Somos Pel(e)ones
“La risa mata el miedo” decía el viejo y ciego abad Jorge de Burgos, en “El nombre de la Rosa” donde Umberto Eco muestra, a través del monje franciscano Guillermo de Baskerville, el poder de la risa a la que incluso Aristóteles dedicaría su segundo libro de poética viendo en ella un instrumento de la verdad. Es el poder revolucionario de la risa al que tanto miedo tiene el monje español de la novela de Eco. Quizás porque la risa es, a su manera, imprevisible. Y lo imprevisible rompe con la norma, con las verdades absolutas, con las sentencias categóricas, con el maldito “no se puede hacer nada”. Porque la risa abre espacio a la esperanza y, en ese momento de la carcajada, todo es posible y nos volvemos eternos por un instante. Y el miedo huye porque no ve rendijas por las que colarse.
Por eso hay cuidar, ayudar, reivindicar a los arquitectos de sonrisas, de carcajadas, de estados de ánimo que enfrentan al miedo y lo ahuyentan tan lejos que lo distraigan, que olvide el camino de vuelta o que, al menos, sepa con quien se las tendrá que ver a su regreso. Patch Adams, el conocido como “médico de la risa” nos recuerda como en EEUU el fármaco más recetado son los antidepresivos. Quizás el diagnóstico de una sociedad enferma. Del riesgo de convertir a personas en números. De confundir pacientes con clientes. De equivocar valor y precio; esa cualidad de los necios a las que se refería Machado en sus Proverbios y Cantares.
La asociación Pelones de Cantabria forman parte de esa arquitectura de lo revolucionario que nace de lo cotidiano sin la que a muchos se nos haría más difícil ser, sentir, soñar, hacer, escribir, continuar. Que te da ese chute de esperanza, que todos necesitamos, cuando vienen mal dadas.
Por eso hay cuidarles, por lo menos, tanto como ellos cuidan a sus pelones, a los padres, familiares, y seres queridos de sus pelones. Porque todas somos pelones, lo hemos sido, lo seremos o tenemos cerca a algún pelón o pelona que nos da la vida con su sola presencia.
Y por eso este espacio en blanco se llena de sus palabras. Gracias Pelones por cada pañuelo anudado a la rebeldía de lo vital, por cada sonrisa trabajada a golpe de lágrima, cariño, trabajo, pundonor, pun-humor y pund-amor. Gracias por cada cabeza rapada cubierta de esperanza, de ese “algo más” que nos da la vida:
Y aquí su texto de denuncia:
“¿Alguna vez os habéis sentido con ganas de tirar la toalla? ¿Habéis pensado que todo vuestro trabajo no vale la pena y que da igual las veces que lo intentes y lo mucho que te esfuerces porque, al final, que tu trabajo salga a delante, depende de otros que están por encima de ti…?
Pues así es como nos sentimos nosotr@s ahora mismo…
Os explicamos:
En el mes de noviembre del año pasado comenzamos una serie de reuniones con responsables del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander). Queríamos poner en marcha un proyecto muy bonito que consistía en cambiar los «fríos pijamas» pediátricos por otros con más color que hicieran las estancias hospitalarias de los pequeños y de sus familias un poquito más llevaderas. Habíamos hablado con varios papas de niños hospitalizados que nos habían manifestado esa necesidad (escasez de tallas infantiles en Hematología, pijamas que reforzaban la condición de enfermo entre los menores… etc). Y teníamos lo más importante: ganas, ilusión y dinero.
Pues bien, siguiendo con esas reuniones, incluso nos propusieron incluir en nuestro proyecto todos los hospitales del Servicio Cántabro de Salud que tuvieran servicio de pediatría, es decir: Laredo, Sierrallana y Valdecilla. A pesar de no estar seguras de poder abarcar tal envergadura decidimos tirar para adelante, pedir datos y hacer números, y con muchísimo esfuerzo les dijimos que SIII!!!! ✅ Que queríamos dar un motivo de alegría de todos los peques de nuestra Comunidad que en algún momento pudieran estar hospitalizados. No contentos con nuestra respuesta, y a pesar de que Valdecilla, como es lógico, tiene servicio jurídico, nos pidieron que fuéramos nosotras las que elaboráramos un Convenio de Colaboración… pues de nuevo nos informamos, nos asesoramos y redactamos un Convenio y cuando lo entregamos nos dicen que no son ellos los que tienen que dar el visto bueno al Convenio, que es la Consejera de Sanidad y que pidamos una cita con ella (claro está tampoco nos facilitaron la cita). Y en ese momento nos encontramos, se llamó a la Consejería, se explicó lo que queríamos y nos dijeron que les escribiéramos un correo electrónico solicitándoles una cita. Correo al que nos contestaron que ya nos buscarían una cita cuando tuvieran tiempo… pero parece ser que después de más de un mes o no han tenido tiempo, o están muy ocupados (de Valdecilla no hemos recibido ni una llamada para preguntar qué fue de ese proyecto por el que tantas vueltas nos hicieron dar).
Por eso os pedimos vuestra ayuda, hoy más que nunca, es muy fácil, solo os pedimos que compartáis nuestra publicación para ver, si de una vez por todas, llega a la persona que de una vez por todas haga que este proyecto tan bonito, se haga realidad.
Por favor COMPARTID a ver a cuantas personas somos capaces de llegar… GRACIAS ❤…”
Angeles Alonso
Por gavor sed cokaboradores y dignos. No escurraisvel bulto. Si no lo hacemos nosotros ahora, nadie lo hara