La nueva presidenta de FAPA procede de movimientos en defensa de la educación pública

Un miembro del equipo de Gema Pérez pinta palitos en un papel según avanza el recuento de los votos. Cuando detrás de cuatro marcas llega una quinta, pone una línea para agruparlas (ya sabéis).

Los montones de palitos han sido parecidos en varias ocasiones. Y han sonado los suficientes “josefranciscos” seguidos como para que alguno empezara a pensar en lo peor. Pero se iban alternando con una sucesión de “gemas”, que, al final, despuntaron del pelotón y, tímidamente, ganaron distancia hasta llegar al resultado final.

45 votos para Gema Pérez frente a 34 de Francisco de la Torre, una abstención y uno en blanco ha sido el resultado final de la asamblea de FAPA Cantabria (la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos, que agrupa a las AMPAS de los colegios públicos de la comunidad escolar cántabra).

Para Gema llevar camisa verde y asistir a manifestaciones en defensa de la educación pública es normal, frecuente, en unos espacios y en unas demandas en las que han echado en falta a la federación cántabra, cuando a nivel nacional CEAPA, en la que está integrada, sí que es reivindicativa.

Y esa ha sido la principal motivación de un grupo de padres, ligados a los movimientos sociales de ese campo, para buscar un relevo en la Federación, sustituyendo a un Juan Vilches que agotaba mandato tras diez años seguidos de presidente, e imponiéndose frente a una opción con bastantes puntos argumentales en común con un ya expresidente de cuyo trato de favor, además, ha gozado en este proceso.

“YO ACABO DE ATERRIZAR”

Tres horas de asamblea, con observador-mediador estatal de CEAPA incluido, que han servido de catarsis para más de un centenar de representantes de las AMPAS, poco acostumbrados en buena parte a la cosa de la participación.

Es el efecto de diez años sin mucho cambio: una Junta sin mucha relación con el exterior que ha desincentivado la implicación.

“Yo no sé mucho, acabo de aterrizar en esto”, confesaba una de las madres durante una de las numerosas intervenciones, en las que, por ejemplo, otro padre pedía que no se hablara tanto para “acabar rápido”. En los pupitres, algún asistente con experiencia en asambleas recordaba los días del 15M. Por momentos no ha habido mucha diferencia.

El caso es que al final la acción coordinada de un grupo de padres que han pateado colegios y buscado las vueltas a los estatutos ha conseguido transmitir un mensaje optimista que iba más allá de los salones del IES El Alisal de Santander (donde estudió, por cierto, la alumna con mejor nota de selectividad de la ciudad): que con cierto grado de organización, se pueden lograr cambios en las organizaciones.

Ojo, no lo tendrán fácil: es mucho trabajo, la otra opción ha tenido una cantidad de votos no despreciable y en esa Junta siguen el secretario y el tesorero de Vilches, cargos que no se sometían a votación.

CONTRA LAS MILITANCIAS

Representante de un AMPA votando

Antes de empezar la elección del presidente, había un punto importante en el orden del día: se trataba de incluir en los estatutos –las normas de funcionamiento—de FAPA Cantabria, calcado al de la organización estatal, sobre un régimen de incompatibilidades para los miembros de las AMPAS.

Algo que ya les parecía raro a un grupo de padres, que se preguntaba por qué se incluía este punto en el orden del día de un equipo que se marchaba. La respuesta de Juan Vilches fue que era una demanda que le habían trasladado varias asociaciones, lo que a su vez llevó a muchos asistentes a la asamblea a preguntarse por qué asumía esa demanda y no otros que se han planteado recientemente.

Al final, se trata de eso, de arbitrariedad, o de como reducirla. Tal y como se planteaba el artículo, se penalizan cargos institucionales u orgánicos en partidos o sindicatos, pero finalmente se aprobaba añadiendo otro sobre incompatibilidades profesionales. Horas de debate llevaron a introducir la necesidad de que ese tipo de decisiones las adoptara al final la Asamblea (el Parlamento, donde están representados todos, para entendernos) y no sólo la Junta (el Gobierno).

El representante de CEAPA se esforzaba en explicar en explicar que el artículo era calcado a la normativa estatal, y los padres le trasladaban el factor diferencial cántabro tras diez años de gestión Vilches: la desconfianza en la arbitrariedad a la hora de tomar las decisiones.

Este cambio en los estatutos se corresponde con uno de los principales argumentos de Juan Vilches en los últimos meses: la necesidad de evitar que en FAPA se cuelen representantes de partidos políticos y sindicatos.

(Ese mismo cambio lo defendía en su programa electoral la candidatura de Francisco de la Torre, surgida días antes de la cita, difundida desde el correo institucional de FAPA y con un mensaje en la misma línea de independencia y de no juzgar la etapa de su predecesor).

Y esa implicación politica o sindical es algo que ha achacado en todo momento a la candidatura alternativa, de la que Vilches ha llegado a decir en comunicaciones internas que era “ajena” a FAPA Cantabria.

Juan Vilches, ya expresidente de FAPA Cantabria, pendiente del proceso electoral

Es un tema que le ha preocupado en extremo: con mails desde la cuenta de la federación en los que advertía de la infiltración de partidos como IU o sindicatos o atacando a través de la Web institucional a un miembro del equipo de la otra candidatura (procedente de Izquierda Unida) que se vio implicado en un incidente con un conserje en la sede de la Consejería.

Unos medios institucionales de los que también ha disfrutado el candidato Francisco de la Torre, cuya candidatura se dio a conocer a través del mail oficial de FAPA, y que además se hizo llegar por otra dirección a cuentas de AMPAS que se preguntan quién les facilitó su dirección.

La explicación que dieron ambos, Vilches y De la Torre, es que el candidato, nuevo también en estas lides, se dirigió a FAPA en busca de ayuda, y se le ofreció esta posibilidad. Gema Pérez replicaba que ella pidió a la federación ayuda con los contactos y que simplemente se le negaron, sin ofrecerle como a De la Torre la posibilidad de hacer el envío desde los medios oficiales de la federación.

Son trabas que esta candidatura sumaba al escrutinio a los estatutos y a la gestión de Vilches, y a las horas de visita de centro en centro. Han sido meses de trabajo intenso. Tres horas después, llegaba el final (o algo así). “Me voy corriendo que tengo que buscar a mi hijo, que tenía partido”. Los sacrificios de la participación. No les queda nada…