“Hacen falta muchos Ricardos, mucha agitación y mucha calle”

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Hace dos semanas falleció en Torrelavega Ricardo Miguez, uno de los referentes de los últimos años en los movimientos sociales cántabros, especialmente de la zona del Besaya, donde se implicó especialmente en la creación de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas de la ciudad.

Ricardo Miguez, activista de la PAH Torrelavega.

Ricardo Miguez, activista de la PAH Torrelavega. Foto: La Vorágine.

La PAH de Torrelavega fue la primera que se organizó en Cantabria, y allí se reunieron varios afectados por las hipotecas y demás activistas que comenzaron a organizarse en la capital del Besaya.

Esa labor llevó a Ricardo a canalizar acciones de compromiso como ocupaciones de oficinas bancarias y pasacalles por las distintas oficinas de entidades financieras del municipio, que permitieron visibilizar en plena calle un problema que antes apenas había trascendido de las paredes de las casas de los afectados porque se consideraba un asunto privado y no colectivo.

Todo combinado con esa labor menos conocida de la PAH, de asesoramiento y negociación en los casos de desahucio o problemas con la vivienda, o el acompañamiento personal y la comunidad de apoyo en que se convierten. Y que le hizo pasar por momentos difíciles, como su propio ‘cerrojazo’, cuando les deshauciaron del local en que se reunían, o las sanciones por participar en el escrache al exalcalde de Torrelavega.

En esa primera asamblea de la PAH de Torrelavega, la activista Josefina Acebo conoció a Ricardo, quien la impresionó muchísimo el movimiento y especialmente la influencia que Ricardo tuvo en ella.

“Yo llegué a la PAH y no tenía conciencia social absolutamente para nada, no sabía ni qué quería decir la palabra desahuciado. Fue como si me hubieran dado un golpe en la cabeza”, asegura.

“Recuerdo que en esa primera asamblea había un compañero que siempre pedía para lo suyo. Ricardo se levantó y le preguntó: Oye, por favor, ¿pero tú te crees que a alguien le importa algo tu vivienda, o la del otro? Aquí estamos por la vivienda y los derechos de todos. Yo me fui a casa rebotada pero con el tiempo te das cuenta de qué razón tenía”, insiste quien tras superar su caso de desahucio siguió siendo activista por los derechos de la vivienda de quienes se vieran perjudicados después.

Además, Fina incide en el mayor problema que tienen los movimientos sociales. “El ser humanoes muy egoísta y solo queremos lo nuestro. En la PAH, como en casi todas las luchas, la gente arregla lo suyo y se te he visto no me acuerdo. Hay mucha gente que se queda, gracias a Dios, pero hay mucha que no quiere saber nada”.

“VIVÍA COMO DECÍA»

A Ricardo, Fina le recordará siempre como “un hombre culto, creador de conciencias, un hombre que leía y con el que era muy difícil debatir, ya que si no estabas a su altura siempre te ganaba”.

“Yo he discrepado mucho con Ricardo pero me ha enseñado mucho, a luchar, a organizarme, a no darme por vencida, a discrepar y debatir”, asegura. “Siempre tendré un buen recuerdo de Ricardo, y muchos miembros de movimientos sociales también”.

Además, destaca que él “vivía como decía, como el mundo que él quería, que era un mundo austero”. “Hay mucha gente que va de boquilla pero no Ricardo. Ibas a su casa y solo veías cultura”.

MULTADO POR EL ESCRACHE A IDELFONSO CALDERÓN

Ricardo y Fina fueron dos de los ocho activistas multados por el escrache al ex alcalde de Torrelavega, Idelfonso Calderón. “Nos multaron el mismo día que el PP maquillaba una ley donde no estaba recogida ninguna reivindicación de la ILP que había presentado la PAH con más de medio millón de firmas españolas”, recuerda.

El del ex regidor torrelaveguense fue el primer escrache que se hizo en Cantabria, en pleno apogeo de la campaña de escraches a políticos. Varios activistas se concentraron frente al domicilio del político y, pese a que un juez no vio delito en la acción, poco después llegarían las sanciones de Delegación de Gobierno a los participantes en la acción.

Estas multas fueron impuestas sin identificación expresa, simplemente cotejando lo que habían visto los agentes policiales con fotos suyas que se manejan en las dependencias policiales, pese a no tener antecedentes.

“Cuántos escraches hacen falta”, asegura Fina recordando ese día. “Hacen falta muchos Ricardos, mucha agitación y mucha calle. Que nos están abrasando, que nos quieren en casa y en silencio y no nos van a encontrar ahí”.

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