La Caseta de Bombas evoca la matanza del cerdo
El restaurante La Caseta de Bombas (Grupo Deluz), junto al Dique de Gamazo, se sumerge estos días en una tradición muy propia del mes de noviembre, la de la matanza del cerdo, todo un acontecimiento que además se convertía (todavía sucede en algunos sitios) en ocasión de encuentro de los vecinos de los pueblos.
Para ello organizan las I Jornadas del Cerdo Rústico, en las que se ofrecen 13 platos en los que el protagonista es el cerdo pasiego criado en libertad en los bosques de San Pedro del Romeral, además de raciones de solomillo bajo reserva.
La cita arranca con un encuentro en torno a la matanza; bajo el título ‘Tiempo de invierno. Cocina de matanza en Cantabria’, se abordará esta tradición desde varias perspectivas que abarcan tanto el recuerdo como su rastro en la literatura o los aspectos sociales e históricos.
En el encuentro estarán María Montesino, de la ganadería ecológica La Lejuca y presidenta de la asociación cultural La Ortiga; Juanfran, de la carnicería Juanito, de Potes; y Joaquina Vélez y Rosa Molleda, de Casa Molleda, en Pejanda.
El encuentro, que sirve de inauguración, será este miércoles a las 18.00 horas, con entrada libre, y al acabar habrá una degustación de chorizo y vino.
Arroz de matanza, alubias con tocino, patatas revolconas o chorizo a la parrilla son algunos de los platos de esta carta especial.
Fieles al estilo del grupo Deluz, la carta tendrá su toque literario, en este caso con fragmentos seleccionados que hacen relación al cerdo; el testamento de M. Grunio Corocota Porcelo, Asaduras de Cochinillo (Libro de Sent Saví, s. XIV), Cuajar el cerdo (Ceferino Palencia), Corte de lechón (Ruperto de Nola, ‘Libro de Guisados’, s. XVI) y ‘Cómo se han de cortar las viandas en la mesa y primero del corte del tocino (Ruperto de Nola, ‘Libro deguisados’, s. XVI).
LA CASETA DE BOMBAS
La Caseta de Bombas es una de las apuestas del grupo Deluz, de los hermanos hosteleros Lucía y Carlos Zamora, que tienen otros establecimientos como Días de Sur, Deluz o El Italiano en Santander, además de La Carmencita o La Vaquería Montañesa en Madrid, entre otros.
Y que suman a iniciativas más sociales como el catering De personas cocinando con sentido, en colaboración con AMPROS, o el apoyo a la cooperativa ganadera ecológica ‘Siete valles de Cantabria’, dentro de un modelo que mira a la alimentación de proximidad, con productores locales, o a tendencias como el ‘slow food’.
El edificio, construido en 1888, pertenece al Dique de Gamazo, declarado Bien de Interés Cultural en 2001, y que combina ahora el apartado gastronómico con el cultural, con la organización de actividades en torno al mar y culturales (recuperando así el uso cultural que la Caseta de Bombas tuvo durante la época de Raúl Gil como director general de Juventud.
Al margen de lo gastronómico, con la ayuda de la agente cultural Marta Mantecón, se han seleccionado varias fotografías antiguas sobre el Dique de Gamazo que atesoran el Archivo General del Puerto y el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS), y que estan expuestas en las paredes de La Caseta de Bombas, con el objetivo de que los visitantes puedan conocer la historia del Dique de Gamazo, que en su momento fue una de las construcciones navales más importantes de su época.
Y se organizan charlas, mesas redondas y coloquios con el mar de fondo, además de talleres para niños en torno a la mar y otros temas, con parte de las plazas para niños becados a través de organizaciones sociales cántabras.
Por ejemplo, este sábado 2 de diciembre habrá un taller infantil de bolas de Navidad con fieltro de lana, junto a la asociación La Hila, de Pejanda.
El sábado 9 de diciembre habrá un taller de cocina y el domingo 17 de diciembre, un taller de pintura con el conocido pintor cántabro Roberto Orallo.