La leche de pasto: mejor calidad y menor impacto ambiental
La leche de pasto, es decir, aquella que producen las vacas que se han alimentado directamente del pasto o la hierba fresca (en lugar de por otros sistemas, como piensos o hierba seca) tiene una mejor calidad y reduce los distintos impactos ambientales.
En Cantabria existe el proyecto ‘La Vaca Que Pasta’, es un proyecto que a esta práctica ha sumado los estudios científicos en los que apoya estas conclusiones, apoyados en el Grupo Operativo (GO) “Praderas de Cantabria y alimentos saludables con beneficio ambiental”.
Este grupo de trabajo está formado por Unión de Ganaderos y Agricultores Montañeses (el sindicato UGAM-COAG) y AgroCantabria Sociedad Cooperativa, centros de investigación: Área de calidad de los alimentos de origen animal del Centro de Investigación y Formación Agraria (CIFA, dependiente de la Consejería de Medio Rural del Gobierno de Cantabria, el Departamento de calidad e innovación del CIFP –centro de formación profesional– La Granja, el Departamento de ingeniería Química y Biomolecular y el Departamento de química e ingeniería de procesos y recursos de la Universidad de Cantabria, además de empresarios como Leche El Buen Pastor y el grupo hostelero Deluz (que tiene restaurantes como Días de Sur, Deluz o la Caseta de Bombas, e impulsor de la cooperativa ganadera Siete Valles de Montaña).
El objetivo del proyecto de La Vaca que Pasta es transferir el conocimiento resultante de las investigaciones llevadas a cabo tanto a los productores como a los empresarios y consumidores, de manera que todos los agentes implicados sean conscientes de los beneficios que aporta este tipo de alimentación de ganado en diferentes aspectos.
Estos aspectos son
– Mejora de ácidos grasos poliinsaturados en la leche y la carne de vacuno
– Reducción de la huella hídrica y de carbono en la producción
– Fomentar el desarrollo social y económico de las zonas rurales fijando a la población
– Mantener la orografía característica de las praderas de Cantabria
Según detallan en sus conclusiones, las vacas que pastan o comen hierba fresca producen leche y carne con grasa más saludable, disminuyendo la incidencia de obesidad y diabetes, presión arterial y enfermedades cardiovasculares.
Además, realizando estudios de huella de carbono y ácido grasos se ha demostrado la mejora de resultados cuando las vacas se alimentan de pasto o hierba fresca en pesebre.
Este tipo de alimentación mejora el perfil de los ácidos grasos poliinsaturados y la calidad nutritiva de la leche y la carne de vacuno.
La huella de carbono, hídrica y los diferentes impactos ambientales analizados nos pueden servir para alcanzar mayores eficiencias productivas, medioambientales y sostenibles en el tiempo, ya que los prados naturales son clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El reto que se marcan es ser “más eficientes” en los procesos de producción, incorporando tecnología de forma que se pueda reducir la emisión de gases de efecto invernadero sin perder la calidad de nuestras producciones agrarias.
OBJETIVOS MEDIOAMBIENTALES
En el plano ganadero, cuestiones como el uso racional de los fertilizantes, el mejor equilibrio alimenticio entre los nutrientes de las raciones ofrecidas a los rumiantes, la mejora genética y en definitiva un mayor conocimiento científico y técnico de los procesos implicados en la producción y calidad de alimentos contribuyen a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Una gran parte de las emisiones proceden de la agricultura y ganadería. Así por ejemplo los suelos, el manejo del estiércol y la aplicación de fertilizantes son fuentes principales de óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) procedente de los arrozales o de la fermentación entérica de los rumiantes y de la energía fósil, plásticos, pesticidas, etc., el dióxido de carbono (CO2).
La producción y compra de alimentos para el ganado están deslocalizando grandes áreas de praderas y bosques en pro de cultivos proteicos, como la soja, la alfalfa, etc. Las praderas son grandes fuentes de proteína, actuando positivamente sobre los efectos del cambio climático como reservorios de secuestro de carbono; mientras, un laboreo continuado y desproporcionado contribuye a más emisiones y pérdida de carbono. El manejo correcto del purín también contribuye con el secuestro de carbono y la reducción en la compra de fertilizantes químicos.
Para su investigación han contado con dos herramientas, una para leche (DairyCant) y otra para carne (BeefCant).
A través de la línea de ayudas convocada en octubre de 2017 para la realización de iniciativas relacionadas con la Asociación Europea de Innovación de Agricultura Productiva y Sostenible, esta iniciativa ha recibido una subvención de 60.000 euros, cofinanciados por el Gobierno de Cantabria, el Ministerio de Transición Ecológica y la Unión Europea a través del fondo FEADER.