Cuando la cosa se puso tensa entre el Ayuntamiento de Santander y la Real Federación Española de Vela (RFEV), el Consejo Superior de Deportes (CSD) entró a mediar entre las partes. Fue cuando el presidente de la RFEV despidió a los más estrechos colaboradores del director del CEAR, Jan Abascal. Fue a finales del mes de noviembre, cuando cundió el pánico entre padres y trabajadores de la Escuela de Vela, con la sensación de que la RFEV quería desmantelar la base del equipo olímpico. Fue cuando – todo apunta-  el nuevo presidente de la española, José Ángel Rodríguez, inició la ofensiva para desantanderinizar la Federación, después de los 12 años que ha estado presidida por Gerardo Pombo. Es cuando se judicializa el autocontrato de Pombo para dirigir el mundial. Es cuando su sustituto, el director de Santander 2014, Rafael Munilla, declara en su contra en el juicio y se enquista más el asunto. Es cuando  toda esta crisis del mundillo de dirigentes de la Vela se produce a nueve meses del Mundial 2014 de Santander, un embarazo.  Justo cuando se generan tantas dudas que están en riesgo los patrocinios necesarios para el evento deportivo más importante de la historia de la ciudad. Es a tan poco tiempo de la cita, cuando al CSD no le ha quedado más remedio que buscar “puntos de encuentro” y entrar en las reuniones a “cohesionar voluntades” y a “remover obstáculos”.

Ana Muñoz Merino es la directora general del Consejo Superior de Deportes.

Así lo explica la directora general del CSD, Ana Muñoz, número 2 de Miguel Cárdenal, que tiene la encomienda de que la negociación del nuevo convenio tenga un final feliz. Y se muestra convencida en conversación con El Faradio, más que optimista: “2014 será el mejor año para la Escuela de Vela del CEAR”.

La profesora de Derecho Público de la Universidad de Cantabria transmite apego por Santander, implicación con la solución al conflicto. Tiene discurso, transmite energía. Y resuelve preguntas, incertidumbres que sabe que tienen los padres de la Escuela del CEAR. Con razón. Cuestiones como el plazo para que se firme el nuevo convenio entre la RFEV y el Ayuntamiento. “Cuestión de semanas” dijo recientemente el alcalde de Santander, pero enero se ha desperdiciado y «cuestión de semanas» puede suponer hipotecar todo un trimestre de la escuela, para seguir con el goteo de pérdida de alumnos. Eran 100 y apenas quedan 40.

“Estoy convencida de que será en pocas semanas”, tranquiliza Muñoz, que aporta matices. Prefiere ver la dilación en el tiempo como “una oportunidad para mejorar las cosas y tener este verano la mejor escuela de vela en Santander”. “Será un año extraordinario para la Vela en Santander”, pronostica.

Muñoz deja claro su papel en la negociación, no sin antes transmitir una cierta preocupación por un lenguaje muy preciso. No le gusta que se diga que el CSD “tutela” la negociación entre el Ayuntamiento y la RFEV; prefiere que se hable del CSD como “un activo conciliador”. Transmite mensajes positivos a cada frase que construye, al otro lado del teléfono.

Enérgica, no entra a valorar cuál de las tres soluciones que están sobre la mesa son mejores para la Vela en Santander. El alcalde, Iñigo de la Serna, dio casi por descartada la actual, es decir, la aportación de 80.000 euros del Ayuntamiento a la RFEV, a cambio de la utilización del CEAR como sede de la Escuela Municipal de Vela, como es desde el año 2006, cuando salió formalmente del Instituto Municipal de Deportes (IMD).

Existe un segundo borrador de convenio, en el que la gestión sería municipal (el IMD pondría los profesores y recaudaría las inscripciones de los alumnos, a cambio de un precio a pagar a la RFEV por la infraestructura). Esta es la que prefieren los padres.

Y una última opción es que la gestión de la Escuela de Vela sea compartida entre las dos partes. “A mí me parece que son todas buenas”, navega Muñoz.

“Será un acuerdo magnífico en beneficio de los niños y niñas de la escuela, que van a tener la oportunidad de compartir algo único, como es vivir desde dentro uno de los mayores eventos a nivel internacional”, comenta la directora general del CSD, totalmente convencida de la singularidad del CEAR de Santander, el único centro de alto rendimiento de toda España que además de acoger deportistas olímpicos tiene una escuela para la cantera.

Un valor “extraordinario”, que como siempre recuerdan desde la Asociación de Padres del CEAR, ha dado frutos educativos, económicos – la escuela es rentable, se lo ha demostrado con números Jan Abascal, a todo el que ha querido-, y réditos deportivos, en forma de medallas, las de Berta Betanzos, Diego Botín, Pablo Turrado… y los que pueden venir detrás. Santander es a la Vela lo que Sevilla a la selección española de fútbol.

“No tenemos la más mínima duda de que habrá convenio, estamos más que atentos, estamos más que seguros”, remacha Ana Muñoz, la primera que quiera zanjar el cisma del CEAR de Vela de Santander. Un acuerdo que calme las aguas de la instalación, y que sirva también para “tranquilizar” a los trabajadores despedidos, a Rubén Morán y Antonio Bolado, a los padres de la escuela, y al propio Jan Abascal.

En un mundo normal Jane sería a la Vela lo que Severiano Ballesteros al Golf. Es, con su equipo, el artífice de una dinámica atomosférica anticiclónica, de estabilidad y calma chicha, que es la que ha hecho funcionar las cosas en el CEAR de Santander. A ver si pasa el frente, que pase la borrasca. Y que sea, como vaticina Ana Muñoz, en “pocas semanas”.