8M: Radiografía del movimiento feminista en Cantabria
El pasado 25 de Noviembre, en la que es la otra gran cita reivindicativa del año para quienes defienden la igualdad, sobre las calles de Santander se oficializó una especie de relevo generacional, un pase del testigo entre mujeres feministas que ha incorporado a las más jóvenes a un movimiento que está en uno de sus años más potentes y que consigue sacar a la calle a miles de personas.
Son una serie de activistas y colectivos que están desarrollando estrechos lazos, como prueba el trabajo en equipo desarrollado hace escasas semanas con las representaciones de los Monólogos de la Vagina, pero también en el trabajo en común en el seno de la Comisión 8 de Marzo que consiguió que el Gobierno de Cantabria dejará de incluir en su listado de establecimientos en la Web de Turismo a más de una decena de clubes de alterne.
La lucha contra la legitimidad social a la prostitución tuvo un importante hito en los pasados meses, cuando las quejas ciudadanas y de colectivos feministas hicieron que se suspendiese la velada de boxeo de Camargo que había conseguido sumar fondos públicos del Ayuntamiento y de clubes de alterne con un incongruente mensaje contra la violencia de género que además no iba acompañado de una recaudación de fondos a favor de asociaciones que apoyan a victimas (destacable al respecto el trabajo de referentes como CAVAS o Consuelo Bergés), como se suele hacer en este tipo de eventos.
En ese plano, el de la visibilidad, el de mostrar la importancia de la aportación de las mujeres al mundo, está el logro de la Comisión 8 de Marzo de haber conseguido que una de las calles con nombres franquistas en Castilla-Hermida sea ahora rederas, y la visibilidad de las mujeres lesbianas está cobrando empuje con citas especiales organizadas por ALEGA.
Es un movimiento con una importante variedad de colectivos y objetivos de trabajo: en los últimos meses hemos visto como La Ruda abordaba los roles de género que se transmiten a través de diversas manifestaciones culturales o mediáticas, y la formación es un aspecto clave en el trabajo de colectivos como MUJOCA (Mujeres Jóvenes de Cantabria), que lo hacen de cara a estudiantes; o de las Ijanas, la rama femenina del Colectivo de Estudiantes, muy ocupadas en autoformarse sobre feminismo y en una pujante labor en institutos y universidad.
Una formación que es importante para poder desarrollar sus luchas y tomar conciencia tanto de sus problemas como de su fuerza, lograda desde la unión:
-Ante situaciones de especial violencia, como las agresiones sexuales, los colectivos están trabajando por crear espacios seguros, sobre todo en esos momentos en que los ataques se incrementan, como son las fiestas en verano. A ese objetivo han respondido campañas de la Asamblea de Mujeres en colaboración con los ayuntamientos, o en los festivales de verano, como hizo Cernégula para mujeres y personas LGTBI.
-En lo laboral, luchas como la que se lleva a cabo contra el traslado del CAD de Sierralana (a base de mucha originalidad como forma de llamar la atención) tienen todo que ver con el protagonismo de las mujeres en esos trabajos, en un área, en el de la dependencia, que está movilizando a las empleados de la empresa que presta el servicio en Santander, con concentración hoy mismo; mientras CGT ha alertado de despidos por parte de Unitono en un sector muy feminizado, el de las teleoperadoras, y otro, el conservero, vivió una importante, y finalmente exitosa, pelea en Sistemas Britor.
Estos movimientos también se caracterizan por su apertura al exterior, por mirar a quienes están peor: acostumbrados como estamos a Las Gildas, a veces se nos olvida que el importe de sus pinchos se destina a apoyar comunidades que viven en resistencia, y que sus encuentros de té y café sirven para reflexionar sobre cómo viven y otros aspectos.
O La Castaña, que organizan lo que llaman las ‘comandas griegas’, en las que recaudan fondos para apoyar un proyecto de formación para refugiados que huyen de la guerra.
Hay movimiento de mujeres empresarias y también de mujeres ganaderas, y también están asociaciones como ‘Hoy por ti. Sal’, en Cabezón de la Sal, que organiza actividades en beneficio de su entorno, o las Anjanas Solidarias, volcadas en acciones de lucha y sensibilización contra el cáncer de mama.
Es una importante acción en un tema que mueve mucho, el cáncer de mama, con experiencias como la carrera popular que organizan el Ayuntamiento de Bezana y AMUCCAM, pero también labores que se extienden a lo deportivo, como la contribución que el deporte del remo está haciendo a colectivos como las Estelas Rosas o Cantabria en Rosa a la recuperación física tras haber pasado esta enfermedad (la reconstrucción mamaria es, por fin, desde hace semanas, un tratamiento con garantía de plazos para evitar listas de espera).
Mujeres, en fin, están muy implicadas en el día a día de importantes colectivos como Pasaje Seguro, La Vorágine, o el colectivo de ayuda mutua La Fondona, en Astillero.
Y a la inversa, hay otros colectivos que han sumado el feminismo a su agenda diaria, lo vimos en el proyecto Rederas (como el documental de Marta Solana, sí) de Eureka, centrado en la difusión de contenidos culturales relacionados con este trascendental oficio de la mar; o Cantabria No Se Vende y el espacio L’Asubiu, ubicado en Castilla-Hermida.