La valla de la discordia
En Soto de la Marina (Santa Cruz de Bezana) la gran polémica es la valla que actualmente divide la residencia sanitaria Medinaceli y la urbanización Virgen del Mar.
Fue la semana pasada cuando los internos y trabajadores de la residencia se encontraron con esta sorprendente división, que los vecinos de la urbanización han defendido como una reclamación desde hace años.
Los propietarios aseguran que la urbanización, que tiene 25 años, contaba en el pasado con una valla que rodeaba sus instalaciones y que fue eliminada cuando se construyó la residencia.
Ésta se inauguró en noviembre de 2010, mediante la iniciativa privada del Grupo Medinaceli, que tiene más de 20 años de experiencia en el ámbito de los Servicios Sociales.
Pese a su carácter privado, la residencia también cuenta con un concierto con el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS) para concertar varias plazas. Entre sus 112 pacientes, algunos cuentan con subvención pública, como el hermano de Lola Prieto, que sufre una importante discapacidad física.
Entre sus pacientes, muchos cuentan con discapacidad física grave, pero también con enfermedades mentales o trastornos conductuales. A éstos es muy difícil explicarles a qué se debe la valla que se ha colocado a pocos metros de la puerta principal.
“La sensación que tienen es como si los hubieran encerrado, no lo entienden”, asegura Lola que le ha trasladado su hermano. Otro de los problemas es que la valla parte por la mitad la acera y apenas deja espacio para que entren dos sillas de ruedas. “Hay muchos internos que son físicos e intelectuales, y muchos de los que usan silla, la usan mal, así que para ellos esto es una complicación inmensa”.
La directora del centro, Raquel López, muestra su indignación por lo que cree que es “un rechazo a los enfermos mentales”, y ha trasladado a los familiares que ya se ha puesto en contacto con el gerente de la empresa para tratar de solventar esta situación.
Los familiares no descartan unirse para tratar de echar abajo una valla que está complicando la vida a los internos. «Soy comprensiva con todas las partes, pero voy a seguir luchando para que la quiten porque considero que está mal puesta».
LOS VECINOS RECLAMAN QUE SOLO PRETENDEN DEFENDER SU PROPIEDAD PRIVADA
Los vecinos de la urbanización tienen su propia versión, y no han dudado a trasladarla a los familiares para insistir en que no es un problema de rechazo, sino de competencias.
Su denuncia es que se les quitó una valla que ya existía para construir esta residencia a pocos metros de sus casas, y han sido ellos quienes han tenido que costear los gastos.
Desde el Ayuntamiento de Santa Cruz de Bezana, fuentes municipales confirman que lo único que ha estado en su mano es tramitar la recolocación de esta valla, algo a lo que los servicios jurídicos han determinado que los vecinos tienen derecho.
“Es como si cualquier vecino quisiera poner una valla para limitar su terreno. Está en su derecho”, aseguran. Por lo tanto, el Consistorio solo ha participado permitiendo esta tramitación.
Si por algún motivo externo, como un problema de acceso de ambulancias o de traslado, se tuviera que proceder a quitar la valla, esto se haría con cargo a los vecinos de la urbanización, tal y como ya han establecido entre ambas partes.
El hecho de que la otra parte sea una residencia de discapacitados no lo entra a valorar el Consistorio, ya que la ordenanza no distingue entre propietarios de terrenos colindantes, independientemente del carácter que estos tengan.
También han querido recalcar que la parte vallada corresponde al acceso de las visitas, pero que tanto la entrada principal como la entrada y salida de ambulancias se encuentran justo al otro lado, por lo que la valla no afectaría a cuestiones de seguridad.
Los vecinos insisten en que las quejas vecinales no se deben a un rechazo a los discapacitados, sino por la construcción de la residencia, que insisten en que estuvo plagada de irregularidades. Por ejemplo, una de sus quejas es que el acceso de visitas de la residencia da a la urbanización, ocupando su propiedad privada y que eso afecta a la vida diaria en sus casas.
“Yo no lo discuto”, asegura Prieto, que confirma que una vecina de la urbanización se ha puesto en contacto con ella para explicarle su versión. “Pero es que quienes se ven afectados son los internos. Y creo que los residentes no pueden sacar ningún beneficio de la valla porque ésta va por la mitad de la acera. Vale que había valla antes que acera, pero la situación ahora es esa, y esta división no beneficia a nadie”.
CRÍTICAS DE CIUDADANOS AL AYUNTAMIENTO POR «NO HABER ESCUCHADO A AMBAS PARTES»
El Grupo municipal de Ciudadanos de Santa Cruz de Bezana acusa al equipo de Gobierno municipal de incrementar el conflicto existente entre los vecinos de la urbanización Virgen del Mar y los responsables del centro sociosanitario de Soto de la Marina atiende a 112 adultos con discapacidad física grave, enfermedad mental o trastornos conductuales.
El portavoz de Ciudadanos, Ignacio Hernando, ha criticado al alcalde socialista de Santa Cruz de Bezana y actual secretario general del PSOE en Cantabria por «no haber escuchado a ambas partes y haber optar por una solución que no perjudique a nadie».
“En lugar de conceder licencia para permitir el vallado, debería haber buscado alternativas para mejorar los accesos al centro sociosanitario”, declaró Hernando.
En opinión del Grupo municipal de Ciudadanos el vallado del acceso solo supone un parche a un problema de convivencia que ha acrecentado el conflicto y la tensión entre las partes. “El Ayuntamiento debe apostar por un modelo de inclusión, como viene demandando Ciudadanos, adaptando los parques infantiles, los taxis, así como los accesos a la playa de San Juan de la Canal, creando una pasarela hasta la línea de agua y dotando de sillas adaptadas a las playas”.