar si esa dirección, además, es la correcta.