El Bahri Hofuf ya está fondeado en el Puerto de Santander
El Bahri Hofuf, barco con bandera saudí, tiene previsto llegar este martes al Puerto de Santander donde cargará 40 contenedores de armamento, según ha podido saber EL FARADIO de fuentes portuarias. El barco ya está en la zona de fondeo y será mañana cuando atraque y cargue.
No es la primera vez que esta embarcación visita el Puerto de Santander, en el que, por otra parte, recalan prácticamente cada semana barcos para cargar armamento o munición.
Pero el Bahri Hofuf fue el primero que causó la voz de alarma ciudadana, el pasado 8 de marzo, tras ser desviado desde Bilbao y llegar a Santander, además, apagando sus sistemas de localización.
En este caso, ahora se encuentra en la zona de fondeo, mañana pasará a atracar al muelle 3 de Raos, para marcharse al día siguiente a las 10 de la mañana (las horas pueden ir variando en función de la velocidad mayor o menor que alcance el barco).
Atracará en la zona de fondeo, que opera la empresa Bergé (la misma que opera el muelle 8 de Raos, cercano este a Santander, perfectamente visible desde el barrio de Castilla-Hermida, como pudo comprobarse con la reciente llegada de otro barco de la misma compañía, el Bahri Hazan –que de hecho vino a cargar material que se dejó el Hofuf y que ahora está árabe)
En concreto, el Bahri Hofuf cargará 40 contenedores de 20 pies de longitud (con capacidad para 28 toneladas) de material clasificado como peligroso, explosivo o radiactivo.
TRÁFICOS CON RECHAZO SOCIAL E INSTITUCIONAL
El Parlamento de Cantabria y el Gobierno autonómico se han pronunciado contra este tipo de tráficos en el Puerto de Santander, que también se abordarán en el Congreso de los Diputados.
Colectivos como Pasaje Seguro están abanderando la protesta por estos tráficos, con recogidas de firmas en Change.org y protestas como la protagonizada con la llega del último barco con armas.
No es el único sitio en el que causan rechazo: todo comenzó en Bilbao, donde se ha creado la comisión La Guerra Empieza Aquí, a raíz de la negativa de un bombero a asistir este barco.
Este movimiento social está impulsando un documental para explicar en detalle todo lo que se está haciendo en su puerto y las empresas que fabrican armas. Se financia con crodwdfunding y la campaña está en su recta final,
A PAÍSES EN GUERRA
Uno de los motivos que se esgrimen es que son tráficos irregulares: las normas internacionales prohíben la venta de armas a países en guerra o que violen derechos humanos.
En este caso, es una compañía saudí, donde acaban las armas, en un país implicado en la guerra de Yemen, que ha causado ya 12.000 muertos, 21.000 heridos, y 2 millones de desplazados con bombardeos a objetivos civiles como colegios u hospitales.
Arabia Saudí mantiene acuerdos comerciales con España ligados a las armas pese a que el Gobierno central ha admitido que no puede conocer si el material que le vende acabará siendo usado en Yemen.
TRÁFICOS FRECUENTES Y OPACOS
Según ha podido saber EL FARADIO de fuentes portuarias, en realidad el Puerto de Santander acoge prácticamente cada semana tráfico de armamento como granadas o explosivos.
De hecho, sólo durante 2018 (estamos a 13 de abril) han llegado una quincena de barcos, algunos con más de una visita, con este tipo de mercancías, con las que se procede según un protocolo especial.
Son barcos como el MCP Nicosia, Danica Violet, Copenhaguen, Danica Sunrise, Arife, Onego Ponza, Nomadic Milde, Coe Leni, Marianne Danica, o BBC Everest.
Cargan munición, fundamentalmente granadas y explosivos en contenedores, procedentes de la fábrica de Santa Bárbara en Burgos, y que se embarcan en Santander.
El problema con estos otros tráficos, los más frecuentes en el Puerto de Santander, es que se conoce su origen, pero no su destino, por lo que no es posible saber si esas armas se dirigen a países en guerra o con violaciones de derechos humanos.
Además, estas prácticas se benefician de la complejidad en las rutas: a veces se alcanza a saber uno de los destinos intermedios –suele pasar en Australia–, pero no el final. Varios de los barcos que han cargado explosivos en el Puerto de Santander han acabado, por ejemplo, en países africanos.
Otro factor que provoca opacidad es la subcontratación, como los activistas sospechan que se está haciendo con el Pantera J., que formalmente no pertenecía a la naviera saudí pero que acabó recalando a su costa.