Dignidad: las necesidades básicas cubiertas por el hecho de existir

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|| CRISTINA ALONSO GUTIÉRREZ, TRABAJADORA SOCIAL ||

Colectivos como Andarivel habían denunciado los problemas en la tramitación de la renta básica

Colectivos como Andarivel han denunciado los problemas en la tramitación de la renta básica.

Renta básica universal versus trabajo. Nadie se alarma de que una persona rica tenga derecho a la seguridad social y sin embargo la renta básica universal está suscitando un polémico debate que probablemente es previo a su progresiva implantación.

El trabajo no puede devorar la mayor parte de nuestro día ni de nuestra vida. El trabajo no es meramente sobrevivir para pagar facturas. Hoy uno trabaja y aun así es pobre. La realidad es que no se va a dejar de trabajar sino que la renta básica dará posibilidades para elegir mejor uno su vida, su formación, negociar el trabajo que uno quiere, las condiciones laborales, algo hasta ahora bastante utópico.

Es importante un cambio progresivo de nuestras creencias. No tenemos por qué ganar el pan siempre con tanto sudor y lágrimas. Es imprescindible establecer límites, horarios, tiempos de descanso, disfrutar del ocio, promover nuestra salud y no sobrecargarnos.

La renta básica es compatible con otros ingresos, elimina la trampa de la pobreza y los posibles incentivos a la economía sumergida

Las horas extras sin remunerar no benefician a nadie y dicho exceso es ineficaz ya que no hay productividad. El retraso de la edad de jubilación y las jornadas interminables están promoviendo más paro y cada vez son menos personas que acceden al empleo y los que lo hacen son en situaciones más precarias y temporales.

Se puede ser próspero y trabajar menos, se puede ser feliz en el trabajo, se puede crear un ambiente de cooperación con los compañeros, promover la formación, disfrutar trabajando, tener unos ingresos que permitan vivir con dignidad, dedicar una buena parte del día a la familia, a la educación de los hijos, al ocio, todo lo que hacemos en nuestro tiempo libre es igual de importante que trabajar…

La renta básica universal o renta ciudadana es un ingreso garantizado no sujeto a condiciones de trabajo ni de renta, una cantidad periódica que cubra las necesidades vitales sin que por ello deba realizar contraprestación alguna. Dicho así, puede parecer injusto el derecho; vamos a explicar en qué consiste y a valorar la eficacia de esta medida que tanto se debate en la actualidad y que tanta falta hace.

En Canadá se redujeron las visitas al médico, la salud mental mejoró y descendieron la violencia doméstica, los accidentes de coche y las hospitalizaciones psiquiátricas

La renta básica es un sistema basado en la confianza, sin necesidad de solicitud ni aprobación. Se recibe antes incluso de que aparezca la necesidad, evitando los retrasos. Exige una gestión mínima frente al actual laberinto burocrático; es compatible con otros ingresos, elimina la trampa de la pobreza y los posibles incentivos a la economía sumergida; evita la estigmatización de la pobreza y puede graduarse fácilmente, en función del nivel de renta (lo que permite también garantizar su viabilidad financiera).

Suiza plantea convocar un referendo y decidir si se aprueba una renta de 2.500 francos al mes de forma incondicional y con independencia de que trabajen o no.

El gobierno finlandés de centro derecha ratificó formalmente su compromiso, que figuraba en su programa electoral, de «implementar una renta básica experimental». El 79% de la población apoya la renta básica universal.

Canadá experimentó la renta básica universal y constató que la motivación y el rendimiento del trabajador no disminuía, elegían con mayor libertad el trabajo y hubo un pequeño descenso en la ocupación de los adolescentes y las madres de niños pequeños.

Los primeros se veían liberados de la necesidad de apoyar económicamente a sus familias con lo que un mayor número de adolescentes terminó sus estudios. Se constató que se redujeron las visitas al médico, la salud mental mejoró y descendieron la violencia doméstica, los accidentes de coche y las hospitalizaciones psiquiátricas. Por lo tanto incrementó notoriamente el bienestar general de la población.

Conocemos también un experimento de puesta en marcha de una renta básica en África. En Namibia, se entregó una renta básica mensual de 100 dólares namibios a cada residente menor de 60 años. La pobreza se redujo del 76% al 16%. La población activa pasó del 44% al 55%, por el inicio de pequeños negocios gracias al subsidio. La malnutrición infantil descendió del 42% al 10%. Las tasas de absentismo escolar pasaron del 40% a prácticamente cero. La delincuencia se redujo en tasas del orden del 42%. Se redujo la deuda media de los hogares en un 36%.

En Alaska, reciben un ingreso en función del rendimiento de un fondo y es el segundo estado con menor desigualdad en los Estados Unidos.

¿Necesitamos más datos?

¿Apostamos por su puesta en marcha? ¿Habrá políticos valientes para atreverse a hacerlo? ¿Seremos cada uno de nosotros capaces de contribuir a que sea una realidad? Y cuando lo sea, ¿Cambiaremos nuestra creencias para disfrutar de nuestra vida?

Esa es nuestra responsabilidad.

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