Nuevas revelaciones sobre el origen del incendio de Santander
El incendio de Santander de 1941 se originó por la noche, debido a una chispa desconocida en el número 20 de la calle Cádiz y con la ayuda del fuerte viento sur que esos días soplaba en Cantabria.
Sin embargo, 76 años después surgen nuevas revelaciones en torno a las causas de este incendio que provocó el mayor proceso de expulsión popular del centro y la periferia que se recuerda en la historia moderna de España.
Lo ha descubierto la profesora de la Universidad de Cantabria, Ángela de Meer, que las ha revelado en una entrevista a EL FARADIO DE LA MAÑANA. “Miré en los impuestos de actividades económicas de la Cámara de Comercio y descubrí que debajo había un almacén de madera, al lado un almacén de productos de droguería al por mayor y al otro lado una carbonería”, asegura.
Es decir, no solo fue el viento sur sino que al lado del número 20 de la calle Cádiz “había un tipo de almacén mayorista con productos inflamables y que se quemaban rápidamente”. “Yo creo que eso sí que favoreció un incendio de tales dimensiones”, manifiesta de Meer.
La profesora de la Universidad de Cantabria es autora de dos libros que relatan el incendio y la posterior evolución urbanística de Santander: ‘Evolución urbanística de Santander 1941-50’, escrito junto a Elena Martín Latorre e ‘Incendio y transformaciones urbanas: Santander 1941-1955’, junto a Mercedes Cesteros Sedano y Isabel Sierra Álvarez.
EL INCENDIO TRAJO CONSIGO UNA GRAN ESPECULACIÓN DEL SUELO
Durante el incendio que se inició durante la madrugada de ese sábado de hace 76 años, se quemó todo lo que era la ciudad medieval. El proceso de reconstrucción no finalizó hasta el año 1955, que es la fecha en la que datan las últimas licencias urbanísticas.
“Aquello generó una gran zona de especulación”, relata De Meer. “Cuando el centro de Santander se convirtió en un enorme solar, el Ayuntamiento expropió toda la zona, en la que vivían muchos alquilados y la mayor parte de la gente se quedó sin nada”.
Posteriormente, esos terrenos salieron a pública subasta. “Ahí siempre tenían prioridad o el mayor propietario o el que tuviera cédulas del Instituto Nacional de Reconstrucción, lo que produjo un gran proceso de especulación del suelo”.
Además, en el periodo de reconstrucción solo se permitió a los grandes propietarios, dejando sin reconstruir las manzanas donde había pequeñas propiedades.
EL COMERCIO TAMBIÉN FUE EXPULSADO DEL CENTRO
En este proceso de gentrificación, se expulsó a 10.000 personas. “La mayoría no volvieron”, resalta la profesora de la UC, que destaca cómo se encareció el precio de los suelos a partir de entonces.
“Se construyeron en el centro casas mucho más grandes, con mejores condiciones, de mayor calidad y, por tanto, de un alquiler mucho más elevado”. El precio de este alquiler rondó en la zona central de la ciudad entre las 1.000 y los 1.500 pesetas, mientras que en la periferia, las viviendas que se construyen para los siniestrados estaban en torno a 15 pesetas.
“Hay algo de lo que no se habla tanto y es que, además de la población, también se expulsa al comercio, la hostelería y todo ese tipo de actividades del centro”, insiste de Meer. El ejemplo es que lo que antes del incendio pagaba toda una manzana de comercios por alquilar los locales en el centro, después del incendio debía pagarlo un único comercio. “El precio del suelo se disparó y solo se quedaron con la propiedad un pequeño grupo de personas”.
Todo esto respondía al modelo de ciudad orgánica que imponían los arquitectos del Régimen, y que aprovecharon para usar ante esta catástrofe en la ciudad. “Este modelo dice que la ciudad debe funcionar como un ser vivo, y en la cabeza deben estar los órganos representativos”.
Estos en Santander son la Plaza Porticada y el Eje Espiritual con la Catedral y la Iglesia de la Compañía. “También el modelo contempla un corazón con un gran pulso”, que representa la zona comercial y viviendas de alto nivel. “Y los miembros, los habitantes del puerto, debían estar lo más lejos posible”.
D.M.C.
La especulación siguió en los 70 y 80 del S.XX con la desaparición de edificios antiguos que resistieron el incendio, como el teatro Pereda. Se ha ido eliminando y «renovando» lo «antiguo». Lo que hoy podría ser histórico. no sólo se perdió en el incendio. Ejemplo del hotel Sardinero. Edificio hermano del Casino, de principios de S. XX, derribado para ser sustituido por uno entero nuevo a semejanza. Por todo ello Santander carece apenas de historia en forma de edificios y arquitectura.