Una mesa redonda sobre cultura cántabra
||por Daniel Lobete López. Miembro de la asociación Alcuentru y profesor||
El pasado 20 de enero participé en L’Asubiu la mesa redonda organizada por Cantabria No Se Vende, dentro del foro Ateneo Cántabro en el que analizan distintos temas. Acudí en representación de Alcuentru. También habían acudido también los ponentes Alberto Martínez Beivide de Etnocant, Pedro Madrazo de ADIC y Raúl Molleda. Relataré mi experiencia a grandes rasgos. Es dificil hacer un resumen por la gran cantidad de temas que se trataron así que me centraré en aquellos en los que intervine de manera activa.
La charla comenzó con preguntas individuales a los ponentes. En mi caso se me preguntó por la falta de atención que se presta a los contenidos propios de Cantabria en el currículo educativo de la enseñanza secundaria. Mi experiencia personal como docente confirma que tristemente esto es una realidad que a día de hoy no parece que vaya a cambiar por si sola. No obstante sí insistí en que hay que valorar y reconocer el mérito de buena parte del profesorado que se esfuerza por impartir e incluir estos contenidos en su asignatura.
Entrando ya al tema que nos ocupa a Alcuentru, se me preguntó cuál era mi posición ante un argumento negativo que suele lanzarse al cántabru, pero que es común a todas las lenguas minorizadas. La idea de que existe demasiada variedad interna –“en cada valle se habla distinto”- como argumento para desacreditar la existencia de la propia lengua y la necesidad de defenderla. Ahí fue necesario incidir en qué muchas veces este argumento no se hace de manera honesta. Son dos los motivos; el primero es qué no se tiene en cuenta que todas las lenguas (sí, el castellano también), tienen una gran variedad interna que nunca se utiliza como argumento en contra. En segundo lugar porque, aunque esta variedad o multiplicidad del cántabru fuera tan inabarcable, eso no sería un argumento válido para abandonar a su suerte a este valioso patrimonio lingüístico. Más bien al contrario.
Se desarrollo un debate interesante acerca del proceso de sustitución de la cultura cántabra autóctona por un sucedáneo de cultura de consumo, despersonalizada, dominada por los planteamientos del españolismo rancio. Todo esto con la connivencia, cuando no el apoyo explícito, de las instituciones autonómicas y municipales. Si nos ceñimos a la lengua, este proceso es aún más duro, con un ninguneo constante por parte de la administración que no es capaz ni de reconocer minímamente con una declaración BIC al patrimonio lingüístico cántabro, a pesar de las advertencias de la UNESCO.
No obstante quise centrarme en aspectos positivos y en todo lo que se puede y queda por hacer; literatura, contenido audivisual, música etc… en cántabru. Creo que se entendió bien la postura de Alcuentru acerca de cómo deben ir de la mano de la modernidad la defensa de lo propio, la dignidad y los derechos de las y los hablantes, del abandono de los prejuicios clasistas. El cántabru no es cosa del pasado, es algo que va hacia el futuro y son los prejuicios hacia él los que deben quedar en el basurero de la historia.
Mi sensación fue que se tocaron multitud de temas interesantes pero que no hubo tiempo material para profundizar en ellos. A esto hay que añadir otra problemática y es que tanto muchos de los ponentes como el público procedemos de ámbitos diversos: activistas y estudis@s de la cultura ya sea lingüística, musical, deportiva o etnográfica así como militantes políticos. En muchos casos palabras como “tradición” “modernización”, “identidad” y un gran número de conceptos no significan lo mismo para tod@s. Quizás hablamos lenguajes diferentes (y no me refiero con esto al cántabru en el cuál me expresé durante toda la charla y el posterior debate).
Me quedo con una metáfora que desarrollo Raúl Molleda en la que habló de una Cantabria convertida en un parque temático. Sospecho que esta denominación podría ser perfectamente válida para usar en las mesas sobre medio ambiente y economía que se celebrarán en los próximos meses.
Alejandro
Dice el autor de este artículo «Entrando ya al tema que nos ocupa a Alcuentru, se me preguntó cuál era mi posición ante un argumento negativo que suele lanzarse al cántabru, pero que es común a todas las lenguas minorizadas. La idea de que existe demasiada variedad interna –»
De verdad que es para llorar. Que ahora 4 iluminados piji progres aldeanos nos quieran hacer colar que en lo que se denomina ahora como Cantabria, (sí, ahora) existe un idioma propio llamado Cántabru no se si es de ignorantes, malvados o ingenuos. Lo peor de todo es que para esperpentos como éste o para poner labaros que no representan nada, que son banderas inventadas que rememoran pasados mitológicos que no se sabe dónde ocurrieron, se pueda recurrir al dinero públcio.
Todo lo que está pasando en España es preocupante: cooficialidad del bable, independentistas radicales en Baleares, ANC en Valencia…como para que ahora vengan 4 pelagatos a pontificar con mentiras históricas. Espero que ninguno de estos insdividuos se les ocurra dar clases a mis hijos, ya que ningún ignorante va adoctrinar a mis hijos con mentiras históricas. La Historia de esta Región se la puedo enseñaar yo mucho mejor que cualquiera de estos inanes intelectuales, y sobre todo, libre de mentiras.