El pasado viernes se consumó el relevo en la directiva de la Asociación de Vecinos de Cueto: sólo se presentó una única candidatura, y no era la continuista, de modo que ahora están al frente de la entidad los vecinos del barrio que más críticos han sido.

Santi Sierra, en el centro, en una ruta en la senda costera para presentar ‘Expulsados’

De hecho, el nuevo presidente de la Asociación de Vecinos de Cueto, Santiago Sierra, es el portavoz de la Asamblea en Defensa de la Senda Costera, el colectivo que surgió a raíz de la fuerte alarma vecinal desatada por los excesos constructivos en este proyecto ante la pasividad de las instituciones respecto al planteamiento original de la senda.

Para Santiago Sierra, esto supone una “nueva oportunidad para Cueto de demandar ante quien corresponda aquello de lo que carezca” y “la ciudad tendrá que atenderlo”, porque las instituciones “tienen que trabajar para ellos”, los vecinos.

Ha sido una “transición dulce” pese a las discrepancias con la anterior directiva, a la que el barrio ha “agradecido” su “compromiso” durante todos estos años, según relataba Santi Sierra en EL FARADIO DE LA MAÑANA.

La atención sanitaria en un consultorio que sólo atiende tres días a la semana y no todos, y, por supuesto las consecuencias del urbanismo, como la revisión catastral que deriva de la clasificación de los suelos, la nueva senda costera y el nuevo Plan General serán algunos de los asuntos de los que la nueva Asociación de Vecinos de Cueto estará vigilante.

Pero la principal prioridad será “el barrio”, lograr “que se recupere la identidad colectiva” y que los más jóvenes participen para lograr el “relevo” generacional y que, en consecuencia, continúe el interés en la participación ciudadana, motivo por el cual el local y la asociación serán “ahora” la “casa de todos”, expresaba Sierra.

Este precisaba que la Asamblea en Defensa de la Senda Costera, que evidenció la fuerte identificación que muchos vecinos tienen con este trozo de ciudad, seguirá trabajando con “su propio identidad”, ya que en ella conviven los vecinos del barrio con personas de otros lugares y sensibilidades.

“HABÍA UN MODELO FALLIDO DE CIUDAD”

El caso es que la plataformitis, como despectivamente llamó el hoy ministro de Fomento cuando era alcalde de Santander a los colectivos críticos con su gestión, está empezando a llegar a las directivas de las asociaciones vecinales.

Vecinos observando hace dos años los trabajos en La Marga

Acaba de pasar en Cueto, donde los excesos de la senda costera evidenciaron el fuerte sentimiento de identidad de los vecinos de la zona y la demanda de mayor participación ante proyectos que les afectaban.

Y pasó también en Castilla-Hermida, donde en la asociación de vecinos Los arenales están ahora vecinos que en su día se movilizaron contra la retirada de árboles en el parque de La Marga –justo el lugar donde nació la palabra ‘plataformitis’- con un proyecto que incluye consultas periódicas de opinión a los vecinos en una extensa zona en la que la identidad la ha definido la sensación de abandono histórico (la carbonilla, los problemas para aparcar, la falta de inversiones…)

Para el sociólogo Paulu Lobete, en Santander la plataformitis “ha generado un clima” que ha permitido “recuperar el tejido vecinal que se había ido perdiendo” tanto en esta ciudad como en otras.

Porque, según explicaba en EL FARADIO DE LA MAÑANA, el movimiento vecinal más tradicional en Santander “ha servido muchas veces a los intereses del Ayuntamiento” en lugar de a los vecinos de los barrios.

Y también se había dado una falta de “relevo generacional” que, sumado al otro factor, ha ido haciendo poco a poco, que las asociaciones fueran “perdiendo” su papel, explica Lobete.

Mientras tanto, llegó un “clima general político” en todo el país en el que se evidenció el “modelo fallido” de las ciudades: en los últimos años de la burbuja se hicieron “grandes proyectos” pero “sin contar con los ciudadanos”.

Sumado a la crisis económica, se produjo el fenómeno de “cada vez más gente movilizándose por los distintos temas”, lo que además, sirvió para poner de manifiesto la “desconexión” entre las asociaciones y las plataformas, y, como consecuencia, una “masa social” que permite la “revitalización” de las asociaciones que, de otra forma, no hubieran podido “mantenerse”.

PARTICIPACIÓN Y GENTRIFICACIÓN

De forma paralela, Las Gildas, el colectivo de mujeres que lleva años organizando citas de música y pinchos solidarios para apoyar proyectos de cooperación, centrará su invitación de esta semana en la gentrificación y en la participación ciudadana.

Tal y como contaba en EL FARADIO DE LA MAÑANA una de las Gildas, Gema Martínez, se quería profundizar en ese fenómeno de la “elitización” en las ciudades, ese proceso por el que se van sustituyendo a los vecinos de siempre en los barrios por otros de mayor poder adquisitivo.

El fenómeno se abordará en un primer paso este miércoles, en los Encuentros de Té y Café ( a las 19.45 horas en el Centro Cultural Eureka, en la calle San Simón) que se hacen de forma previa, donde estará el periodista Guillem Ruisánchez, coautor de ‘Expulsados. Santander, la transición urbanística pendiente’.

Un trabajo ganador del primer Premio de Investigación de Libros.com y Ctxt, que editará Libros.com, en el que el equipo de EL FARADIO aborda los procesos de gentrificación en Santander desde la perspectiva de quiénes son sus perjudicados (los vecinos) y quiénes los beneficiados (las empresas) para demostrar quién está dibujando la ciudad y reclamar así una mayor participación ciudadana en las decisiones urbanísticas.

Conscientes de que la gentrificación es un “fenómeno global” que se produce en ciudades de todo el mundo, Las Gildas también han invitado a esta sesión previa, con el título ‘Identidad vs idénticos’ a representantes de movimientos vecinales santanderinos.

Así, estarán el propio Santiago Sierra, (Las Gildas han realizado actividades en colaboración con la Asamblea en Defensa de la Senda Costera) y también miembros del Centro Cultural Quima, en Polio, “que lleva 25 años creando tejido social, haciendo cultura y formación, amalgamando unidad entre los vecinos del barrio”.