PSOE y PRC, en minoría parlamentaria con el Racing
El Gobierno de Cantabria se encuentra en minoría en el Parlamento autonómico en su propuesta de acuerdo de uso de los soportes publicitarios del Racing de Santander a un precio de un millón de euros al año durante cuatro ejercicios.
Y la propuesta tiene que pasar por el Parlamento porque irá incluida en los Presupuestos Generales de la comunidad autónoma para el año que viene, cuya aprobación es una de las principales –y la más sólida– competencias del Parlamento.
Tras las elecciones de hace ya más de un año, PRC y PSOE revalidaron su anterior alianza de Gobierno, con una salvedad respecto a su primera versión, y es la de estar en minoría.
La investidura de Miguel Ángel Revilla como presidente salió adelante con la abstención de Podemos, que siempre ha precisado que su acuerdo era directamente con Revilla y ligado a la Presidencia (en un pacto ya entonces mediatizado por el caso Racing).
El resto de la legislatura se ha visto como distintas iniciativas parlamentarias del Gobierno han quedado en minoría o como han salido adelante incluso propuestas de la oposición, ya que si Podemos, Ciudadanos y PP suman sus diputados, son más que los de socialistas y regionalistas.
Y al margen de diferencias ideológicas evidentes, lo cierto es que las tres formaciones han coincidido en varias ocasiones, entre ellas, el estrecho marcaje a la cuestionada gestión de Salvador Blanco al frente de la empresa pública SODERCAN (de hecho, Podemos supedita la aprobación de los presupuestos al cese de Blanco, cuya destitución han aprobado, sin que se cumpla, en el Parlamento los partidos de la oposición).
TODA LA OPOSICIÓN, EN CONTRA
Desde el PP, su portavoz, Eduardo Van den Eynde, acusaba al Ejecutivo de actuar “con nocturnidad y alevosía”, aprobando el convenio “por la puerta de atrás, en agosto” y sin llevarlo al Parlamento.
Van den Eynde cuestionaba otro de los puntos del acuerdo, el hecho de que el gasto se distribuya entre varias consejerías y/o empresas públicas aunque el deporte no entre en sus competencias.
“Ahora mismo Cantabria tiene necesidades más importantes y el propio Revilla dice que no hay dinero para nadie; pero parece ser que depende para quien”, asevera.
Podemos, por su parte, mostraba su “desacuerdo” con el Gobierno, a quien recordaba que los morados habían mostrado su disposición al “diálogo” en torno a este asunto cuando se anunció, reuniéndose incluso con responsables del club y proponiendo actos abiertos a los ciudadanos para que se expusieran las preguntas.
“Queremos denunciar públicamente la entrega sin control de dinero público a una
empresa privada, ITM, sin saber a qué intereses responde ni las condiciones con las que
se entrega, además de la falta de transparencia en todo el proceso”, añadían en el partido, que con su oposición al acuerdo del Racing y su petición de cese de Blanco suma ya dos motivos para no apoyar los presupuestos de Cantabria.
Y desde Ciudadanos, su portavoz parlamentario Rubén Gómez llamaba la atención sobre el contraste entre la “cantidad desorbitada” y “fuera de mercado” para un club de Segunda B mientras se incumple el déficit presupuestario y “no hay dinero ni para sustituir el personal sanitario y se cierran centros de salud en verano”
Asimismo, Ciudadanos recordó que “el presidente autonómico ha faltado a la verdad tras anunciar que este patrocinio no supondría coste alguno para las arcas públicas, ya que en un principio el dinero procedería de la Fundación Año Santo Jubilar”.
OTRAS REACCIONES
Y fuera del arco parlamentario se pronunciaban partidos como UPYD, cuyo portavoz, Vicente Bengoechea, pedía al Gobierno explicaciones “serias, profundas y rigurosas” por “querer disfrazar con fórmulas retorcidas y poco claras” nuevas ayudas públicas al club cántabro en lugar de atender otras prioridades; mientras que desde Izquierda Unida aseveraba que “detrás del rescate al Racing solo encontramos opacidad y una nefasta utilización de cuantiosos recursos públicos”.
O Santander Sí Puede, con un concejal en el Ayuntamiento de Santander, que criticaba la “ millonaria subvención encubierta a una empresa privada, arruinada como consecuencia de la nefasta gestión de un grupo de personas y empresarios de dudosa reputación a quienes precisamente este mismo gobierno bipartito, en su anterior etapa, puso una alfombra roja para que se hiciesen con el control de este club, mirando hacia otro lado mientras lo dejaban en la más absoluta ruina”.