Este jueves 16 de agosto a las 19h tendrá lugar una mesa redonda bajo el título `Salvar vidas no es delito´ en el Palacio de la Magdalena, organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) a la que se podrá acudir gratuitamente para escuchar las historias de ONGs y personas que ayudan a los refugiados a llegar a tierra firme.

La charla forma parte del programa cultural del Ciclo Conocimiento y valores. En ella participarán personas concienciadas con la necesidad de ayudar a los refugiados que buscan auxilio en los países europeos tras escapar de la guerra. Como por ejemplo, Manuel Blanco, uno de los bomberos españoles detenidos en Lebos acusado de tráfico de personas debido al rescate de mil refugiados en las aguas del Egeo.

Moderados por Dolores Gallardo, presidenta de la Asociación de la Prensa de Cantabria, en la mesa también intervendrán Ana Isabel Montes, de Proactiva Open Arms, una de las ONGs que hacen rescate de migrantes en el Mediterráneo; y Fernando Gutiérrez, de Amnistía Internacional.

LIBERTAD SIN CARGOS PARA LOS TRES BOMBEROS QUE RESCATARON REFUGIADOS EN EL EGEO

Manuel Blanco, Quique Rodríguez y Julio Latorre cansados de ver las imágenes de personas que luchaban por llegar a las costas europeas y de la pasividad de los gobiernos, abandonaron su trabajo cotidiano en Sevilla en 2015 para viajar a Grecia y ofrecer ayuda a través de la ONG Proem – Aid (Professional Emergency Aid).

Manuel Blanco, Julio Latorre y Quique Rodriguez junto al presidente de Proem-Aid Jose Antonio Reina. Fotografía: Ana Mora Segura

Durante las primeras semanas en el país rescataron a decenas de hombres, mujeres y niños llevándoles este acto a ser juzgados por tráfico de personas. Tras ser detenidos durante tres días en un calabozo de la isla de Lesbos, fueron puestos en libertad bajo fianza, con un cargo por contrabando de migrantes en grado de tentativa, que conllevaba una pena de diez años de prisión. Más de dos años después, el pasado mayo de 2018, un tribunal de Mitilene los dejó en libertad, alegando el juez que “salvar vidas no es delito”.

Los bomberos aún siguen sin comprender que ocurrió el 14 de enero de 2016, cuando fueron detenidos, ya que hasta ese momento las relaciones con las autoridades griegas habían sido fluidas: al llegar a Lesbos se pusieron a disposición de los funcionarios locales y se organizaban por turnos para asistir a los refugiados. A pesar de la detención, los bomberos continuarán su labor en el mar Mediterráneo ya que como explicaba Manuel Blanco a `Las Provincias´: “Somos bomberos y nuestro trabajo es salvar vidas. Lo llevamos en la sangre”.

 Y ASÍ NACIÓ LA COMISIÓN `LA GUERRA EMPIEZA AQUÍ´

Otro bombero vasco, Ignacio Robles, fue en marzo de 2017 convocado a un retén en el Puerto de Bilbao para custodiar un cargamento peligroso con destino a Arabia Saudí. Cuando acudió y vio que se estaba traficando con armas con el ejército saudí, se plantó, abandonó el retén y comunicó a sus superiores que esperaría nuevas órdenes.

La Diputación de Vizcaya le abrió un expediente sancionador por haberse negado durante una guardia a colaborar en la carga de cientos de toneladas de armas de fabricación española en el barco saudí.

El caso de Ignacio corrió por todos los medios de comunicación y saltó la voz de alarma en todas aquellas asociaciones que luchan por la vida de los refugiados. Los movimientos sociales crearon `La guerra empieza aquí´, que tiene por misión informar sobre todas las maniobras que en los puertos vigilados por presunto tráfico, y que colabora con Pasaje Seguro en la denuncia de la misma situación en el Puerto de Santander.

El expediente abierto aún podría suponer la pérdida del puesto de trabajo durante tres y seis años, a pesar de ello, Ignacio Robles mantiene que “me hice bombero para salvar vidas, no para acabar con ellas”.

En Cantabria, tenemos a Nicolás Calzada, profesional del salvamento que trabaja aquí y que dedica sus días de vacaciones a colaborar en rescates en el Mediterráneo, de la mano de Open Arms.