José Ángel Peláez pide declarar voluntariamente ante la Audiencia Nacional
Una de las noticias deportivas del año en España es la detención, y el ingreso en prisión sin fianza, de manera preventiva, del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar. Tras 29 años como dirigente del mayor estamento de nuestro fútbol, los indicios apuntan a que tenía montado un verdadero chiringuito para lucrarse con dinero obtenido de varias maneras, como la organización de amistosos de la selección.
En el auto de la Audiencia Nacional, firmado por el juez Santiago Pedraz, aparece en numerosas ocasiones el nombre de José Ángel Peláez, presidente de la Federación Cántabra de Fútbol (FCAF). No está investigado, pero su nombre empieza a salir en un epígrafe que se llama «favorecimiento a la FCAF».
A partir de aquí, se reflejan conversaciones telefónicas que dejan en una situación incómoda a Peláez, tanto hablando él con Villar como alguna charla entre el presidente de la RFEF y Juan Padrón, el vicepresidente económico y para el que también se ha decretado prisión preventiva sin fianza, que han comenzado a cumplir los dos, y también el hijo de Villar, Gorka, en la cárcel de Soto del Real. El que no entrará en prisión es el secretario de la federación tinerfeña, Ramón Hernández, que ya ha pagado, en metálico, la fianza de 100.000 euros que le había impuesto el juez.
Antes estas noticias que se han conocido, Peláez ha comenzado a defenderse. Ha pedido declarar voluntariamente ante la Audiencia Nacional. El juzgado responde que el presidente de la FCAF debe motivar ese deseo, dado que él no está investigado.
La otra manera de defenderse es su cuenta de Facebook. Ahí, Peláez está publicando documentos para intentar demostrar que sus actos no suponen un delito y que formaban parte de su gestión, con el fútbol cántabro en la cumbre de los intereses que le movían. La relación entre ambas federaciones ha sido especialmente prolífica con motivo de las obras de mejora de los campos 3 y 4 de las Instalaciones Nando Yosu.
Eso campos tuvieron que ser cerrados tras dos lesiones muy graves, y la FCAF logró que la RFEF pagara la reforma, ya que el Ayuntamiento, titular de los campos, no podía hacer frente a los costes. El haber pagado esta obra, por un coste de unos 335.000 euros, se ha interpretado en el auto como un posible favor para garantizarse el apoyo de Peláez en las últimas elecciones a la presidencia de la RFEF, en las que Villar logró la reelección.
Uno de los aspectos más polémicos fue el pago de las obras de remodelación. Mondo Ibérica es la empresa que las llevó a cabo, y el contrato estipulaba que la RFEF debía pagar 67.000 euros al firmar el contrato, y 268.000 en un pagaré a 60 días tras la finalización de los trabajos.
Las conversaciones reveladas en el auto judicial hacían pensar que Peláez quería que el dinero se le ingresara en su cuenta personal, pero ha aclarado que se refería a la cuenta de la FCAF, para después abonar esos pagarés a Mondo Ibérica. Aporta un documento donde da permiso para realizar ese pago a la adjudicataria de las obras
Las quejas del propio Padrón por el acuerdo entre RFEF y FCAF estaban motivadas en que los campos de las Instalaciones Nando Yosu no pertenecen a la cántabra, algo que Peláez señala como lógico. No es habitual que una federación deportiva tenga múltiples instalaciones.
Es cierto que Pedraz se reserva algunas consideraciones en el auto por no entorpecer las investigaciones en curso, y que afectan a algunas federaciones territoriales, entre las que no nombra a la cántabra. Y es otro extracto que Peláez hace constar en sus redes sociales.
El día en que Villar fue detenido, rápidamente se apuntó a la FCAF por haber sido favorable al presidente en las últimas elecciones, tras haber cambiado de opinión Peláez. Su pretensión era votar a Jorge Pérez, el rival en los últimos comicios de Villar, pero terminó por cambiar de bando, en parte por la presencia en esa candidatura de José María Castillón, relacionado con Alberto Vilar, su predecesor en la FCAF.
Y es ahí donde la imagen de Peláez queda malparada, por sus relaciones con Villar en los últimos tiempos, giro en su decisión de voto incluida. Por eso sale tantas veces citado en el auto y al juez Pedraz le encajan los favores como moneda de cambio.
Sin embargo, los registros se activaron en busca de pruebas, y Peláez y su secretario, Guillemo Nalda, acreditaron que en la FCAF no se personó nadie de la fuerzas de seguridad del Estado para hacer ningún registro. Es otro hecho que mantiene tranquilo, aunque con ganas de explicarse, al presidente del fútbol cántabro.
Manu
Vaya una corruptela, en vaya movida estaba metido este Peláez… qué vergüenza que se quieran hacer ricos a costa del fútbol. (y lo están consiguiendo)