El azote de SODERCAN, el PSOE y Revilla
El periodo de gestión de Julio Revuelta ha estado marcado por un cambio de posición de Podemos: de ser el partido que con su abstención permitió la investidura de Revilla y la formación de una reedición del Gobierno PRC-PSOE a ser el azote de ese mismo Ejecutivo.
El punto de inflexión fue la negociación del último Presupuesto General. Tras haber dado luz verde al primer documento económico de la legislatura (2016), Podemos exigió para 2017 el cese del consejero delegado de SODERCAN, Salvador Blanco, por los informes de la Intervención de Cantabria y del Tribunal de Cuentas que apuntaban múltiples irregularidades en su gestión.
Aquella exigencia abrió un largo debate e incluso discrepancias en el bipartito, con un PRC que presionó al socio para que asumiera renuncias a petición de Podemos, como en su día hicieron los regionalistas para lograr la investidura, con la renuncia al acta de diputado del investigado en el Caso Racing, Javier López Marcano.
Sin embargo el PSOE se cerró en banda y tras un largo otoño de discrepancias con el PRC, fue cuajando un viraje en la alianza PRC-PSOE (en minoría en el Parlamento) hacia Ciudadanos, que finalmente cuajó con la abstención de la formación naranja que dio luz verde al actual presupuesto.
La presión sobre SODERCAN llevó a Julio Revuelta al banquillo de los acusados, denunciado por el propio consejero delegado por una intromisión en su derecho al honor que el juez no sólo no admitió, sino que vapuleó en una sentencia en la que llegó a admitir que hablar de “irregularidades” y “corruptelas” es “lógico y razonable”.
La oposición al PSOE se ha combinado con cada vez más iniciativas de control al PRC de Miguel Ángel Revilla. Revuelta impulsó al presidente de la comunidad autónoma a pedir explicaciones a Interior sobre el nombramiento de un Jefe de Policía condenado por detención ilegal y torturas y posteriormente indultado por el Gobierno de Aznar (PP).
Su año de oposición al bipartito, al que han llegado a responsabilizar de recortes y de políticas conservadoras, al tiempo que han fiscalizado el descontrol en las empresas públicas, ha coincidido con la brecha en el Partido Popular y el papel de muleta del poder de Ciudadanos, con lo que Podemos se ha quedado todo el carril de la oposición.
En el último periodo, Podemos ha buscado la contradicción de un Revilla que en televisión da una imagen de indignado pero en Cantabria no persigue la corrupción que denuncia, vota con el PP bloquear que Federico Trillo fuera declarada persona non grata (como pedían familiares cántabros) o se alía con los conservadores en materia de urbanismo.
Sebastián
Qué pena que este medio haya dejado de ser libre para ser un mero panfleto podemita
Nah
¿En que no estás de acuerdo de esta reflexión?