El júbilo del orujo, a las puertas de Liébana
En Liébana todo está ya preparado no sólo para la Semana Santa, sino para otra cita más especial, el Año Santo Lebaniego, la cita que recuerda la existencia en su monasterio de Santo Toribio de Liébana de uno de los fragmentos de la cruz de Cristo reconocidos por la Iglesia Católica, y que tiene como hito visible la apertura de la Puerta del Perdón (cuando la atraviesan los peregrinos del Camino Lebaniego se concede bula a los pecados).
Es una cita que esperan hosteleros y empresas locales, y a la que acompaña este año otra apertura de puertas, la de las instalaciones de la destilería de Orulisa (Orujo de Liébana, que produce, entre otros, el licor Justina).
Una destilería que está justo a la entrada y salida del valle, frente al Centro de Interpretación de Tama y que a partir de ahora acogerá visitas de turistas, dentro de una tendencia en el sector (la nueva sede de Siderit, de inminente apertura, en Puente Arce, también podrá visitarse)
“Vamos a abrir las puertas para recibir visitas y a enseñar a la gente todo lo que se refiere al mundo de la viticultura y el destilado”, expresaba ilusionada en EL FARADIO DE LA MAÑANA Isabel García Gómez, responsable de Orulisa y embarcada en la recuperación y modernización del legado orujero familiar.
Tal y como explicaba, la forma de destilar en Liébana “es diferente al resto de España”, en especial en estas instalaciones que son “la primera destilería artesanal” desde que las normas europeas pidieron que hubiera un lugar fijo para realizar este trabajo centenario.
De lo que se trata es de enseñar a los visitantes el “esfuerzo” que hay detrás de un destilado que “se sigue haciendo como hace siglos”.
¿Y que se van a encontrar los turistas en la destilería? Pues desde reproducciones “exactas” de 24 alquitaras de la familia de la madre de Isabel García hasta un viñedo anexo que les permite explicar “todo el ciclo de la uva”, con las fases de la fermentación y la destilación y, para acabar, una degustación de sus productos.
Y aquí va otra de las novedades: el ciclo será completo, porque Orulisa va a empezar a comercializar vino. A la hora de hacer el licor, en esta destilería siempre vinificaban, es decir, lo hacían partiendo del propio vino, pero a partir de ahora también lo comercializarán al público que podrá tomar un vino ligero de Liébana.
La otra novedad es la reedición del licor del peregrino, una experiencia que ya pusieron en marcha en el anterior Año Lebaniego. Es un licor que se hacía en el pasado en Liébana, a base de frutas y aguardiente, que luego se quemaba como la queimada gallega, y que están “a punto de sacar”.
Así que así están, “con mucha expectación” y “ganas de que las cosas salgan bien” en esta oportunidad “muy importante” para dar a conocer y mostrar “la mejor cara” del Valle de Liébana: “ir a Liébana es una experiencia, por el paisaje y la gastronomía”.
Orulisa lleva años embarcada en darle una (premiada) vuelta al legado familiar, puesto en marcha por su abuela Justina (en su honor han sacado un licor específico) y el resultado está teniendo mucha repercusión, con artículos en todo tipo de medios nacionales y especializados en gastronomía, los últimos, la Guía Repsol o Elle Gourmet.
“Me encanta que se preste tanta atención a algo tan tradicional como el orujo y a una comarca pequeña, que necesita apoyo. Que se hable de Liébana me llena de orgullo”, confesaba Isabel García Gómez, cuyo orujo, por cierto, está por Marruecos dentro del rally que se desarrolla estos días para llevar material humanitario y de paso promocionar productos cántabros.