Pan y circo: Botín Center, échame circo y llámame gorrión
||por SANTIAGO GALÁN||
GRACIAS DON EMILIO, GRACIAS SANTANDER¡
Hallábame yo el otrora día leyendo el blog de un compañero y díjeme, caramba, que diantre, voy a opinar un poco sobre este tema en cuestión que está de moda, y es que dícese que la opinión es la primera opción del pródigo bocachancla. Efectivamente, el manido asunto es un tema de actualidad, el Centro Botín, pero es que como me dijo un amigo, soy un modas…
Imagínome que el Centro Botín, que por cierto es muy bonito, o no, yo no estudié de esto…
Podrá suponer una importante aportación a la difusión del arte en Santander, o a lo mejor tampoco y no tiene mucho que ver con el arte, no se, igual no he empezado muy bien…
En fin supongo que aportará cosas buenas, que vendrá mucho el Rey, y la Reina, Urdangarín, que vendrán turistas, ingleses, (N del T.: Rumanos y morenos abstenerse, por favor, diríjanse al CIE más cercano) vendrán famosos y tertulianos, y demás gente respetable y de buen vivir y todos dejarán más pasta quelcopón y saldremos en la tele, seremos mucha marca SantanderEspaña, subirá el PIB y el BigMac Index, bajará la prima de riesgo aunque ya nadie se fija, venderemos anchoas en New York y Sodercan nos formará un consorcio de exportación bancario y nos llevará a Tianjin a vender tortillas y seremos los hombres más ricos del pueblecito…
Además de esas maravillas del Centro Bótin Centre, me temo que si rascamos la superficie de kevlar, encontraríamos lo que podríamos llamar the dark side of the Little-Boot, cosas que, como es habitual, suelen pasar más desapercibidas, sobre todo antes de proceder a rendir el tributo que se merece a una institución como es el Banco Santander que, reconozcámoslo, se ha gastado desinteresadamente decenas de millones de euros en nosotros, sus agraciados conciudadanos y en nuestra perdurable gloria y cultura.
FUNDACION BOTÍN, UN MODELO DE RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA
¿Que es la Responsabilidad Social Corporativa?, ¿para que sirven las fundaciones? La teoría de la conspiración dice que en ocasiones (muy contadas…) se suelen utilizar como elementos modernos de lo que desde hace 100 años puso de moda Mr. Edward Bernays y después su admirador Joe Goebbels bajo el nombre de propaganda, lo que más tarde, cuando empezó a quedar mal el rollo de manipular la mente de las masas, se fue aplicando el significado a su propia palabra, pasando a llamarse de otras maneras mas molongas: industria de las relaciones públicas, mercadotecnia, marketing, marketing 3.0, humo, filfa, RSC (Responsabilidad Social Corporativa), mandanga, etc. que en muchos casos son formas de maquillar la realidad para, digamos, disimular ciertos artificios que quizás no estarían muy bien vistos, tendiendo un seductor cebo al gran público con el objetivo de la clásica cortina de humo para dejarnos extasiados ante tanta magnificencia y lucecitas de colores.
EL TINGLADO
¿Pero que podría querer maquillar a sus predilectos hijos santanderinos una sana y pródiga institución como el Santander que, reconozcámoslo, también sufre y tiene su corazoncito rojo?
Hay quien afirma en los foros de bricolaje y bolsa de la internet profunda, que el imperio dirigido por Aquel-Cuyo-Nombre-No-Debe-Ser-Pronunciado, el Señor Oscuro, el Innombrable, el Ojo Rojo, el Nigromante, el Hacedor de Anillos, que nos vigila desde su inexpugnable fortaleza con su flamígero Ojo, desde su negra torre, Barad-dûr, que en lengua sindarin, significa Bunker de datos de Medio Cudeyo, es el primer banco o incluso empresa, evasora de impuestos de España, en cuanto a numero de filiales en paraísos fiscales, con un total de 216 filiales (datos del ejercicio 2015) en estos regímenes fiscales, según el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa (Frente Judaico Popular, disidentes!).
Igualmente es interesante el papel financiero del Santander en la fabricación de armas, incluso algunas de ellas prohibidas por las convenciones internacionales, empresas como Honeywell, Finmeccanica o General Dynamics. Igualmente resulta chocante su financiación a empresas muy contaminantes (Colbún o Companhia Vale do Rio Doce), a empresas que fomentan la deuda externa de países del sur, blanqueo de capitales (Caso de Obiang y el Riggs Bank), que operan igualmente en paraísos fiscales o que no respetan derechos laborales (Wal-Mart).
En conclusión, creo que mi panfleto está de acuerdo con otras opiniones de loa y pleitesía al Centro Botín, en cuanto a lo que seguro que aportará (que por cierto me acabo de dar cuenta que se llama igual que la doctrina…) aunque creo que debemos ser cautos a la hora de agradecer acciones de empresas que puede que ya nos las hayan cobrado por adelantado y decuplicado, sin que nos hayamos percatado de ello (Beneficio antes de impuestos el 1T de 2017 de 6.585 millones de euros, un 20% más) y, afirmando ser socialmente responsables, realizan prácticas y maniobras que distan mucho de serlo en relación a lo que cualquiera entendería por ello, teniendo quizás hecatómbicas repercusiones tanto en Santander, en España o a nivel internacional, tanto a nivel social como en su responsabilidad en conflictos armados de los que la mayor parte de la gente, apenas sabe nada.
Quizás incluso un análisis básico puede aportar luz en cuanto a lo que, por ejemplo en cuestión de impuestos, aporta el Santander a la ciudad o a la región, y a lo que dicho importe difiere respecto a la creencia o fe ciega de la mayoría de los dichosos santanderinos, y es que, como dijo mi primo, una empresa que presume de ser socialmente responsable, debe ir más allá de lo que se considera simplemente cumplir las normas, que podrían llegar a permitir malabares ingenieriles fiscales; deberían dejar de parecer ejemplares, para empezar a serlo.
En definitiva, creo que algunas empresas o, qué digo, instituciones incluso, de este perfil, aportarían mucho más a la sociedad cumpliendo simplemente con sus obligaciones fiscales que dedicándose al sector motociclista (motorbike selling) o erigiendo mausoleos de deslumbrantes proporciones y formas al gran faraón, porque así quizás lo decidió la vanidad o el capricho de dicho prócer que, quien sabe, pudiera no haber resistido la tentación de denominar la cegadora pirámide con su, a la sazón, sarcástico nombre, para ser recordado durante milenios por las generaciones venideras que contemplarán extasiados su excelsa obra, de vidrio, acero y mendelevio en lugar de estéticamente obsoleta piedra.
Y es que quizás, el mismísimo Lord Rothschild, el del atronador relámpago, padre de los intocables banqueros del Olimpo, envidiaría las declaraciones a devolver en el impuesto de sociedades del Santander, cuyos resultados dejarán sin duda ojipláticamente miope incluso al gran burócrata amnistiador fiscal de este reino, paraíso fiscal de patente de corso, donde una vez en sus territorios por el orbe jamás se ponía el sol… o Ra, o Amón, o yo que se…
Fdo: Un accionista del Santander.